jueves, 28 de febrero de 2013

Divide, confunde, engaña, especula, soborna, deslegitima, estigmatiza… y explotarás.



Por Andrés Tafur Villareal

El pasado viernes, en la Mesa Técnica de Participación sobre la megaminería, convocada por la Cortolima; la ciudadanía, el gremio arrocero y la academia le dijeron NO al megaproyecto de La Colosa, que la trasnacional sudafricana AngolGold Ashanti pretende adelantar en Cajamarca.

Campesinos movilizados desde Cajamarca y Anaime, así como la comunidad del municipio de Piedras y del corregimiento de Doima;  estudiantes, profesionales, ambientalistas y ciudadanía de en general, se dieron cita en el auditorio Alfonso López Pumarejo de la gobernación del Tolima, en el poco espacio que se dispuso para el evento, para participar [y no para que les socialicen] de la discusión sobre el megaproyecto de explotación aurífera de La Colosa. El hecho político definitivo es que, por segunda vez, en las dos únicas oportunidades con que ha contado la ciudadanía en los once años que la trasnacional lleva en las montañas de Cajamarca [primero con el nombre de Kedaha S.A, y ahora como AngloGold Ashanti Colombia], para manifestar su posición, ha dicho rotundamente NO, a despecho de quienes quieren tomar esa decisión desde un escritorio en Bogotá.
La primera oportunidad fue en Cajamarca, en el febrero de hace cuatro años en audiencia pública, en donde cajamarcunos y espinalunos, y de nuevo el gremio arrocero, amparados en los conceptos técnicos de la Corporación Autónoma Regional del Tolima, Cortolima, y de la Procuraduría Regional Ambiental y Agraria del Tolima[1]; que recomendaron al Ministerio de la época adoptar el principio de precaución para no otorgar ni siquiera licencia de exploración a la empresa[2]; también rechazaron enérgicamente que se llevara a cabo el megraproyecto.

