miércoles, 19 de agosto de 2015

La tormenta oceánica perfecta y definitiva

Robert Hunziker 16/8/2015

Los océanos del mundo están experimentando una "tormenta perfecta" que es mala, realmente mala, con demasiado calentamiento, exceso de acidificación, demasiado CO2, exceso de pesca, demasiados productos químicos, exceso de Ag, demasiada radiación (Fukushima ), y muy poco hielo (Océano Ártico) con exceso de metano (CH4). ¡Buff!

¿Cuánto pueden aguantar los océanos?

La respuesta a esa pregunta puede estar llegando a la superficie. Según ABC News del 19 de mayo de 2014, se están produciendo misteriosas muertes de animales por todo el mundo: "Millones de aves, peces, cangrejos y otros pequeños seres marinos han aparecido muertos en enormes cantidades en las costas de los Estados Unidos, a través de Europa y hasta en América del sur”.

Aunque, estos titulares sobre muertes misteriosas de animales deben ser atemperadas con los datos de eventos similares en el pasado, como por ejemplo, “Las muertes masivas de vida salvaje son un fenómeno antiguo. Un yacimiento de fósiles en Chile reveló catástrofes masivas recurrentes de mamíferos marinos, muy probablemente debido a la proliferación de algas tóxicas, que se remontan al menos nueve millones de años. Aristóteles, en su Historia Animalium, 'en el siglo IV antes de Cristo, comentó sobre el varamiento en masa de delfines como un fenómeno conocido” (J.B. Mackinnon, “On Animal Deaths and Human Anxieties", The New Yorker, 21 de abril 2015).

Con ello no quiero restar importancia a la gravedad de los sucesos recogidos por el titular de ABC sobre las muertes masivas de fauna marina. Tienen que ser tomados en serio y estudiados. Indudablemente, es muy importante estar absolutamente seguro de que los análisis son correctos, que se han atado todos los cabos. De lo contrario, las noticias y la ciencia estarían siempre pendientes del último fenómeno, sin saber dónde o cuando será el siguiente.

Esta vez es grave

Sin embargo, después de una extensa investigación, parece que "esta vez es diferente". No se trata del ritmo normal de la naturaleza cuando se producen tantas muertes masivas tan frecuentes de forma irregular durante milenios. No, no es puramente una casualidad. Lo que está sucediendo hoy en día parece tener consecuencias muy graves, y posiblemente afecta a toda la vida en el planeta.

El primer análisis cuantitativo del fenómeno de la mortalidad masiva

"Sin embargo, investigaciones reciente sugieren que la percepción de la mortandad masiva de vida salvaje es más frecuente y alarmante que nunca y podría tener algún fundamento. En enero fue publicado en Proceedings of the National Academy of Sciences de EE UU el primer estudio para tratar de realizar un seguimiento de las tendencias de estos fenómenos de mortalidad masiva; los autores encontraron que las muertes masivas parecen estar aumentando en número y magnitud, incluso después de intentar corregir estadísticamente el hecho de que se tiende a documentar las muertes masivas hoy más que en el pasado", (Ibid).

“Los sucesos masivos de mortalidad (MMES), la rápida y catastrófica mortandad de organismos, son un ejemplo de un fenómeno raro que afecta a las poblaciones naturales. Los informes individuales de MMEs demuestran claramente su importancia ecológica y evolutiva. Sin embargo, nuestra comprensión de los rasgos generales que caracterizan a este tipo de sucesos es limitado. Hemos realizado el primer - a nuestro entender- análisis cuantitativo de MMEs en todo el reino animal, y como tal, hemos sido capaces de explorar nuevos patrones, tendencias y características asociadas con los MMEs. Nuestro análisis descubrió el sorprendente hallazgo de que ha habido cambios recientes en las magnitudes de MMEs y sus causas asociadas”. (Samuel B. Fey, et al, “Recent Shifts in the Occurrence, Cause, and Magnitude of Animal Mass Mortality Events”, Proceedings of the National Academy of Sciences, Vol. 112, No. 4, 5 de agosto 2014.

