miércoles, 28 de diciembre de 2011

Ley de Tierras, primero ordenar lo apropiado

Por: Juan Pablo Ruiz Soto

Antes de pensar en colonizar nuevas regiones, como propone el proyecto de Ley de Tierras, debemos organizar lo ya intervenido.
Después de los estragos asociados a las olas invernales sufridos en todo el país, era de esperar que la propuesta de Ley de Tierras y Desarrollo Rural abordara el problema de la adaptación al cambio climático con una propuesta integral para hacer realidad el ordenamiento del uso del territorio y asegurar la función ecológica de la propiedad privada.

Respecto del uso del territorio, la legislación ambiental tiene un enfoque muy ortodoxo y carece de instrumentos para ser efectiva. Habla de la protección de los nacimientos de agua y de las riberas de ríos, quebradas y arroyos, pero los ríos principales y más emblemáticos de Colombia se encuentran desnudos; no hay bosques en las riberas de ríos como el Cauca, el Caquetá, el Patía y el Magdalena, ni en muchos de sus afluentes como el Bogotá, el Porce o el Chicamocha; ni hablar de los arroyos que alimentan estos ríos, donde el tractor, el azadón y el ganado llegan hasta el propio cauce.

Como parte de la nueva Ley de Tierras y Desarrollo Rural, la legislación ambiental referida a la preservación y conservación del agua debe hacerse efectiva e incluir aspectos de reordenamiento y uso del suelo que antes no consideraba. La función ecológica de la propiedad, hoy más que antes, es algo que todos debemos reconocer y respetar. Con el cambio climático esta función es aún más relevante y afecta la infraestructura y los asentamientos urbanos y rurales.

La responsabilidad no es sólo del Sistema Nacional Ambiental, sino del Estado en su totalidad. La revisión de la propuesta de Ley de Tierras y Desarrollo Rural debe permitir expropiar a quien no garantice la función ecológica de la propiedad. En el pasado corría el riesgo de expropiación quien no talara el bosque para realizar actividades agropecuarias; ahora, por el contrario, deberá expropiarse quien tale el bosque o no lo recupere en áreas de protección de ríos, quebradas y arroyos e incluso en zonas de protección de taludes de carreteras, caminos, oleoductos, acueductos y todo tipo de infraestructura necesaria para el desarrollo nacional. Los planes municipales de ordenamiento territorial deben identificar claramente las áreas a recuperar y a conservar, así como los mecanismos que permitan lograr esos objetivos.

Todas estas medidas deben ir en beneficio del productor rural. Mediante el pago de los servicios ambientales y la exención de impuestos asociada a la protección de áreas claves, el propietario rural debe obtener un ingreso equivalente y en muchos casos superior al que obtendría si utilizara su terreno para producción agropecuaria. En este contexto, a los productores rurales hay que transferirles recursos desde otros sectores productivos que utilizan los servicios ambientales asociados a la función ecológica de la propiedad. Esto excede la conservación de la fauna, la flora y el agua y tiene relación con la conservación de la infraestructura y con la estabilidad de las cuencas hidrográficas. Debemos actualizar el Código Nacional de Recursos Naturales y las leyes que le sucedieron. A la luz de la nueva dinámica ambiental global y del desarrollo de la infraestructura nacional debemos repensar el uso del suelo y asegurar el desarrollo territorial. El Gobierno debe vincular el Plan Nacional de Desarrollo y los Planes de Ordenamiento Territorial actualmente en revisión en todos los municipios de Colombia.


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Payandé Marchará por un Ambiente Sano


El Nuevo Día
XII 28 2011
El grupo de la red social Facebook, denominado ‘Payandé, territorio desplazado por Cemex’, realiza la convocatoria para la movilización que se llevará a cabo el 30 de diciembre.
Por un medio ambiente sano, el respeto a los derechos humanos y la dignidad del pueblo, habitantes de Payandé, corregimiento de San Luis, marcharán este viernes 30 de diciembre, a partir de las 2:00 de la tarde.

De acuerdo con Heber Meneses, uno de los coordinadores del evento, que está haciendo extensiva la invitación por la red social Facebook, durante la movilización de carácter cívico “vamos a reclamar por el derecho al medio ambiente sano, el respeto y el derecho a continuar siendo un pueblo.


“Las modificaciones efectuadas por el Concejo Municipal con base en los requerimientos de la empresa Cemex, han servido para cambiar el esquema de ordenamiento territorial y la mina La Esmeralda; así mismo la explotación minera avanza hacia el casco urbano, marcando un futuro incierto para Payandé, pues en 20 años el 40 por ciento del sector urbano desaparecería”.


