EFSA: ¿Agencia europea para la seguridad alimentaria o marioneta de
Monsanto?
DANIEL TANURO
Martes 9 de octubre de 2012
La
publicación de los resultados de un estudio universitario sobre la toxicidad de
una variedad de maíz transgénico y del pesticida Round-up a mediados de
septiembre tuvo un gran impacto en la opinión pública. El equipo de
investigación dirigido por Gilles-Eric-Séralini, de la Universidad de Caen,
Francia, puso en evidencia los graves efectos a largo plazo del maíz NK603 y
del pesticida RoundUp en la salud de las ratas: tumores y enfermedades renales
y hepáticas. Esto efectos no estaban identificados en los test oficiales,
realizados durante periodos de tiempo más cortos. Las fotos de los enormes
tumores desarrollados por los roedores han dado la vuelta al mundo.
La
reacción a este informe ha sido terrible. Faltó tiempo para que el estudio de
Séralini fuera sometido a un verdadero bombardeo por parte de otros
científicos. Esas críticas tuvieron un gran eco mediático; eco del que no
gozaron las respuestas a las mismas. Finalmente, la Autoridad europea de
seguridad alimentaria (EFSA, en inglés), en un comunicado emitido el 4 de
octubre, ha juzgado que el estudio de los investigadores franceses es
"insuficiente" y ha solicitado más detalles so pena de rechazarlo.
Tras una opinión tan categórica, dictada por Monsanto, lo que se oculta es el
enorme embrollo en el que se encuentran y el intento de evitar el gran
escándalo que pudiera derivarse del mismo. Un comunicado extraño
Según
la EFSA, el estudio de Séralini “no tiene la calidad científica suficiente
para ser validado en una evaluación de riesgos". "La concepción,
la forma como se han manejado los datos y el análisis del estudio, tal y como
se presentan en el documento, son inadecuados.". Al mismo tiempo, la
EFSA "invita a los autores a remitirle la documentación en la que se
basan, así como los procedimientos relativos a su estudio, para que la EFSA
pueda tener una comprensión más cabal de su trabajo". Sin esas "informaciones
adicionales básicas" es "poco probable que el estudio pueda
ser considerado fiable, válido y de buena calidad". /1 Como se ve, un
comunicado un tanto extraño: por una parte, la EFSA rechaza la investigación en
términos muy categóricos (¡"de una calidad científica insuficiente como
para ser validado"!) y, de otro,… solicita que los investigadores le
suministren los elementos "sustanciales" sin los cuales es
"difícil que el estudio pueda ser validado". La contradicción
salta a la vista. ¿Cómo se puede condenar una investigación cuando no se
dispone "información sustancial" sobre la misma que permita
"tener una comprensión cabal". Por otra parte, no hay que
olvidar que antes de su publicación en una revista… en la que Monsanto publica
el resultado de sus estudios, el estudio fue sometido a la lectura de un comité
de especialistas.
¿Considera
la EFSA que estos científicos también son de "una calidad científica
insuficiente"?
Una ligereza impresionante
No
es exagerado decir que la posición de la EFSA es de una ligereza impresionante,
porque estamos hablando de la salud pública. La función de este organismo es
otorgar a la ciudadanía el máximo de garantías sobre la salubridad de los
alimentos que se consumen, tanto en la actualidad como para las generaciones
futuras. Sin embargo, según el estudio de Gilles-Eric Séralini, la realidad no
es esa. Uno de los dos maíces transgénicos autorizados por la EFSA para el
cultivo y consumo en Europa podría ser extraordinariamente tóxico. El problema
reside en que los test en los que se basó la EFSA para otorgar esta
autorización no permitían descubrir su toxicidad porque se realizaron durante
un período de tiempo corto (90 días). Según Séralini, los tumores y el resto de
afecciones en las ratas no aparecen más que a partir de un año.