Dichos conceptos técnicos, deslegitimados por el gobernador de la época, Oscar Barreto Quiroga; rechazados por la empresa, opacados sistemáticamente por los medios de comunicación regionales, e ignorados por el Ministerio, que terminó otorgando la licencia de exploración, proceso que ya se venía adelantando ilegalmente por parte de la empresa desde el 2006; básicamente comprobaron la existencia de aguas subterráneas en la zona y el nacimiento de más de 160 afluentes, realidad que tuvo que ser aceptada por los “técnicos” de Anglogold que se habían obstinado demagógicamente en negarla [revisar publicaciones de la empresa asesoradas por los “periodistas” Silverio Gómez y Gilberto Martínez Prado]. Esa realidad es la que hoy los ha obligado a replegarse a los municipios de Piedras y Coello, en busca de explanadas y sobre todo de agua, para instalar la planta de metalurgia que convertirá el material molido en oro, es decir, donde llevar a cabo los procesos de cianurización que separarán el metal diseminado en muy pequeñas partículas dentro del material rocoso, y que luego será fundido en lingotes.
En ese sentido, fue clave la articulación del movimiento social, el gremio arrocero y los académicos, [también los cuestionamientos de la Contraloría General] del pasado viernes,  ratificando la impertinencia del megaproyecto, para la vida, la economía y la paz del departamento. Ahora, con estos actores y con los que vengan sobre el principio de defender la vida, debemos empezar a pensarnos a largo plazo
1.           Eterna etapa de prefactibilidad
El ministerio le dio vio libre a la empresa para continuar el proceso de exploración sobre la base de que en tres años, es decir en 2012, entregara un diagnóstico detallado de los bancos de flora y fauna de la zona, y un estudio hidrogeológico de la región, estudios que la empresa no ha entregado. Sin embargo, lo que sí reposa en las oficinas de Bogotá, no del ministerio sino de la Agencia Nacional de Licencias Ambientales, Anla, es un oficio radicado por parte de la empresa solicitando la sustracción de más área para exploración. Sin estudios técnicos, que tanto le gusta reclamar a la empresa para la discusión, pasamos de ocho mil hectáreas concesionadas en títulos mineros, a 450 mil, que equivalen al ciento por ciento de Anaime y al 85 por ciento de Cajamarca. Y sin embargo, Anglogold sostiene que todavía no sabe si va a explotar.
Por lo menos, el proyecto de explotación aurífera La Colosa se encuentra hace más de cuatro años en etapa de prefactibilidad. Solo se sabe, para los intereses económicos de la empresa en la bolsa de valores, que ya no hay once sino 24 millones de onzas de oro en las montañas de Cajamarca. Pero no se sabe a ciencia cierta cuántas hectáreas de bosque comprometería el área de explotación, ni cuánto el volumen de roca que van a dinamitar [por eso tampoco se sabe cuántos kilos de dinamita estamos hablando] ni el agua que precisarían y que podrían reutilizar, y si se trata de agua subterránea, superficial o de lluvia, o de las tres; y tampoco los litros de cianuro que tomaría aislar el preciado metal. Tampoco precisaron la forma como trasportarían el material a la planta de metalurgia [porque aunque no saben si van a explotar ya están pensando en garantizar ese proceso], y ni siquiera saben dónde podría quedar ubicada. Nada. No se sabe nada. Todo está en etapa de prefactibilidad, aunque algunos compartimos la tesis de que, aunque no se puede defender lo indefendible, lo único que está explorando la empresa es la forma de sobre explotar el recurso, multiplicar la tasa de plusvalía y reducir en lo más mínimo la inversión de capital.
Por otra parte, parece que la nueva dirección de Cortolima ha empezado a emular la actitud de la empresa. Ahora es posible que la corporación tampoco sepa nada. Su director pasó de agache como organizador de la mesa, y no dispuso de su personal técnico para realizar exposición alguna, o en otras palabras, a despecho del carácter autónomo de la corporación, Jorge Enrique Cardozo no fijó ninguna posición, a pesar de contar con los conceptos que la misma corporación adelantó años atrás, durante el período de Carmen Sofía Bonilla, y con todos los recursos para realizar todos los estudios pertinentes.
Contrariamente, la asesoría técnica de la alcaldía de Piedras, y la Universidad del Tolima, fijaron posiciones claras, serias, y con sufi-ciencia le explicaron y describieron al auditorio, todas las implicaciones ambientales y sociales que comprometería la puesta en ejecución del proyecto, tanto en Cajamarca, en donde se llevaría a cabo a cielo abierto como en Piedras, Doima, Camao o Coello o cualquiera de los 51 puntos que supuestamente cuentan como “opcionados” para levantar la planta de metalurgia.
1.           Un gobernador desinformado pide consulta popular
El mandatario seccional pidió un compás de espera para tomar cualquier decisión frente al megaproyecto. Se declaró “confundido y totalmente desinformado, pese a toda la información que circula sobre el tema”, al tiempo que volvió sobre su supuesta “defensa a ultranza del medio ambiente” que asumió rápidamente con el cargo, a cambio de la timoneada lucha frontal contra Anglogold, con la que se jugaba los votos de la campaña.
El punto político importante de la posición del gobernador es su llamado a una consulta popular, iniciativa ciudadana que en la contraparte al megaproyecto nos hemos venido debatiendo desde que empezó esta pelea, y sobre la que hoy Delgado Peñón quiere capitalizar, para quedar bien con Dios y con el Diablo, “y que sean los ciudadanos quienes decidan si el proyecto va o no va.”
La propuesta de consulta en el marco de dos coyunturas, una de carácter político y la de otra de carácter económico, ambas de nivel macro, muy lejos de las posibilidades del gobernador. La primera tiene que ver con la discusión sobre la política agraria y desarrollo rural, que es el punto político más importante que se negocia en la agenda del proceso de paz en la Habana. Con el acenso del movimiento social y el rechazo generalizado a la locomotora minero-energética en todo el país [palmario en la agenda de los medios de comunicación que no pueden ocultar los abusos de las trasnacionales y la posición genuflexa del gobierno], la balanza se inclina políticamente a favor de uno de los negociantes, las Farc, que lograron imponerse en las conclusiones del Foro Agrario Integral con Enfoque Territorial, abierto en el marco de los diálogos, completamente desfavorables al auge desinstitucionalizado de los megaproyectos y al latifundio ganadero [de ahí la cólera de Uribe frente al proceso].
La segunda coyuntura tiene que ver con el problema macroeconómico que enfrenta el país por la dependencia de las rentas del sector minero-energético [sin haber arrancado la locomotora], fenómeno denominado como la enfermedad holandesa, y cuyo primer efecto, la revaluación de la moneda, pone en jaque a los sectores exportadores, en este caso del agro: los cafeteros y los arroceros [también a los floricultores], esa es la explicación por la cual los costos de producción de las cargas del café superan por mucho el precio que las comercializadoras están pagando a los campesinos. ¿Todavía piensan que Delgado Peñón está del lado de la consulta por afinidad con la democracia?
Pero como ni el gobernador del Tolima ni el director de Cortolima son demócratas ni tontos, la consulta se asoma como salvavidas, del primero, para no fijar ninguna posición que incomode al gobierno nacional, del que ha recibido bastantes beneficios, ni a su potencial base electoral, mucho menos cuando de telón de fondo están las elecciones para el congreso. De todas maneras, nadie con dos dedos de frente quiere ser recordado como el gobernador que abrió paso a la megaminería, aunque a Delgado Peñón tampoco lo vamos a recordar como quien la enfrentó.
Y en el caso del segundo, de Jorge Enrique Cardozo, quien entre otras cosas está allí porque su antecesora sí tuvo el valor civil de enfrentarse a la trasnacional, por eso se tuvo que ir de la corporación; la propuesta de consulta es una forma de hacerle el quite a su responsabilidad como director de la corporación de llevar la tercería en la vigilancia del proceso, y a su obligación de decirnos qué está pasando y qué va a pasar. Es desconcertante que el director de Cortolima avale la propuesta de preguntarle a la gente lo que se debe hacer aun contando con los instrumentos y los funcionarios para explicarle técnicamente todas las implicaciones, de todo calado, que la realización del megaproyecto traerían al departamento.
1.           Una democracia débil
El Estado colombiano es un Estado fallido, por eso a las trasnacionales y a su gruesa chequera, les queda tan fácil suplantarlo en las obligaciones con sus ciudadanos: carreteras,  ambulancias, escuelas, vivienda, servicios públicos, becas, empleos transitorios, proyectos productivos; financiación para eventos culturales, deportivos, religiosos, etcétera, etcétera, logran que AngloGold sea vista hoy en el Tolima más que como una empresa, como una fundación filantrópica. Y eso es lo que esa empresa quiere.
Pero ese no es el único problema para la débil tradición democrática colombiana: según fuentes no autorizadas, solamente en la emisora Ecos del Combeima, Anglogold Ashanti “invierte” en gastos de publicidad la suma de 76 millones de pesos anuales, aparte de los eventos que la emisora realiza y que la empresa no se niega en respaldar económicamente. Anglogold pauta en todas las emisoras comerciales del departamento, tanto en las locales como en las pertenecientes a cadenas nacionales, en el A.M y en F.M, en informativos matutinos y meridianos, y en la programación diaria de las casas comerciales. Actualmente patrocina un programa de televisión de un conocido periodista en El Kanal de Ibagué, y un programa propio en el canal de Cajamarca, adicional a eso patrocina al Deportes Tolima, al Conservatorio, y a cuanto evento, salida, actividad, iniciativa… que le permita reconocimiento ante la opinión pública.
Por eso extraña el reclamo de Rafael Herz, ex gerente de la empresa en Colombia, y hoy vicepresidente de sostenibilidad ambiental, quien apeló a la democracia para ser escuchado cuando los ciudadanos presentes en la mesa técnica no le permitieron continuar con su intervención. También el del procurador regional ambiental y agrario quien rechazó la supuesta beligerancia de algunos de los asistentes, pero no ha sido capaz de musitar palabra ante el lobby permanente de la empresa en todos los escenarios públicos del departamento, y las pocas garantías con que ha contado la ciudadanía y la contraparte al proyecto para dar el debate público en igualdad de condiciones.
Para no hablar desde fuentes no autorizadas, que no significa que no sean verídicas, considero saludable que la empresa trasnacional y las empresas de la información del departamento nos revelen la suma a la que ascienden sus contratos de publicidad e información. Dicha actitud, antes que violar sus estatutos comerciales, serían una muestra de trasparencia y de interés por hacer periodismo de calidad, como lo sugieren los códigos y las conclusiones de la Fundación Interamericana de Prensa que día a día viene promoviendo esa iniciativa en América Latina.
1.           Estigmatización del movimiento
La última perla de Anglogold, otro golpe más a la moribunda democracia colombiana, constituye la fotografía que el reportero gráfico de El Nuevo Día tomó de la pantalla del Smartphone de Herz, quien recibía de Iván Malaver, gerente de comunicaciones del proyecto, un mensaje en el que le decía textualmente: “Identificaron en el público de los opositores a varios guerrilleros de Anaime”, a lo que Herz le responde: “Entendido perfectamente”. ¿Quién los identificó? ¿Con qué argumentos se los acusa? ¿Por qué no les dieron captura? ¿Por qué la empresa si cuenta con esa información no los ha denunciado ante las autoridades? Si quienes identificaron a los “guerrilleros de Anaime” fueron efectivos de la fuerza pública, ¿Por qué le dieron aviso a la empresa y no procedieron a capturarlos? y si no se trató de la fuerza pública, ¿Tiene la empresa investigadores privados para vigilar a los opositores del proyecto? Afuera del auditorio vi a la policía mientras interrogaba a un hombre que llevaba una cámara escondida en el pecho y un morral desde el que, al parecer, contaba con aparatos que le permitían redireccionar la información que captaba desde su pequeño lente óptico. ¿Será esta la forma de identificar a“los guerrilleros de Anaime” de la oposición? Por hoy me quedo con el sarcasmo.
***
La lucha por la defensa del medio ambiente no le compete solamente a quienes agitan la bandera del ambientalismo. Tampoco es un debate que comprometa exclusivamente a los técnicos o a los científicos, mucho menos se puede dejar en manos de la tecnocracia de carácter privado o público: los estudios y conceptos científicos deben supeditarse a los fines de lo político. Dicho de otra manera, la lucha en contra de los megaproyectos minero-energéticos nocivos para la vida, el territorio, la soberanía y la seguridad alimentaria, es eminentemente política e ideológica, como ideológico es el discurso especializado y tecnocrático que sobre supuestos técnicos quiere excluir a la ciudadanía de ocuparse de lo que le corresponde.
La lucha en contra de la voracidad de las trasnacionales es contra el imperialismo, y es perentorio que las comunidades se organicen, que la información deje de concentrarse en “los entendidos”, y que consolidemos unidad de acción sobre lo fundamental: la vida. Campesinxs, indígenas, estudiantes, docentes, académicxs, periodistas, organizaciones de base, todxs vamos al carnaval de la vida.