El evento, indicaron los coordinadores en comunicado de prensa, tiene la intención de hacer público el inconformismo de la comunidad frente a los procedimiento industriales en la transformación de la materia prima y la explotación minera, actividades que estarían generando un impacto negativo en la población.


“Queremos dejar en claro a la opinión pública, y principalmente a Cemex, que esta marcha, la primera de una serie que vamos a convocar, no es una campaña de desprestigio en contra de la multinacional, queremos que sea un punto de llegada donde nos podamos dar la mano como comunidad con la empresa”, expresó Herber Meneses.


Las personas se ubicarán en el parque principal, lugar donde se recogerán firmas, se harán intervenciones de habitantes de Payandé de diferentes partes del país y marcharán por las calles del corregimiento.


El inconformismo

La contaminación, la falta de responsabilidad social, el deterioro de las viviendas, al parecer, por las actividades mensuales de las voladuras y el posible desplazamiento del corregimiento, son algunas de las inconformidades que manifiestan los coordinadores.


“El asunto de la contaminación está relacionado con la calidad del aire de Payandé, que es muy mala por la presencia de material particulado generado en la planta Caracolito, por las diferentes chimeneas que hay en el proceso de elaboración del cemento; la deforestación afecta todos los ecosistemas que están alrededor de la población”, aseveró Meneses.
 

Así mismo, señalan que la actividad de la multinacional ha perjudicado las cuencas hidrográficas como ‘El Ojito de Agua’, la quebrada El Pajarito y se ha ido cambiando el curso a la quebrada El Salado.


“Se cree que la licencia minera llega hasta el atrio de la iglesia, pero hay un plan de explotación minera que tiene Cemex y es que en los próximo 20 años hay tres fases de explotación y la mina avanza hacia el casco urbano, por lo que la explotación minera afectaría el 40 por ciento del espacio físico de Payandé, lo que generaría un desplazamiento”, indicó el Coordinador de la movilización.


En salud

De acuerdo con Luz Miryam Mora, quien hace parte de los coordinadores de la marcha, “Payandé tiene un grado alto de un 70 por ciento de morbilidad que es cáncer pulmonar y enfermedades respiratorias, al parecer, debido a la contaminación que genera la planta Caracolito”.

Y agregó que “se ha  efectuado un estudio de calidad del aire en el corregimiento e infortunadamente no se ha hecho nada al respecto; ese estudio está en la Secretaría de Salud del Tolima. Lo que queremos es que a Payandé se le de una calidad de vida mejor, que sea respetada su gente y haya un trato diferente.


“Con esta marcha pretendemos que las personas se vinculen y hacernos oír por las entidades locales, departamentales y nacionales, para que conozcan la problemática que estamos viviendo, que es desconocida por muchos”.


Cemex responde

Ante las denuncias efectuadas por el grupo que llevará a cabo la marcha del próximo 30 de diciembre, EL NUEVO DÍA se comunicó con Claudia María Orozco, gerente de Relaciones con la Comunidad en el Tolima. 

EL NUEVO DÍA: De acuerdo con las versiones de algunos habitantes de Payandé, Cemex ha comprado casas del casco urbano para extender las instalaciones y de paso las explotaciones mineras. ¿A qué se debe la compra de estas viviendas y por qué hay documentos que lo certifican?
  

CLAUDIA MARÍA OROZCO: En el 2006 Cemex adquirió 16 viviendas del barrio La Esmeralda en virtud a un compromiso contractual con los propietarios de las viviendas. Es decir que Cemex cumplió una obligación que había adquirido en su momento Cementos Diamante con los propietarios de las viviendas para comprar sus casas debido a la cercanía con la zona minera.
 
Hoy esa zona forma parte del corredor de amortiguamiento entre el centro poblado y la explotación. Actualmente Cemex no está realizando ningún proceso de negociación para la compra de viviendas.
 

END: Se hicieron reparaciones en algunas viviendas por parte de Cemex y algunos aprendices del Sena, hay un documento que, según los testimonios, ustedes hacían firmar comprometiendo a las personas a no quejarse por fisuras y grietas ante la empresa. ¿Qué tan cierto es esto y de ser así, por qué? 
CMO: Uno de nuestros focos estratégicos en responsabilidad social es Vivienda e Infraestructura. En esta área contamos con programas sociales como Patrimonio Hoy, Bloqueras Solidarias (en convenio con el BID), construcción de unidades sanitarias rurales y mejoramiento de vivienda.  