“Todos los biólogos con los que hablé que está investigando los fenómenos de mortalidad en masa, MMEs, están convencidos de que muchos de ellos podría ser señales de problemas graves que afectan a los fundamentos ecológicos del planeta," (J.B. Mackinnon, citado antes).

Los fundamentos ecológicos en cuestión

"El cambio climático es la mayor amenaza para la salud del océano, pero no es la única. Si el océano debe seguir funcionando a un nivel capaz de sostener la vida tal y como la conocemos, tenemos que hacer frente al cambio climático y mitigar las otras presiones que ejercen sobre él“. (State of the ocean.org)

Una forma de aliviar las presiones es sustituir en todo el mundo la omnipresente política neoliberal ("privatización de los beneficios") por la eco-economía. ”Nuestra economía de libre mercado no es más que una gran subasta llamada "oferta y demanda", que - de manera muy eficiente - pone precio a todo. El problema es que nos permite venderlo todo - la última gota de petróleo, el último árbol, el último pez, el último de todo. Se llama crecimiento - pero es, obviamente, el crecimiento hacia la nada - exactamente lo contrario de la eco-economía. Es un defecto fatal de nuestro sistema económico actual. O, como Greenpeace dice: "Cuando se corte el último árbol, se envenene el último río y se pesque el último pez, descubriremos que no podemos comer dinero" (La eco-economía en una cáscara de nuez, ecoeconomics.org)

La eco-economía es la antítesis del "crecimiento hacia la nada" del neoliberalismo, ya que sostiene en vez de destruir la naturaleza. No es una mala idea.

Mientras tanto, el estado de los océanos se describe mejor así: "Si se manipulase el calentador del acuario y se vertiera un poco de ácido en el agua, los peces no serían muy felices ... Eso es exactamente lo que estamos haciendo a los océanos" (Carl Zimmer, “Ocean Life Faces Mass Extinction, Broad Study Says", The New York Times, 15 de enero 2015.

Por desgracia, el problema es mucho más grave de lo que se cree: "los peces marinos de aguas profundas que viven en los taludes continentales a profundidades de 2.000 pies a una milla sufren patologías hepáticas, tumores y otros problemas de salud que pueden estar vinculados a la contaminación causada 2 R. Hunziker, La crisis de los oceanos www.sinpermiso.info por los humanos, según ha encontrado uno de los primeros estudios sobre este tema. Se han encontrado pescados con una mezcla de órganos sexuales masculinos y femeninos. Los resultados parecen reflejar las condiciones generales del océano, A Mile Deep, Ocean Fish Facing Health Impacts From Human Pollution, Universidad Estatal de Oregon, 25 de marzo de 2015.

Debido a que el estudio de la universidad "refleja las condiciones generales del océano”, las perspectivas de cara al futuro no son muy buenas. Son francamente pésimas.

Y retrocediendo más en el tiempo, hay evidencia científica de un cambio hace 300 millones de años en los fundamentos del océano, lo que es motivo de alarma, consternación y nerviosismo, tal vez incluso de insomnio, ya que, una vez que las condiciones que tienen más de 300 millones años cambien, no es probable que haya marcha atrás hasta que no ocurran cosas terriblemente nocivas, a saber: "Ningún evento pasado reproduce en su proyección futura la alteración del equilibrio de la química del carbonato en los océanos, que es una consecuencia de la rapidez sin precedentes de la liberación de CO2 que actualmente tiene lugar" (Bärbel Honisch, et al , “The Geological Record of Ocean Acidification,” Science Magazine, vol. 335, No. 6072, 2 de marzo 2012).

"Con todo el CO2 que estamos liberando hoy en día, la química de los océanos está cambiando más rápidamente que en cualquier momento de los últimos 300 millones de años" (Today’s Academic Minute Interview of Dr. Bärbel Hönisch of Columbia University’s Lamont-Doherty Earth Observatory, WAMC, Northeast Public Radio, 90.3 FM).