En
estas condiciones, lo primero que debería haber hecho la EFSA es plantearse la
calidad científica de los estudios que le llevaron a la conclusión de que el
NK603 era inocuo y sirvieron como referencia para tomar tal decisión. En
efecto, si el estudio de Séralini es de "una calidad científica
insuficiente", lo lógico sería pensar que los estudios anteriores eran de
una calidad aún peor. Y la conclusión debería ser parar la producción de
transgénicos y realizar nuevos estudios toxicológicos a largo plazo,
independientes y transparentes, que ofrezcan garantías incontestables. Pero,
justamente, ésta es la conclusión que la EFSA quiere evitar a toda costa…
porque afectaría a la competitividad del sector biotecnológico.
La mano oculta de Monsanto
En
su comunicado, la EFSA no hace sino retomar las críticas que se realizaron de
forma inmediata, con una rapidez inaudita, contra el trabajo de Séralini. El
Dr. Joël Spiroux, coautor y director adjunto del estudio y presidente del
CRIIGEN (Comité de recherche et d’information indépendant sur le génie
génétique), ya salió al paso de la mayoría de ellas /2. También lo hizo, a
través de una nota, la Red europea de científicos a favor de la responsabilidad
social y medioambiental (ENSSER), "la mayoría de los argumentos que
tratan de invalidar el estudio de Séralini y su equipo no resisten un examen
minucioso. Las críticas que se plantean son mayoritariamente falsas o aplican
un doble estándar" /3. Vamos a retomar aquí dos muestras de ese
enseñamiento deshonesto:
- Dice la
EFSA que "Las cepas de rata utilizadas en este estudio es propensa
a desarrollar tumores a lo largo de los dos años de su existencia".
Cierto, pero todo el mundo utiliza este tipo de ratas. Incluso Monsanto
- "La
cantidad de ratas utilizadas en la investigación (200 ejemplare en diez
lotes de veinte) es muy pequeña". Si, pero el número de ejemplares es
igual o superior al utilizado por Monsanto para demostrar, en tres meses,
que los transgénicos eran inocuos para la salud.
No
hay ninguna duda de que Monsanto ha orquestado una campaña para desacreditar de
forma deliberada el estudio del profesor Séralini. La ONG Corporate Europe
Observatory (CEO) que hace seguimiento de la actividad desarrollada por los
grupos de presión patronales en la Unión Europea, ha dado a conocer un e-mail
enviado tras la publicación del estudio en el que un dirigente de Monsanto
expone dieciocho comentarios científicos desfavorables al profesor Séralini y
su equipo. Diez de ellos de personalidades no identificadas.
Esta
selección de comentarios no la ha hecho Monsanto directamente, sino el
"Science Media Center", un organismo con sede en Londres cuyo
auto-alarde de "objetivo" no se tiene en pie: el 70% de su
financiación viene de la industria en la que participan todas las
multinacionales de la biotecnología. Por otra parte, las críticas de los
científicos protransgénicos coinciden, punto por punto, con las realizadas por
Monsanto en sus "comentarios" a propósito del estudio de Séralini.
Pero, a pesar de ello, la astucia ha funcionado: la agencia de prensa Reuters
se ha hecho eco de los ataques emprendidos por el SMC y la grandes medios le
han seguido en el propósito.
La gravedad del asunto
Evidentemente,
la perversidad, brutalidad y deshonestidad de los ataques contra Séralini y su
equipo se explican por las enormes repercusiones económicas que conllevan. No
hace falta transgénicos para alimentar al planeta. Los 400 expertos que
elaboraron una evaluación internacional sobre el conocimiento, las tecnologías
y la ciencia agrícola para el desarrollo (el informa IAATD) llegaron a la
conclusión de que los transgénicos no eran apropiados para alcanzar ese
objetivo. Las términos afables sobre los transgénicos como medio para acabar
con el hambre no son más que pura propaganda, una cortina de humo. El verdadero
objetivo de Monsanto, y del resto de multinacionales "genéticas", es
la industrialización total de la agricultura para maximizar sus beneficios
imponiendo precios de monopolio. Va de suyo que si consiguen ese objetivo, las
condiciones básicas de existencia de la humanidad se verán subordinadas
totalmente, en una dimensión sin precedentes, a los intereses de una potencia
capitalista concentrada.
Este
objetivo, hay que insistir en ello, es la conclusión inevitable de la
competencia capitalista para realizar inversiones que generen valor añadido.