[1] Según los estudios técnicos de la Procuraduría Regional Ambiental y Agraria, las afectaciones del proyecto son: “alteración y destrucción irreversible de ambientes nativos en el área de explotación, desforestación de importantes zonas de bosques nativos, bosques secundarios y páramos, eliminación de vegetación amortiguadora de los efectos de erosión y de sedimentación, reducción de la superficie, el volumen y la densidad ecológica original de los bosques; pérdida de cobertura vegetal, modificación en alto grado de sistemas de drenaje de agua superficial y subterránea, pérdida de biodiversidad alfa, gamma y beta, principalmente avifauna, anfibios y macroinvertebrados; contaminación de cuerpos hídricos presentes en la zona de influencia directa e indirecta del proyecto, cambios en la estructura hidráulica del suelo, graves e irreversibles alteraciones geomorfológicas en tiempo ecológico entre 1 y 100 años, distorsión de cuencas hídricas superficiales y subterráneas, contaminación del aire por emisiones de fuentes móviles y fijas de dióxido de carbono, oxido de nitrógeno, oxido de azufre, y material particulado; contaminación rutinaria y accidental del agua superficial y subterránea, del suelo y de la biota con residuos peligrosos; accidentes por derrames en el área de explotación, destrucción irreversible de los mosaicos de paisaje; graves y forzados cambios socio-culturales en la región municipio de Cajamarcar y departamento del Tolima”…
[2] Textualmente, el concepto de las autoridades ambientales regionales definió que “Ante el incumplimiento de los Términos de Referencia, los argumentos técnicos expuestos durante esta intervención y porque una sustracción a la Reserva Forestal Central va en contravía de los acuerdos internacionales, tales como el de la Diversidad Biológica, Convención Marco del Cambio Climático, Convención de las Naciones Unidades de Lucha contra la Desertificación, Convención Internacional sobre Comercio de Especies en Peligro, Convención sobre los Humedales de Importancia Internacional, la Corporación Autónoma del Tolima, “Cortolima” considera inconveniente para el Tolima que el Ministerio de Ambiente, Vivienda y Desarrollo Territorial conceda la sustracción del área de Reserva Forestal Central solicitada por  AngloGold Aschanti Colombia para adelantar actividades de exploración minera”.
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miércoles, 27 de febrero de 2013