No sólo eso, "Al comparar el pasado y el presente, tenemos que buscar, liberaciones masivas de CO2 muy rápidas, porque sólo éstas son comparables a lo que está sucediendo hoy en día. El evento geológico que mejor encaja con este patrón ocurrió hace unos 56 millones de años, cuando una liberación natural masiva de carbono fósil causó un aumento global de 9 a 16 grados Fahrenheit de temperatura; disolución masiva de conchas de carbonato en el fondo del mar; y la extinción de los organismos en el fondo del mar y cerca de su superficie. Esto sucedió a pesar de que la liberación de CO2 y la acidificación resultante de los océanos entonces fue al menos 10 veces más lenta que lo que está ocurriendo hoy “. (Ibid).

De hecho, después de 300 millones de años, la liberación de CO2 y la acidificación del océano han establecido nuevos récords de velocidad.

Por lo tanto, volviendo a la conclusión de Honisch, después de estudiar 300 millones años del registro geológico, no puede predecir un resultado futuro para el escenario actual porque “por la rapidez sin precedentes de liberación de CO2”.

Además, fue sólo hace 56 millones de años cuando sucedieron cosas realmente horribles, "a pesar del hecho de que la liberación de CO2 y la acidificación resultante de los océanos entonces era al menos 10 veces más lenta que lo que está sucediendo hoy en día”.

Tal vez alguien debería estar haciendo sonar las campanas, porque se está gestando en alta mar una tormenta gigantesca, y podría ser catastrófica. Hay que hacer sonar todas las campañas, no solo algunas y que sigan repicando porque el mensaje tiene que recorrer todo el camino hasta la Conferencia de París COP21, la Conferencia sobre Cambio Climático de la ONU del 30 de noviembre al 11 de diciembre.

La Conferencia de las Partes ("CP") se ha convertido en un culebrón de varias décadas con pocos resultados que mostrar, a excepción de las abultadas cuentas de gastos, que son pagadas por los contribuyentes. Aquí está el problema: "Los países juegan a la Teoría del pasajero. Cada país tiene interés en permitir que otros reduzcan sus emisiones de gases de efecto invernadero en lugar de hacerlo ellos mismos” (“The COP21 in Paris: Will it be a Success or a Failure?” One Europe, 14 de febrero 2015).

Los activistas climáticos afirman lo obvio: "Lo que vimos en el COP20 de Lima [diciembre 2014, en el Westin Hotel y el centro de Convenciones] es uno más de una larga serie de fracasos, de personas fracasadas, de un planeta fallido”. 11.000 delegados de más de 190 países se reunieron durante dos semanas en Lima (que implica una gran cantidad de caviar Beluga y champán Domaine Armand Rousseau). Su objetivo era eliminar obstáculos antes del COP21 en París. Sus resultados fueron, cuanto menos, insuficientes.

Fecha final: 30 de noviembre, COP21 París: ¿Crees en los milagros?

Robert Hunziker es escritor especializado en temas ecológicos y vive en Los Ángeles, EE UU.

 Traducción para www.sinpermiso.info: Enrique García


 http://www.counterpunch.org/2015/08/03/the-perfectly-nasty-ocean-storm/ 4

lunes, 29 de junio de 2015

ENTREVISTA A JORGE RIECHMANN (ECOSOCIALISTA)

"Seguir así nos lleva a un ecocidio que acabará con la mayor parte de la población en decenios"
LUCÍA VILLA