Este último hace parte de un convenio entre Cemex y el Sena. Nuestro objetivo es llevar a la comunidad programas de formación gratuita y titulada. Desde el 2007 se han venido formando personas de Payandé en  programas Técnicos como: Producción Agropecuaria Ecológica, Obras Civiles y Ambientales, Minería y Mampostería y Estructuras en Concreto.  

Para llevar a cabo estas capacitaciones Cemex proporciona sin costo los materiales, los recursos técnicos, humanos, económicos y otros; entrega las herramientas necesarias para el trabajo de los estudiantes y les da la posibilidad de realizar sus prácticas en nuestras operaciones o en las comunidades.

Es así como los estudiantes en formación del programa ‘Técnicos en Mampostería y Estructuras en Concreto’, intervienen las viviendas de su misma comunidad en el Corregimiento de Payandé, acompañados permanentemente del instructor.
  
Durante el tiempo de formación que tiene el programa, se han graduado 90 personas y se han intervenido 240 viviendas en Payandé, con obras como mejoramiento de pisos, paredes, construcción de muros, vigas de amarre, dinteles, entre otras.
 

END: ¿Es verdad que Cemex está ocupando terrenos que no son de su propiedad, por ejemplo, predios y partes de un colegio? 
CMO: No. Cemex no ha construido instalaciones industriales en predios de terceros y ha adquirido la totalidad de los predios para el desarrollo de sus proyectos. La aprobación del proyecto de modificación del Esquema de Ordenamiento Territorial - EOT, presentado por el municipio de San Luis con el Acuerdo 003 del 18 de marzo de 2010, permitirá el avance urbano planificado, industrial y minero organizado, el desarrollo socioeconómico de la región y la generación de empleo.
  
En el caso de la mina de caliza de Payandé, su explotación está amparada por un título minero obtenido legítimamente y por el Código de Minas, Ley 685 de 2001, en el cual se requiere delimitar una franja de amortiguación entre la actividad minera y el centro poblado.
 

Por  esto el Concejo municipal, abrió un espacio para concertar y definir ésta franja.
 
Durante el año 2011 Cemex organizó y llevó a cabo más de 30 reuniones de socialización del proyecto minero, donde se propone cambiar el uso del suelo de los predios de Cemex que están dentro del PIT Minero límite y forman parte del perímetro urbano de Payandé, con el fin de delimitar la franja de amortiguación.
  

Por la cercanía que tiene nuestra actividad minera con la Institución Educativa, Cemex propone construir una nueva sede para la Institución Educativa San Miguel de Payandé, en la zona de expansión urbana considerada en el EOT.
 

END: ¿Por qué aún no se ha hecho el respectivo balance y socialización del estado actual de la mina ante los habitantes de la región?  
CMO: Una vez al mes, en el Centro Comunitario de Cemex, ubicado en Payandé, se abre un espacio formal y oficial que hemos denominado ‘Comité de Vecinos’.
 

En este espacio se invita y participan voluntariamente todos los representantes de las Instituciones Municipales como la JAC, la JAL, la corregiduría, el sector educativo, el municipio, el concejo, la parroquia, las autoridades ambientales y mineras, y todas las personas de la comunidad que así lo deseen.
  

En éste comité se presentan a la comunidad los avances de los diferentes programas que durante todo el año se realizan a nivel social y ambiental y se planean o ajustan conjuntamente las actividades a implementar.
  
END: ¿Cuál es el proceso que adelanta Cemex con el trabajo de responsabilidad social?
  

CMO: La contribución de Cemex al desarrollo económico y social del Tolima suele medirse a través de diversos indicadores tales como la inversión productiva, social y ambiental, empleo y generación de actividad económica; así como en los aportes que hace la empresa a las finanzas nacionales y territoriales a través del pago de impuestos, tasas, contribuciones y otros aportes que benefician a la Nación, al Departamento y a los municipios vecinos a la actividad industrial y minera. 

Nuestra estrategia de sostenibilidad es desarrollar productos, servicios y soluciones para la construcción que cubran las necesidades de un mundo con cada vez menos recursos, mientras que reducimos nuestra huella ecológica y mejoramos los estándares de vida de las comunidades en las que operamos.
 
Por eso realizamos programas para minimizar los impactos ambientales y contribuir a mejorar la calidad de vida de nuestros vecinos.
 

Actualmente Cemex está evolucionando su visión de negocio. Queremos apartarnos del concepto de que la empresa se dedica solamente a la venta de cemento, concreto y agregados.
 