COMITE AMBIENTAL Y CAMPESINO DE CAJAMARCA (COLOMBIA)


100 años defendiendo el territorio

COMUNICADO PUBLICO
Lunes, 25 de Febrero de 2013

Asunto: Amenaza, estigmatización y criminalización del movimiento social campesino de Anaime y Cajamarca en contra del proyecto de La Colosa, por parte de la AngloGold Ashanti en Colombia y su vocero Rafael Hertz. 

El comité ambiental y campesino de Cajamarca, el Comité Ambiental por la Defensa de la Vida y las organizaciones y colectivos que estamos asumiendo la denuncia sobre los peligros del proyecto minero La Colosa Regional de la empresa Anglo Gold Ashanti denunciamos  a la comunidad Tolimense y a la comunidad Nacional e Internacional los siguientes hechos:
1. El día 22 de Febrero fuimos formalmente convocados a la Mesa Ciudadana Ambiental organizada por Cortolima en el Centro de Convenciones Alfonso López Pumarejo en la Gobernación del Tolima. Como comunidades y como ciudadanos de Cajamarca, Saldaña, Coello, Piedras, Ataco, Líbano, Murillo, Ibagué y otros municipios del Tolima asistimos al evento,  que desde el primer momento reflejó un ambiente en contra del legítimo derecho que tenemos de oponernos a éste megaproyecto que va a afectar nuestras vidas y la de las generaciones futuras.
2. Siendo convocado el evento a las 8:00 am pudimos constatar que desde tempranas horas la multinacional Anglo Gold Ashanti había hecho entrada con personal traído en  buses contratados por la empresa, de manera tal, que cuando los ciudadanos de bien llegamos para participar,  el salón ya estaba lleno y las autoridades, argumentando las normas de seguridad del salón NO NOS PERMITIAN LA ENTRADA; fue necesaria la protesta cívica, la denuncia directa en el evento y las gestiones de múltiples líderes, para lograr que quienes veníamos de las veredas  y pueblos pudiéramos acceder al salón.
3. Durante el ingreso,  la Policía Nacional siguiendo órdenes, que no sabemos de dónde provienen, nos quitó todos los carteles, pancartas y avisos que en nuestro legítimo derecho a la expresión en contra del proyecto La Colosa habíamos elaborado y nos hizo intensas requisas tratándonos como si constituyéramos una amenaza para le evento.
4.  El día 23 de Febrero, el periódico EL NUEVO DIA  de Ibagué,  escribió  una noticia sobre el evento y en su edición impresa publicó la fotografía del celular del señor Rafael Hertz, vicepresidente de sostenibilidad de la AGA  y representante oficial de ésta multinacional en el evento, en el que se puede leer:  " identificaron en el público de los opositores a varios guerrilleros de Anaime ", ésta información además de ser TOTALMENTE FALSA, coloca en peligro la vida, la integridad personal y la seguridadde quienes de manera legítima nos oponemos a que se lleve a cabo el proyecto minero La Colosa Regional,  al colocarnos en la mira de quienes en éste país han venido implantando a sangre y fuego sus intereses, por otra parte confirma  que la Anglo Gold Ashanti viene dándonos un tratamiento  de "guerrilleros" a quienes nos oponemos a su proyecto económico.
Por la gravedad de los hechos que en este contexto de vulnerabilidad podemos definir como persecución, contra los miembros de la comunidad de Anaime y en general de todos los Tolimenses que nos oponemos al proyecto minero La Colosa Regional, exigimos que:
1.  CORTOLIMA, la autoridad ambiental departamental y convocante al evento, manifieste públicamente su posición sobre éste tipo de  amenazas y exija a la AngloGold Ashanti que fue invitada por ellos, a que aclare públicamente ésta información sobre la presencia de "guerrilleros de Anaime", porque de lo contrario estaría siendo cómplice de una información clasificada que es de resorte del Estado y no de una multinacional y cómplice de la estigmatización y criminalización del movimiento ambiental del Tolima.
2.  Exigir a las autoridades responsables de la seguridad y derechos de todos los ciudadanos, que actúen con prontitud frente a ésta amenaza que afecta la vida, la integridad personal y la seguridad de quienes ejerciendo nuestro derecho a la protesta ciudadana nos oponemos a la realización del proyecto regional La Colosa:
3. A la Fiscalía General de la Nación y al Ministerio del Interior,  para que investiguen exhaustivamente el origen de ésta comunicación del celular del señor Rafael Hertz y de su remitente el señor Iván Malaver, con el fin de tomar  las medidas necesarias para proteger la vida de quienes somos parte del movimiento social y campesino del Tolima.
4. A la Unidad de Víctimas, Dra. Patricia Gaviria, para que  establezca las medidas de protección necesarias para garantizar la vida e integridad de los líderes y miembros del movimiento ambiental y campesino de Anaime ante el grave contexto de vulnerabilidad que generan éste tipo de mensajes de la Anglo Gold Ashanti, que confirman su permanente estigmatización de los que llaman los opositores como " guerrilleros".
5. A la Defensoría del Pueblo para que en cumplimiento de sus mandatos haga presencia en Cajamarca y genere las acciones necesarias para garantizar la vida e integridad del movimiento social, campesino y trabajador de Cajamarca  y el corregimiento de Anaime.
6. A la Procuraduría General de la Nación, para que investigue las actuaciones de la fuerza pública que el día del evento adelantaron dentro de las medidas de seguridad acciones que violaron y perjudicaron el derecho legítimo de los ciudadanos a ejercer la protesta social, como fue el decomiso de carteles, pancartas y avisos que expresaban públicamente el rechazo al proyecto de la mina de oro La Colosa, generando serias dudas sobre al servicio de quién deben estar nuestras fuerzas armadas.
7- A la Gobernación del Tolima y en general a todas la autoridades elegidas popularmente que expresen su apoyo al movimiento social, campesino y trabajador del Tolima que se encuentra denunciando y liderando la oposición al proyecto de la mina de oro La Colosa con el fin de actuar juntos en la defensa de nuestro territorio, del agua, de la vida, de la biodiversidad y el derecho de las generaciones futuras a un ambiente sano.
8. A la Presidencia de la República en cabeza del Dr. Juan Manuel Santos, para que garantice condiciones de seguridad, de igualdad y de participación a todos los colombianos y colombianos que nos oponemos a que la Locomotora Minero-Energética, arrase con el país y con nuestra verdadera riqueza que son los bienes de la naturaleza que tiene Colombia y que representan nuestro patrimonio nacional.
9. Por la gravedad de los hechos, llamamos a toda la comunidad nacional e internacional a manifestar su repudio a la Anglo Gold Ashanti por éste tipo de mensajes que criminalizan el derecho que tenemos los colombianos y colombianas de bien en oponernos al proyecto ecocida de la Mina La Colosa y a a enviar mensajes y cartas a las entidades del Estado para que se investigue, se rechace y se penalice a los responsables de éste mensaje.