Sábado 27 de junio de 2015

Puede parecer catastrofista, pero tras las palabras y escritos de Jorge Riechmann (Madrid, 1962), se adivina, ante todo, un optimismo del que muchos no se ven capaces: el de imaginar una solidaridad común, una "autoconstrucción colectiva" -en palabras del poeta y activista- que acabe de una vez por todas con el sistema capitalista, antes de que éste termine consumiéndonos a todos. Profesor de Filosofía Moral de la Universidad Autónoma, militante de Ecologistas en Acción y de Izquierda Anticapitalista y miembro del Consejo Ciudadano de Podemos en Madrid, Riechman ha analizado a través de una extensa bibliografía (su último ensayo es Autoconstrucción, de la editorial Catarata) las aberraciones de un modelo que consume y vive sin límites en un planeta que se muere a ritmo acelerado. Durante los días 26, 27 y 28 de junio participa, junto a otros representantes de movimientos sociales, investigadores, activistas y políticos de una decena de países, en los II encuentros Alternativas frente a los retos ecosociales que se celebran en Madrid para combinar los enfoques social y ecológico y buscar respuestas conjuntas con las que combatir las crisis, desde la económica hasta la de valores, que padece la sociedad actual.
¿Qué plantea el Ecosocialismo?
Yo defiendo desde hace tiempo que no podemos pensar en una sociedad que sea sustentable de verdad y que siga siendo capitalista. Si queremos sociedades que puedan durar en el tiempo, que sean perdurables, no hay forma de esquivar la cuestión del sistema y las rupturas anticapitalistas. Tenemos que fijarnos más en algo que, aunque ya estaba presente en El capital de Marx, no ha tenido mucha importancia en los intentos históricos de avanzar en el socialismo: la idea de que las fuerzas productivas son, a la vez e indisociablemente, fuerzas destructivas. Y esa parte destructiva ha ido en aumento con respecto a la parte productiva a medida que se han ido desplegando las sociedades industriales.
Yo creo que una cuestión central en nuestro tiempo es el choque de las sociedades industriales con los límites biofísicos del planeta. Según los cálculos de la huella ecológica del conjunto de la humanidad, estamos viviendo como si tuviéramos a nuestra disposición un planeta y medio. Es una situación aberrante que sólo se va a poder mantener un tiempo. Estamos viviendo, literalmente, como si no hubiera mañana… y eso es altamente problemático. Y lo que dice el ecosocialismo es que la fuerza principal que está detrás de ese choque contra los límites biofísicos del planeta es la dinámica autoexpansiva del capital.
¿Y cómo se le da la vuelta a un sistema, el capitalista, que no es sólo político o económico, sino también cultural y de valores, que está impregnado en todos?
Yo creo que esa es una dimensión muy importante que ha ido incluso ganando peso por los procesos culturales de los últimos decenios. Es cierto que cada sociedad genera los objetos que necesita, o los objetos congruentes con ese orden social. Eso, de hecho, es un proceso en bucle. Las personas somos generadas por la sociedad, la sociedad genera sujetos y los sujetos reproducen, producen y cambian la sociedad. Es un bucle de realimentación. Pero lo nuevo, que es muy tremendo en esta situación en la que nos encontramos, es que a medida que se ha afianzado la versión neoliberal del capitalismo, éste entra mucho más hondamente en la constitución de la subjetividad. Hay una frase, de estas inmortales que produjo Margaret Thatcher, que venía a decir algo así como: “La economía en realidad no importa tanto, en realidad donde nos jugamos todo es en el alma humana”. Esto Margaret Thatcher y otros teóricos del neoliberalismo lo tenían muy claro.
Y lo que ha ido teniendo lugar es un proceso en el cual esa dinámica de expansión de la sociedad mercantil se ha ido introduciendo cada vez más en la gente. Entonces claro, pensar en esos términos nos da idea de la dificultad de este asunto, que no puedes en efecto considerar que tu adversario es algo exterior que tienes enfrente, así, nítidamente delimitado, sino que lo has incorporado, es una parte de lo que tú también eres.