Somos una empresa que quiere contribuir a impulsar el desarrollo del país con soluciones integrales de construcción que generen bienestar a la sociedad. La idea es poner nuestra experiencia y capacidad de gestión al servicio de nuestros clientes y del gobierno, tanto a nivel nacional como local, para que sus proyectos de educación, vivienda e infraestructura se vuelvan una realidad.
Publicada por
IBAGUÉ

martes, 20 de diciembre de 2011

Extractivismo y alternativas de/al desarrollo

Hugo Blanco Galdós (Perú)


Diálogo Público en la Sala Carpa del Hotel Riviera

Felicito al “Programa Democracia y Transformación Global” por haber convocado a esta importante reunión con ocasión de la amenaza del oro contra el agua por el proyecto Conga. En vista de que no podré estar presente, pues estoy en el Cusco y no en Lima, contribuyo con mi opinión por escrito.

En la primera parte repito lo expresado en otras ocasiones, en el editorial del número de agosto de “Lucha Indígena” titulado “El modelo de desarrollo del nuevo gobierno” ya señalábamos su carácter extractivista colonial opuesto a nuestra cultura y nuestras necesidades.

Dos imágenes parecidas pero contrarias

Los incas
Ollanta Humala
Campo experimental agrícola: Moray, Cusco




a a cielo abierto

La vida
La muerte

Nuestra cultura agrícola

El Tawantinsuyo no fue más que la última etapa de una larga, milenaria y fructífera historia de cultura agrícola. Fuimos uno de los 8 centros mundiales de domesticación de plantas silvestres en plantas útiles, fundamentalmente alimenticias. Esto no fue casual, ni porque nuestros antepasados hayan sido más inteligentes que otros.

De las 104 zonas de vida del planeta, en nuestro territorio tenemos 84, solo nos faltan las zonas polares. Compartimos la selva tropical más grande del mundo. Nuestro territorio está atravesado por la Cordillera Andina, la que para mayor fortuna nuestra está en dirección norte-sur y no este-oeste, lo que hace que el clima a 1,500 metros de altura cerca al ecuador sea más cálido que a la misma altura en el sur. En la parte oriental de la cordillera llueve mucho, mientras la parte occidental es árida.

La costa árida contribuye con más microclimas. Nuestro océano está en el trópico, sin embargo hay una corriente fría que viene de la región polar, lo que además de producir el movimiento horizontal del agua provoca un movimiento vertical, pues el agua caliente de abajo tiende a subir. Esto provoca gran circulación del fitoplankton y zooplankton (plantas y animales microscópicos) que alimentan a una nutrida variedad de peces.

Nuestros antepasados descubrieron y utilizaron el mejor fertilizante del mundo: el guano (del quechua wano) de isla, excremento de aves marinas acumulado en las islas. 

Viviendo en esta geografía privilegiada no tenía nada de extraño que nuestras culturas fueran fundamentalmente agrícolas y también pescadoras.

Domesticaron 182 especies vegetales, entre ellas 3,000 variedades de papa.

La tierra no tenía dueños, era la gente la que pertenecía a la tierra.

Había planificación de la agricultura a nivel tawantinsuyano, se señalaba en qué terrenos debía cultivarse cada especie y cada variedad. Cuando había buen terreno y faltaba gente, se la enviaba de otros lugares. Se construyeron terrazas para cultivar en las laderas y evitar la erosión. En el altiplano se construyó “waru-warus”, que eran terrazas alternadas con zanjas; cuando llovía mucho las terrazas no sufrían inundación, cuando llovía poco se usaba el agua depositada en las zanjas, además, el calor del sol acumulado por el agua durante el día, al emanar en la noche, contrarrestaba el frío de la helada.

Se construían largos canales en zigzag, para evitar la erosión. Las comunidades de media altura enviaban rotativamente parte de su población a las alturas a criar alpacas y a la ceja de selva a cultivar coca.

Herencia arqueológica de nuestra cultura agrícola.- Todavía quedan en Moray, Cusco, los restos de un campo experimental agrícola. Quedan en Raqchi, Cusco, restos de abundantes almacenes para los años de escasez. Quedan en Cusco y Cajamarca, restos del culto al agua.

Invasión europea

Cuando vinieron los españoles arrasaron nuestra cultura agrícola: Destrozaron canales, andenes y waru-warus.

Calificaron de malditos a los alimentos de debajo de la tierra (papas, ocas, años, maca, yacón) por estar cerca del demonio. La más maldita fue la papa, pues el demonio había hecho que llevara el nombre del Santo Padre (Papa), por eso cambiaron el nombre al tubérculo que en España llaman patata, con cuya denominación ha pasado al inglés y otros idiomas. Años después, cuando los europeos tuvieron que recurrir a la papa para salvar a Europa de la hambruna, la reina de Inglaterra tuvo que ir al baile con una flor de papa en la solapa.