Exigiendo se investiguen, censuren y rechacen estas amenazas.
 A la Fiscalía General de la Nación
A la Defensoría del Pueblo
A la Personería 
A la Presidencia de la República

LA MESA CIUDADANA LEVANTÓ LA VOZ PARA RECHAZAR LA MEGAMINERÍA


Por más que la AngloGold organizó una participación disciplinada y masiva de todos sus empleados, con el debido cálculo ventajoso, en el evento convocado por Cortolima, el pueblo del Tolima se levantó unitariamente en contra de la política minera del gobierno y de los intereses transnacionales. Nuevamente quedó claro que la resistencia de los defensores del medio ambiente y la vida no tiene color político, ni intereses particulares, ni diferenciación social, ni protagonismos individualistas.

En el evento se percibía un refrescante sabor a dignidad como espíritu de unión de la comunidad y de  sus organizaciones sociales, políticas, gremiales y étnicas, tanto  de Cajamarca, Piedras, Rovira, Murillo e Ibagué, como de otros municipios.

Por más que alguien dio la orden de cerrar las puertas de la Gobernación en plena jornada de atención al público, con la obvia intención de impedir el paso a muchos ciudadanos, que acudían a un llamado institucional para defender el futuro de sus hijos y la defensa de la tierra y la soberanía, se demostró que el poder radica en el pueblo como dice la Constitución Política.

La reacción de los asistentes  ante las palabras de quien representa los intereses del negocio minero, fue la que cualquier hombre o mujer,  con vergüenza nacional y con la claridad de que el agua y la biodiversidad no son mercancías,  pudiese haber tenido ante una propuesta ofensiva y moralmente inaceptable. Fue la expresión espontánea de un pueblo que ya no le come cuento a los que otrora engañaron con espejitos europeos, intercambiándolos por sus tesoros de arte y cultura.  Vuelven  los mismos, ahora fichas del capitalismo internacional, para intentar  la continuidad de la explotación de nuestros recursos naturales y perennes, a cambio de la destrucción inmisericorde de nuestro entorno vital y de un dinero efímero y mal pago.

Esa decorosa rebeldía de los ciudadanos, frente a la demencia de la locomotora que nos quieren imponer y frente al negocio abusivo y codicioso de la compañía mercantilista,  fue la más significativa demostración unitaria de la comunidad, ratificando que si es posible echar atrás un proyecto plagado de inconsistencias técnicas, y de profundos vacíos éticos y morales. Los representantes de los gobiernos locales, regionales y nacionales que todavía siguen perdidos en la promesa de “sueños americanos y nuevos países de las maravillas”, deberían tomar como ejemplo para sus vidas, como la población que ama la tierra, prefiere la soberanía a la venta de los recursos naturales; prefiere la salud de las generaciones futuras a la riqueza de unos accionistas acumuladores de riqueza; en últimas prefiere la Dignidad a la voracidad del capitalismo salvaje.

La contundencia de nuestros principios y  argumentos ha ido moldeando una actitud de respeto por parte de algunos funcionarios públicos, que se han dado  cuenta que no pueden  dudar ante la aplastante opinión mayoritaria y que el pueblo los acompañará en las decisiones valientes que les corresponde tomar. Las intervenciones de los defensores de los principios éticos de la vida, de la soberanía alimentaria, de los recursos naturales, del territorio indígena, de la tradición campesina, de los derechos fundamentales y colectivos, fueron un torrente de sabiduría humanística, de solidez que tiene los soportes técnicos, y fue un especial momento donde se reafirmó la integralidad en la concepción social de defensa de la vida, el  agua,  la soberanía y el territorio.