Una imagen un poco humorística que he usado alguna vez para intentar contar esto es ese personaje de las fábulas centroeuropeas que es el baron de Münchhausen. En uno de los lances célebres de su vida, Münchhausen cae dentro de un pantano con su caballo y se está hundiendo en las arenas movedizas. Y entonces para salir lo que se le ocurre es tirar de su propia coleta y consigue sacarse del pantano. Lo que nos toca hacer es algo parecido a eso. Yo creo que hay que pensarlo desde la autoconstrucción colectiva.
¿A qué nos exponemos? Los científicos ya hablan de que se ha puesto en marcha la sexta gran extinción de especies, la primera que estaría causada por el hombre y la primera que afectaría al hombre… la sociedad no parece muy consciente.
No. Eso es dramático. La diferencia que hay entre el mundo de creencias en el que está viviendo el promedio de la gente en esta sociedad y la situación objetiva tal y como podemos referirnos a la misma por medio de la ciencia, es enorme. Somos incapaces, como sociedad, de hacernos cargo de lo que está pasando y de ver lo cerca que estamos de despeñarnos por un abismo cuyas dimensiones no acabamos de calibrar. Sí que lo hacen los investigadores e investigadoras y por eso están lanzando gritos de alarma cada vez más desesperados desde hace mucho tiempo.
Uno de los generales golpistas en Brasil en la primera de esas dictaduras que se implantaron en América Latina en los años 60 dijo: “El país se encontraba delante de un abismo y decidimos dar un paso al frente”. Nuestras sociedades están al borde de un abismo y están avanzando a toda velocidad. No paso a paso, sino de forma motorizada sin darnos cuenta de lo que eso representa.
Si hubiera que señalar sólo tres ámbitos de la dimensión de esa crisis ecológico-social, serían el calentamiento climático, la crisis de recursos y la extinción masiva de diversidad biológica. Son tres procesos que están, literalmente, quitándonos el suelo de debajo de los pies. Seguir haciendo las cosas más o menos como las estamos haciendo ahora nos lleva a un ecocidio, acompañado de un genocidio, que si no somos capaces de cambiar se llevará por delante, yo creo, a la mayor parte de la población humana en los decenios que siguen. Y de eso es de lo que se está hablando cuando hablamos de cambio climático.
Todas las esperanzas para frenar el cambio climático están puestas en la cumbre de París de diciembre de este año. ¿Un protocolo que sustituya al de Kioto es suficiente?
Todo indica que, tal y como están planteadas las cosas, no será suficiente. Lo que convencionalmente, con una base científica, se ha establecido como un nivel más o menos de seguridad son los dos grados centígrados de incremento de la temperatura promedio con respecto a los niveles preindustriales, y muchos científicos piensan que no se deberían sobrepasar los 1,5 grados. Sin embargo París es importante en la medida en que pueda suponer un cambio de tendencia por lo menos, porque la situación ahora es que estamos emitiendo cada vez más, cada vez más deprisa. No es que estemos en una situación de equilibrio, sino que las emisiones siguen creciendo y cada vez más rápido. Y París puede servir como el inicio de una inflexión en ese sentido. Pero yo estoy convencido de que sin rupturas anticapitalistas, sin avanzar claramente hacia otro modelo de producción y consumo, no hay forma de evitar ese desenlace muy dramático.

Usted es miembro del Consejo Ciudadano de Podemos en la Comunidad de Madrid. ¿Ve representados los valores ecologistas en el partido?
De manera muy insuficiente. No es un problema sólo de Podemos, es un problema de la mayoría de nuestras fuerzas políticas. Hay una cosa que subrayaba hace un par de años un activista brasileño de los involucrados en el Foro Social Mundial de Porto Alegre, Chico Whitaker, en referencia a los movimientos como el 15-M u Occupy Wall Street, que empleaban el lema de “somos el 99%, frente a un 1%”. Si pensamos en términos ecológicos y sociales esa distribución no es así. Chico Whitaker decía que habría que pensar más bien en un 1% de gente que tiene cierta conciencia del mundo real en el que vive y que está intentando alertar a otro 98% de la situación dramática en la que nos encontramos para sumar fuerzas y hacer frente al 1% restante que está en lo alto de la pirámide de la riqueza y el poder. Pero el nivel de conciencia en ese 98% de la población no es ni de lejos el que se requeriría.
25/06/2015