La coca fue maldita porque era adorada por los nativos, lo mismo pasó con la kiwicha acá y en México (amaranto).

La principal actividad pasó a ser la minería, para enviar oro y plata a España. De entonces data lo de “Perú – país minero”.

La agricultura fue necesaria para mantener a la minería. La tierra pasó a tener dueños. Se implantó el latifundio, los españoles se hicieron dueños de grandes extensiones, pero la población nativa era quien tenía que trabajar como siervos, en las encomiendas y repartimientos.

“Independencia”

Luego de la llamada “Revolución de la independencia” continuó la servidumbre de tipo feudal, los latifundios republicanos pasaron a llamarse haciendas. Este sistema comenzó a derrumbarse ya en el año de 1962 con el levantamiento del campesinado indígena de La Convención que liquidó los latifundios, luego, ante la extensión de la rebelión indígena, los militares tomaron el poder con Velasco Alvarado y extendieron la liquidación del latifundio a todo el país a partir 1969.

Con la “Revolución de la Independencia”  el Perú no dejó de ser colonia, tuvo himno nacional, bandera y escudo, pero pasó a ser colonia inglesa. El guano de isla descubierto y utilizado por nuestros antepasados fue saqueado por los consignatarios para fertilizar los suelos de Inglaterra, por disposición de Ramón Castilla. Tanto saquearon que con el poco dinero que dejaban al gobierno, Castilla pudo hacer muchas obras, es calificado como “El mejor presidente”, por haber dispuesto que el guano no fertilizara los suelos del Perú sino de Inglaterra.

En la época del caucho, desde 1879, hubo depredación de la Amazonía y esclavización de los nativos. El Perú continuó produciendo lo que nuestros amos de turno necesitaban, no lo que necesitaba la población peruana.

Luego vino una época agrícola, pero no para el consumo peruano, sino para nuestros amos: Azúcar y algodón, junto con el caucho, el petróleo y la minería.

Con el debilitamiento del imperialismo inglés por las dos guerras mundiales pasamos a ser colonia de Estados Unidos y ahora lo somos de las empresas transnacionales. Seguimos produciendo lo que nuestros amos necesitan.

Pero como el nombre de país colonial o país neocolonial es muy feo, el 20 de enero de 1949 el presidente norteamericano Truman nos puso el nombre de país “subdesarrollado”. Los países imperialistas del norte son los “países desarrollados”, nosotros tenemos que correr para ser igual que ellos, para alcanzar ese “desarrollo”, pero corremos y corremos y nunca les alcanzamos, por eso, para desacomplejarnos ahora nos llaman “países en desarrollo”. Esas nuevas denominaciones no cambian nuestra situación, continuamos produciendo lo que nuestros amos de turno necesitan, depredando nuestra naturaleza y sumidos en la miseria. Continuamos siendo colonia.

Ahora

Como parte del impetuoso avance del capitalismo depredador en el mundo, nuestro territorio y nuestra población son notables víctimas:

El principal ataque son las minas a cielo abierto, que con explosivos derrumban montañas para extraer metales usando cianuro y otras sustancias químicas venenosas, envenenan el agua matando personas, animales y vegetales. Son mucho más destructoras del medio ambiente que las antiguas minas de socavón.
En Costa Rica y 5 provincias argentinas están prohibidas por ley las minas a cielo abierto. Europa acaba de prohibir el uso del cianuro. En el Perú son práctica diaria impune las minas a cielo abierto y el uso del cianuro.

Al robar el agua de los pequeños campesinos mata la pequeña agricultura que nos alimenta en forma sana y expulsa a las poblaciones a los márgenes de las ciudades aumentando la miseria urbana.

Otro ataque es la agroindustria y en general la industria alimentaria.

Usan el monocultivo, que es cultivar la misma especie en grandes extensiones año tras año, esta práctica antinatural es enemiga de la naturaleza.

Usan agroquímicos en abundancia: fertilizantes, insecticidas, herbicidas. Este es otro ataque a la naturaleza, mata el suelo, envenena los productos, al matar los insectos mata las aves.

Usa transgénicos y químicos como colorantes y conservantes que son nocivos a la salud.

Hay una hormona que hace que la vaca produzca más leche, esa leche produce cáncer, pero eso no interesa, lo único que importa es que le da más dinero al empresario.