Para el Comité Ambiental en Defensa de la Vida el evento caracterizado como mesa ciudadana dejó algunos resultados:

1.   Los ciudadanos rechazamos la política minera del gobierno nacional. No deseamos la continuidad del proyecto la Colosa, ni la presencia de la Anglo Gold Ashanti ni de ninguna otra empresa minera en la región.
2.   La resistencia de los sectores sociales que tenemos dignidad y reclamamos de los demás respeto por la madre tierra, podemos potenciar la articulación y coordinación de esfuerzos para detener esa locomotora portadora de muerte.
3.   Es obligación del Estado habilitar escenarios de participación de la ciudadanía como lo es la Consulta Popular, para poder tomar la decisión de permitir o no la instalación de empresas extranjeras en la explotación de  riquezas naturales. Por lo mismo, desde ya deben prohibirse la financiación de proyectos y las campañas de publicidad encaminadas a comprar la conciencia y la voluntad de la gente y a viciar las decisiones libres. Autónomas  e independientes.
4.   En esta mesa ciudadana se oyó una sola voz, llena de la fuerza que tiene un pueblo valiente y grande, que no cesará en proyectar acciones que puedan detener un desventajoso negocio para los colombianos.
5.   Se confirma, por los mensajes cruzados en los celulares de los  directivos de la multinacional publicados por El Nuevo Día que la transnacional minera, estigmatiza y criminaliza a los  opositores de sus nefastos intereses, con lo cual pone en riesgo la vida, honra e integridad  de quienes legítimamente tenemos derecho a rechazar sus propuestas. Por lo mismo acompañamos los términos de la denuncia formulada por el Comité Ambiental y Campesino de Anaime y Cajamarca en su comunicado.

5 de Junio, Día Internacional del Medio Ambiente

5ª.  Marcha Carnaval en defensa del Agua, la vida y la Soberanía   

COMITÉ AMBIENTAL EN DEFENSA DE LA VIDA.    

jueves, 21 de febrero de 2013

Entrevista al hidrogeólogo Robert Morán


Robert Moran, autoridad mundial en minería, analiza el riesgo de daño ambiental con esta actividad.

Sus 40 años de experiencia en el campo de la minería, primero en la Oficina de Geología Económica de Texas y del Servicio Geológico de Estados Unidos, y luego como consultor de gobiernos, compañías, abogados, universidades y ONG, le han dado reconocimiento internacional al hidrogeólogo y geoquímico estadounidense Robert E. Moran como autoridad en el tema.

Moran, quien desde 2012 es consultor de la Contraloría General y hace cuatro años tuvo su primera aproximación al proyecto aurífero de la compañía Anglogold Ashanti en La Colosa, Cajamarca (Tolima), habló con EL TIEMPO sobre los impactos de la minería a gran escala. Antes de escuchar la primera pregunta lanzó dos advertencias en defensa de sus posiciones: "No soy activista ni estoy en contra de la minería".

El experto de unos 70 años asegura que aunque existen compañías que hacen grandes esfuerzos para no generar impactos negativos, estos "siempre" se presentan, no solo durante la explotación, sino posterior al cierre de la mina, incluso siglos después.

Moran considera que los países que están empezando a vivir el auge de la minería de metales, como podría ser el caso de Colombia, tienen aún una esperanza para que los impactos se puedan prevenir.

En Colombia se viene discutiendo el desarrollo de proyectos mineros en páramos, considerados estratégicos por la producción de agua y por la biodiversidad. ¿Hay zonas donde no debe haber minería?

Creo que esas son áreas donde la minería a tajo (campo) abierto no debería ser permitida. No se debe hacer minería en áreas valiosas en términos estéticos (paisaje), biológicos (especies y recursos hídricos), de agricultura (zonas de cultivo) o político (de interés de la nación). En Europa occidental, EE. UU. o en Canadá, por ejemplo, es políticamente imposible hacer una mina de estas dimensiones cerca de una ciudad.


Entonces, ¿cómo se puede beneficiar el país de la riqueza del subsuelo sin generar estos grandes impactos?

Se tiene que encontrar una forma de desarrollar entidades regulatorias fuertes, con el fin de que haya equilibrio de poder entre los reguladores y las empresas, y garantizar que los impactos de largo plazo corran por cuenta de los que los generan, no por el público en general. En EE. UU. o en Canadá es normal que antes de que inicie la operación de una mina, la empresa entregue una fianza o póliza. En minas grandes estos seguros son por sumas de entre 150 millones y 300 millones de dólares, porque el impacto de largo plazo, y que realmente sale costoso, es el de la contaminación del agua.

¿Qué es lo que podría contaminar las aguas en la zona de La Colosa?

La roca no solo contiene oro y plata, sino sulfuros, y ese sulfuro más tarde puede generar ácidos; eso es lo que ocasiona los altos costos ambientales. Esa roca mineralizada también contiene otros metales y químicos potencialmente tóxicos, los cuales se liberan al medio ambiente cuando se forman aguas ácidas. Estas pueden contener arsénico, antimonio, mercurio, cobre, plomo, selenio...

En Río Tinto, en el sur de España, hay evidencia de formación de ácido en las rocas, provocadas por procesos naturales, pero también por minería antigua y moderna. Ese ácido ha sido soltado en aguas subterráneas y en la superficie por entre 8.000 y 10.000 años.

También hay que pensar en la situación de Johannesburgo, de donde proviene Anglogold Ashanti (AGA). Esta ciudad está sobre una potencial catástrofe. Debajo hay túneles, la mayoría producto de viejas explotaciones de oro, y esto ha generado tanto drenaje ácido que el agua está subiendo a la superficie y acercándose a los lugares donde se encuentran los pozos poco profundos y las plantas de tratamiento. Esto generó un problema costoso para la ciudad. Ahí surge la pregunta: ¿quién va a pagar por eso? No es un problema de corto plazo.

¿Cuál es el consumo de agua que tendría el proyecto de Anglogold?

En el 2009 el gerente del proyecto declaró que la empresa requerirá más o menos 1 m3 de agua por segundo para procesar cada tonelada de roca, que es retirada del tajo y enviada a la planta de procesamiento. Esta información de AGA la citamos en reuniones públicas y en ese momento ellos la aceptaron. Entiendo que recientemente AGA duplicó el potencial de oro a 24 millones de onzas y la vida activa de la mina está estimada en entre 15 y 25 años. Allí no solo debe existir oro, también plata y otros minerales de alto valor.

La Colosa no solo genera preocupación en Cajamarca, también en Piedras (Tolima), donde Anglogold realiza actividades exploratorias, pero temen que se haga lixiviación de roca. ¿Qué impactos tendría esto?

El lugar donde se encuentra la mina (La Colosa) es un valle angosto y no hay espacio para construir una infraestructura para procesar el mineral, entonces tendrán que ir a otro lugar donde haya más espacio y mucha agua debajo de la tierra.

Entiendo que (en Piedras) hay un acuífero grande. Habrá pozos cerca de este lugar para retirar el agua que usará la planta y el nivel freático (del agua subterránea) bajará, quizás algunos de los pozos y manantiales locales se secarán; digamos que hay un río cerca y que su nivel mermará, a la vez el agua que se usa en la planta y en la pila de lixiviación (proceso para separar el oro de otros materiales) se contaminará, porque estos procesos son esencialmente de carácter químico, usan cianuro y otras sustancias tóxicas. La empresa tratará de reciclar la mayor cantidad de agua posible, pero la verdad es que mucha se echará a perder y mucha se contaminará.

¿Ese proceso de lixiviación puede alterar también el paisaje?

Las actividades que AGA pretende realizar en Piedras generarán muchos residuos que contienen metales y otros contaminantes potencialmente tóxicos. Estos residuos permanecerán en el sitio para siempre y si este no es mantenido adecuadamente, los químicos podrán ser liberados al medio ambiente.

Los residuos de la planta de procesamiento y de la pila de lixiviados de cianuro formarán grandes acumulaciones, montañas artificiales, como en Yanacocha (Perú), donde las pilas de lixiviados alcanzan más de 100 metros de altura. Sin embargo, todavía no conocemos los detalles de los planes de AGA, así que no podemos determinar el tamaño exacto de las acumulaciones de escombros.

Entonces, los impactos son muy difíciles de superar...

Son difíciles de evitar y cuando se presentan son difíciles de corregir. Lo que estoy diciendo es que algunas empresas hacen una muy buena labor para evitar estos problemas, pero es una tarea increíblemente difícil y costosa. La mayoría, después de operar 20 o 25 años, dejan algunos impactos de muy largo plazo.

¿Cómo se puede, entonces, lograr una minería sostenible?

La palabra sostenible es como esas palabras que están usando ahora los jóvenes en Estados Unidos, como por ejemplo "awesome" (se usaba cuando algo era extremadamente impresionante), pero que no corresponde al significado verdadero. Sostenibilidad tiene que ver con el largo plazo, o sea miles de años. La experiencia me muestra que siempre hay impactos negativos, pero eso no quiere decir que no haya beneficios. Lo que pasa es que muchos de esos impactos negativos son pagados por el público y no por la empresa minera.

¿Por qué las compañías se están desplazando cada vez más hacia países que no tienen tradición minera?

Eso se está dando especialmente en países en vías de desarrollo. Dado que los costos de la mano de obra son más baratos, el control es mucho más débil y que la mayoría de los minerales de alto valor en EE. UU. y Europa ya han sido descubiertos, las grandes empresas mineras están llegando a Asia central, África, Suramérica y a islas del Pacífico. Lo que estoy diciendo no es en contra de la minería, pero sí considero que es necesario que exista un equilibrio de poder entre los entes de control y las empresas, si no, los costos a largo plazo correrán por cuenta del público.

guirei@eltiempo.com
El peligro de las aguas que se vuelven tóxicas

En el país también se debaten los impactos de la minería de carbón, incluso la firma Drummond fue sancionada porque arrojó mineral al mar. ¿Cuáles son los riesgos?

En la minería de carbón, como la del oro y otros metales, el problema más grave es la contaminación crónica, lenta y semiinvisible que resulta de la filtración de aguas de pilas de desechos, aguas de los tajos y lagunas hacia las aguas subterráneas, las cuales pueden contaminar las aguas superficiales con toda clase de sales, metales y metaloides móviles. Ya podemos observar indicios de ese tipo de contaminación cerca de sitios mineros en el Cesar.

Igualmente, se genera una creciente competencia por el agua, dado que las empresas deben bombear agua fuera de los tajos durante muchos años, por lo que disminuyen los niveles freáticos locales y a su vez se secan, o al menos disminuyen los niveles de los pozos, manantiales, ciénagas y ríos. También puede haber impactos aguas abajo por la desviación de ríos.

El polvo de carbón y de rocas de desechos, que el viento transporta hacia los ríos, también contribuye a la degradación de la calidad del agua, y por eso aguas que antes eran usadas en agricultura, abrevaderos y consumo doméstico, ahora pueden estar demasiado degradadas para usarlas en estos fines sin tratamiento.

Ese polvo contiene partículas físicas y componentes químicos, como metales, metaloides, residuos de explosivos y de combustibles, varios de ellos tóxicos para humanos y para otros organismos. Comprobar estos impactos es difícil, más cuando antes del inicio de operación de la mina no fueron recogidos los datos de línea base necesarios y las empresas ya han operado durante varios años.

Acerca de Moran

Sus conceptos han provocado la suspensión de grandes proyectos en Perú, El Salvador y Rumania, y la cancelación de otros en Perú y Argentina.