Las hidroeléctricas para la minería también roban agua a la pequeña agricultura.

Las grandes vías de comunicación, como la carretera interoceánica construida para dar salida al Océano Pacífico a las empresas transnacionales con base en Brasil, sirven para depredar grandes extensiones de selva amazónica para el saqueo de madera y la implantación del monocultivo de agrocombustibles para alimentar a los carros y para ganadería.

En estas y otras formas el gran capital transnacional ataca fuerte y velozmente a la naturaleza peruana mientras hunde en la miseria a nuestra población.

La liquidación del pequeño campesino al robarle el agua que usa para el cultivo, también es un ataque a la población urbana, pues al no contar con los alimentos sanos con que la provee la pequeña agricultura campesina, ha de verse obligada a alimentarse con los transgénicos y químicos producidos por la moderna industria alimentaria en manos de grandes capitales.

Hay  bellas palabras que nos trae Ollanta: “Inclusión social”. ¿Dónde nos van a incluir? ¿Vamos a ser socios de Newmont? Por supuesto que no, nuestros amos nos roban el agua, depredan nuestro suelo, se llevan millones, dejan algo a sus sirvientes, las autoridades  peruanas y a nosotros nos llegan limosnas.
Dicen que la minería nos va a dar trabajo; es falso, por cada puesto de trabajo en la minería hay 48 puestos de trabajo en la actividad agropecuaria.

La promesa que sí ha cumplido Ollanta es la del “Gran Cambio”. El cambio del Ollanta candidato que prometió a los cajamarquinos defender el agua contra el oro al Ollanta presidente que defiende el oro contra el agua.

El TLC con Estados Unidos nos perjudica en ambos sentidos:

Facilita el ingreso de trigo transgénico yanqui que llena el mercado peruano con harina blanca Alicorp, que ya no tiene la vitamina b que se encuentra en la cubierta morena del trigo. Las grandes empresas norteamericanas productoras de trigo son premiadas con subsidios por producir y exportar. Como el pequeño productor peruano de trigo no recibe ningún subsidio es aplastado por la competencia de las grandes compañías norteamericanas. Pero no es sólo él, también los productores de otras harinas, pues nuestra población pobre ya no compra los alimentos por su valor nutritivo ni por su sabor, sino por su precio. Una base fundamental de su alimentación han pasado a ser los fideos elaborados con harina blanca transgénica Alicorp. Gracias al TLC ha bajado el nivel de nutrición de nuestro pueblo.
Dicen que el TLC también favorece a la exportación peruana. Sucede que la exportación “peruana” también está en manos de grandes compañías transnacionales. Cultivan espárragos y alcachofas para Estados Unidos.
Ambas plantas absorben mucha agua que roban de los productos con que nos alimentamos los peruanos en beneficio de la exportación. Además la sociedad de exportadores ADEX ha pedido que se mantenga la legislación especial que hay contra los trabajadores agrícolas que se encuentran mucho más oprimidos que los trabajadores urbanos, en beneficio de los grandes capitalistas de las grandes empresas transnacionales dueños de la industria alimentaria.

Los diferentes gobiernos: Fujimori, Toledo, García, Humala, no son más que sirvientes de las grandes empresas transnacionales que son las actuales dueñas del Perú.

Esa es nuestra actual situación de país colonial.

El Poder Ejecutivo (incluidos la policía y las Fuerzas Armadas), la gran mayoría del Poder Legislativo, el  Poder Judicial, los grandes medios de prensa, tienen como tarea principal el mantenimiento de esta situación colonial. 

Volver a nuestras raíces

¿Vamos a seguir corriendo como “subdesarrollados” para alcanzara a los “desarrollados”?

Ayer recibimos esta noticia del gran país “desarrollado”, Estados Unidos:

Casi la mitad de los estadounidenses viven en la pobreza o con bajos ingresos”

“Nuevas cifras muestran que el hambre, la pobreza y el declive económico aumentan a niveles récord en Estados Unidos. La Oficina del Censo informa que casi la mitad de los estadounidenses se encuentra bajo la línea de pobreza o en la categoría de "bajos ingresos". La cifra de habitantes con bajos ingresos es de 97.3 millones de personas, junto a 49.1 millones de personas bajo la línea de pobreza, lo que hace un total de 146.4 millones de personas. La cifra marca un aumento de cuatro millones con respecto al año 2009.”

Lo que tenemos que hacer es defender nuestra naturaleza y hacer que el Perú sea gobernado por todos los peruanos, no por los sirvientes que le mueven la cola al gran capital transnacional.

Y para eso lo mejor es volver a nuestras raíces.