Guillermo Reinoso Rodríguez
Redacción EL TIEMPO

lunes, 18 de febrero de 2013

La gata “Colosa”


Por Germán Uribe

Semana.com

OPINIÓN El megaproyecto para la extracción de oro de la multinacional sudafricana Anglo Gold Ashanti en el Tolima, con o sin licencia ambiental, podría comportar más perjuicios que beneficios para la región.

No siempre es necesario ser erudito para comprender a cabalidad cuándo nos están metiendo los dedos entre la boca. El profesional, o el ciudadano de a pie, o el mismísimo señor Mark Cutifani, presidente de la multinacional sudafricana Anglo Gold Ashanti sabrían, sin ser especialistas en asuntos de “mercar”, qué los favorece y qué no de todo lo que ofrecen los hipermercados, y saben muy bien, cómo no, cuándo los están engañando, o cuándo les están metiendo descaradamente las manos en sus bolsillos.

En relación con el megaproyecto de explotación de oro en el municipio de Cajamarca, en el departamento del Tolima, conocido como la “Mina La Colosa”, me ha ocurrido algo semejante. No tuve que profundizar demasiado en materia de ingeniería técnica de minas y exploración de suelos y subsuelos para comprender de qué manera un proyecto como el de La Colosa, a más de meternos sus manos en el bolsillo al saquear nuestras riquezas naturales mientras recaudan multimillonarias ganancias, introducen sus manotas en nuestras bocas al desestimar el hecho de que allí, en las 517.75 hectáreas de una rica zona de reserva natural, sólo nos dejarán como heredad escabrosa una enorme extensión de terreno árido y altamente contaminado e inhabitable, con suelos esterilizados y la muerte enseñoreada con la vida vegetal, animal y humana. Esta sería, entre muchas otras, una buena razón para acompañar a quienes reclamando los derechos a la conservación de la naturaleza y por ende a la vida y al trabajo, se oponen a un proyecto que con laxitud y permisividad tomó tanta fuerza en 2009 durante el gobierno del expresidente Uribe.

Pero buscando la comprensión de quienes como yo somos legos en esta materia, tras variadas lecturas al respecto, lecturas en las cuales me apoyo para exaltar conceptos e insistir en cifras, he optado por enumerar, simplificándolas, las razones por las cuales debemos alzar nuestras voces para resistirnos a que la depredación y el despojo comiencen desde la minería, tan indolentemente aplicada por los pulpos multinacionales en los países subdesarrollados del Tercer Mundo, a hacer de nuestros campos territorios abonados para la exclusiva sobrevivencia de reptiles y lagartos.

Veamos:

1) Si se descartara la explotación a través de túneles y se emprendiera como “mina a cielo abierto”, probablemente se utilizarían durante los próximos 15 años 1.000.000 de toneladas de explosivos, lo cual, según algunos, representaría 10 veces la potencia de la Bomba H de Hiroshima. Así las cosas, además de las secuelas dejadas por las explosiones, las enormes maquinarias que para ello se utilizarían, luego de remover diariamente 600.000 toneladas de tierra, gastando 250.000 litros de agua por hora, la capa vegetal de la zona, contaminándose también como se tiene previsto por cianuro, quedaría simplemente como una nostálgica reminiscencia.

2) En el lugar escogido para establecerse, existen 161 nacimientos de agua que se verían a “gatas” para suministrar los 9 millones de metros cúbicos al año que requerirían, cantidad extravagante que equivale, según estudios, al consumo mínimo de cerca de medio millón de personas. En este punto, es notable la afectación que sufrirían tanto el distrito de riego del río Cuello, como el plan de acueducto alterno para la ciudad de Ibagué.

3) La compañía transnacional sudafricana AngloGold Ashanti (AGA9) prevé a manera de compensación para Cajamarca y el Tolima la oferta de 500 puestos de trabajo durante los 15 años que calcula su permanencia allí, pero cierra sus gatunos ojos maliciosos cuando se le advierte que al atentar contra la vocación agrícola y ganadera de la región, miles y miles de trabajadores tolimenses quedarían cesantes en el lento y alborozado despuntar de su oro.

4) Tampoco reparan en el hecho de que jamás las deslumbrantes regalías a que se tendría derecho podrán cubrir los enormes costos que demandaría aliviar los inevitables daños ambientales.

5) La eventual contaminación por cianuro de los ríos Bermellón, Cuello, y quizás el Magdalena, si se tiene en cuenta el presumible uso de 4 millones de kilos de dicho veneno y los respectivos residuos tóxicos en el suelo de, entre otros, arsénico, cobalto y mercurio, es para ellos una trivial y necia argumentación de sus detractores. Pero, ojo, esta contaminación, de acuerdo a algunas fuentes, se podría extender ¡por más de 100 años!

6) El mismo gobierno ha reconocido el incremento de la violencia, la pobreza y los desplazamientos en las zonas mineras del país -esa “locomotora minera”, que llaman-, tanto en donde la explotación se hace bajo procedimientos legales -y para corroborarlo basta un simple encuesta tanto con sus trabajadores, como con la población circundante a las minas- como allí en donde la ilegalidad campea. Y la Colosa, en modo alguno, nos puede asegurar que sería la excepción a la regla.

De tal suerte que este espécimen multinacional, la AngloGold Ashanti, a quien por alguna razón yo percibo como un felino al que han dado en llamar Colosa, me recuerda bien las características de una intrépida gata: uñas retráctales, oído fino, olfato certero y visión nocturna; ágiles para capturar su presa y nada de lo que se mueve les es indiferente. Ah, y poseen una memoria prodigiosa para todo aquello que observan o experimentan.

Estamos, pues, ante una genuina “Gata Golosa”

guribe3@gmail.com