Agricultura

En nuestras raíces está la economía que tenga como objetivo cubrir las necesidades de nuestra población, fundamentalmente que todos tengamos las posibilidades de ingerir la comida sana suficiente y de beber agua pura. Esa debe ser nuestra primera meta económica junto con asegurar la vivienda digna para todos los habitantes del país. Naturalmente que para lograr eso tenemos que expulsar a las empresas que depredan febrilmente nuestra naturaleza.

Por lo tanto la base de nuestro desarrollo (en el verdadero sentido de esta palabra), debe ser la agricultura, campo en el cual nuestros antepasados avanzaron tanto.

Naturalmente no tenemos que quedarnos donde ellos llegaron, tenemos que continuar avanzando. Los genetistas indígenas nos dan el ejemplo, pues han creado muchas variedades de habas (que no son peruanas sino originarias de la cuenca mediterránea o del Asia central). Hay una corriente de agrónomos que nadando contra la corriente continúa trabajando para mejorar nuestros cultivos no en función de la ganancia sino del consumo.

No debemos maravillarnos ante la palabra “exportación”, primero preocupémonos de cubrir nuestras necesidades.

En segundo lugar pensaremos en la exportación. Para eso tenemos maravillas: Nuestros productos nativos tienen gran aceptación en Europa: La quinua de diferentes colores, la quiwicha que es alimento de astronautas que requieren de muchos nutrientes en poco volumen, la qañiwa, la maca, el aceite de sacha inches que ha ganado en concursos en París al aceite de oliva, pues contiene grasas omega 3, 6, 9.

La gran biodiversidad de la Amazonía tiene infinidad de medicinas sanas que proveer al mundo, la quinina que salvó la vida al futuro Rey Sol de Francia y la uña de gato son sólo dos ejemplos.

No tenemos que correr detrás del “desarrollo” de potencias imperialistas que hoy están en crisis, busquemos nuestro propio DESARROLLO.

Además atenderemos el turismo, por supuesto no manejado como ahora, que está al servicio de grandes compañías turísticas, de transporte, de hoteles, etc., sino manejado por los de abajo.
La industria y otras actividades, cuidando de no dañar el medio ambiente, pensando siempre en las generaciones futuras.

Actualmente, como un paso adelante y a la vez defensivo, debemos procurar que las comunidades y municipios elaboren planes de desarrollo agropecuario. Cuando venga la mina la mostraremos como agresión al plan de desarrollo.

Ayllu

En cuanto a la organización social, al gobierno, tampoco tenemos que andar a la cola de las “democracias occidentales”, que como ha sido denunciado por los propios habitantes de Nueva York: “Son el gobierno del 1% contra el 99% de la humanidad”.

Como dijimos arriba: El Poder Ejecutivo (incluidos la policía y las Fuerzas Armadas), la gran mayoría del Poder Legislativo, el  Poder Judicial, los grandes medios de prensa, tienen como tarea principal el mantenimiento de esta situación colonial. 

Las instituciones que tienen como tarea el mantenimiento de nuestra situación colonial no pueden servirnos para liberar el país. Esto no quiere decir que ahora no debamos aprovechar que hay gente de nuestro lado en el aparato colonial: en el parlamento, en los gobiernos regionales y los municipios.

En esto también debemos volver a nuestras raíces, y en ellas encontramos el ayllu, palabra que en quechua y en aymara es la denominación de la comunidad democrática indígena en la que el dirigente no gana sueldo, pues su función no es servirse del cargo en beneficio propio, sino usar el cargo al servicio de la comunidad.
Es cierto que en el mar de corrupción que inunda el país hay algunos dirigentes corruptos, pero en general el ayllu es una organización política democrática.

Se dirá que está bien para una comunidad pequeña, pero que no es funcional para grandes territorios.
Hoy día existen comunidades de comunidades indígenas democráticas en el Cauca y otros lugares de Colombia y en las islas Kuna de Panamá, en ambos países tuvo que reconocerlas la constitución. Además también existe en un lugar de Chiapas, México. Ahí no está reconocido por la constitución, el Estado no da ni un centavo para educación ni salud, pero están protegidas por el Ejército Zapatista de Liberación Nacional
quien las protege del acoso del “mal gobierno”.

Se dirá que está bien para las poblaciones indígenas pero no para el ambiente urbano. Sin embargo en varias fábricas recuperadas por sus trabajadores en Argentina tenemos el ejemplo de gestión democrática, horizontal, donde los nuevos obreros tienen los mismos derechos que los antiguos.

Ninguno de los casos mencionados es el de un gobierno nacional, sin embargo son sólidos cimientos de democracia horizontal que también hemos visto en el movimiento urbano de España “15 M” y en “Ocupa Wall Street” en Nueva York.

En el Perú, además de las comunidades indígenas tenemos el ejemplo de los Frentes de Defensa, muchos de los cuales están jugando un activo rol en defensa del agua.

Precisamente la guerra por el agua contra el oro en Cajamarca está dirigida por esos frentes, que son organizaciones democráticas que luchan defendiendo el derecho fundamental de la población cajamarquina sin que sus dirigentes ganen un solo centavo. Compárese esta actitud con la de los parlamentarios de Gana Perú que ganan buenos sueldos, y que yo sepa, ninguno de ellos protestó cuando el vocero de su bancada dijo que estaba de acuerdo con el decreto de emergencia en provincias de Cajamarca.

Así, paulatinamente, vamos forjando el Poder Popular desde abajo, a través de organismos propios que no tienen nada que ver con los organismos del estado colonial servil. No sabemos qué nuevas formas adoptará,  lo que buscamos es que destroce el actual aparato del estado colonial que actualmente nos gobierna.  

El proyecto Conga

Cuatro lagunas en la cabecera de cuenca. De debajo de dos de ellas la empresa extraerá oro. Las otras dos las usará como depósitos de desechos. Para compensar fabricará enormes tinas que según ella proveerán de más agua que la actual. Los cajamarquinos no creen el cuento.

El impulso oficial del proyecto Conga no fue dirigido sólo contra Cajamarca, el gobierno lo lanzó como un ataque a los defensores del agua y de la naturaleza en general de todo el país. Aplastando la resistencia a Conga nadie más osaría luchar en defensa del agua.

La traición de Ollanta no es su política extractivista, pues ésta había sido manifestada en su campaña electoral. La traición es a la campaña electoral en defensa del agua realizada en Cajamarca.
El envío de tropa y policía a Cajamarca para reprimir el paro,  el “Conga va sí o sí”, la interrupción de las conversaciones en Cajamarca, la declaración de estado de emergencia, el bloqueo de la cuenta bancaria de la región, la detención de dirigentes, el cacareo de la prensa defensora del sistema colonial, el cambio de gabinete, etc., no fueron dirigidos sólo a aplastar la resistencia de Cajamarca, fueron dirigidos contra todos los pueblos afectados por el robo del agua agrícola y de consumo humano por la minería a cielo abierto, por la agroindustria, por las hidroeléctricas, etc.

Por lo tanto la valiente resistencia del pueblo cajamarquino ha defendido el agua de todo el país.
No sólo los cajamarquinos entendieron eso, la organización de defensa contra la minería Macrosur denunció la traición de Ollanta y el Frente de Defensa de Espinar, Cusco, amenazado del robo del agua del pequeño campesino por la agroindustria, hizo lo mismo. Hubo gritos de “¡Agua sí Mina no!” en el Congreso de la CCP donde los ollantistas de izquierda llevaron a su líder.

La organización amazónica AIDESEP, en su congreso, ha declarado: ¡El gobierno de Ollanta Humala, traiciona el voto de los pueblos por el cambio y la Gran Transformación y se pone al servicio de las transnacionales y militariza el país!” 

Se realizaron manifestaciones urbanas en Lima y Arequipa.

Hubo muchas manifestaciones de solidaridad del exterior (La República sólo publicó el comunicado de los académicos norteamericanos).

El grupo de hacker Anonymous atacó la página web del Ministerio de Energía y Minas.

Se hizo una manifestación frente a la embajada peruana en Montevideo.

Todo esto provocó el retroceso del gobierno, levantó el estado de sitio y el congelamiento de los fondos de la región.

Pero la lucha continúa. El ollantismo de izquierda pretende desviar el debate hacia otros temas o plantear otros objetivos, como un  nuevo estudio de impacto ambiental.

Nosotros debemos concentrarnos en la exigencia de Cajamarca: CONGA NO VA, no es un planteamiento “extremista” como lo llaman, es lo mínimo que puede pedir Cajamarca antigua víctima de la minería.
Hay diversas luchas en el Perú actual, entendemos que hay que atender todas, pero, sin ninguna duda del triunfo o derrota de Cajamarca dependerá mucho de las luchas futuras.

Comprendiendo esto debemos tejer y afianzar lazos para la continuación de la lucha por el agua y la vida de Cajamarca.

¡Viva la Marcha Nacional por el Agua y por la Vida!

17 de diciembre de 2011