Para lograrlo la industria biotecnológica tiene que apropiarse de especies
cultivadas (de ahí la lucha encarnizada en torno a las semillas), transformar los
campesinos en simples peones a su servicio y acabar con la independencia de la
ciencia. También ha de controlar el poder político que otorga las
autorizaciones necesarias para el cultivo y el consumo de los transgénicos.
Esta historia de los transgénicos muestra el estrecho vínculo entre estas dos
últimas cuestiones. Es Monsanto quien encarga los estudios que los poderes
públicos utilizan como referencia para decidir que las plantas genéticamente
modificadas no presentan ningún peligro.
La ciencia deteriorada, los poderes putrefactos
A
estas alturas, no resulta nada exagerado cuestionarse la evolución de la
ciencia, o de las ciencias… La competencia entre investigadores para obtener
créditos y el dominio creciente de la industria sobre la ciencia juegan un papel
evidente (la izquierda radical debería denunciar más este aspecto de la
política neoliberal). Sin embargo, como afirma el biólogo Jacques Testart, “sería
demasiado simple imaginar que todos los investigadores (los que fríen
a tiros Séralini) están pagados para defender los intereses de la
industria de transgénicos. La situación es más grave porque más que
encontrarnos frente a una cuestión de orden legal, nos encontramos frente a un
problema ideológico". Una ideología que se ha instalado en el pensamiento
científico y resulta difícil de combatir: "la revolución genética ha
traído consigo una concepción atomizada de los seres vivos", escribe
Testart. "Los secretos de la vida, las especificidades individuales,
las patologías y los tratamientos, todo sería detectable y modificable en el
ADN, lo que ha dado lugar a un triunfante reduccionismo." /4
Este
reduccionismo, que "niega la complejidad de los seres vivos", no es
más que una forma particular de la ideología utilitarista y cosificante del
capitalismo, con su racionalidad parcial (a nivel de empresa) y su
irracionalidad global. Es por ello que los conflictos de intereses, los
verdaderos, los que tocan al dinero, no están nunca muy lejos de las derivas
ideológicas. En una conferencia de prensa, Gilles-Eric Séralini puso en duda la
"competencia e incluso la honestidad" de los expertos de la EFSA. Su
ataque frontal no cae del cielo. La EFSA está apestada de partidarios de los
transgénicos vinculados a la industria biotecnológica o a agencias sometidas a
ella. El CEO ha demostrado que más de la mitad de los expertos que dieron vía
libre al maíz NK603 tenían vínculos con la industria /5. En mayo, Diana Banati,
presidente de la EFSA, tuvo que dimitir a causa de su relación con el ILSI
(International Life Science Institute). Descrito por el Canard Enchaîné como
"el grupo de presión alimentario más poderoso con 400 socios, entre ellos
Monsanto, Unilever, Syngenta, Bayer, Nestlé…", el ILSI está envuelto en
varios litigios relacionados con conflictos de interés. /6
El
comité científico del ILSI cuenta en su equipo con otro investigador
protransgénicos: el francés Gérard Pascual, antiguo toxicólogo del INRA, que
acabó como consultor para Danone y Nestlé. Preguntado sobre el estudio de
Séralini por el diario Le Monde, declaró con ironía: "Si los resultados se
confirman, es la noticia del siglo. Y en ese caso será preciso prohibir los
transgénicos en todo el mundo". En efecto, muy señor nuestro, ¡esa es la
cuestión! Pero además de eso, un número incalculable de víctimas podrían exigir
indemnizaciones, los expertos que han hecho prevalecer sus intereses por encima
del bien público serían juzgados y los políticos que han tomado decisiones sin
escuchar a los expertos tendrían que rendir cuentas. Al lado de esto, el
escándalo de la sangre contaminada fue el chocolate del loro… He aquí por qué
el CERES, una asociación fundada por los grandes grupos de distribución
franceses, habría otorgado los primeros fondos para la realización de la
investigación realizada en Caen. /5
Poner las cosas en orden
Giles-Eric
Séralini no está dispuesto a ofrecer a la EFSA las "informaciones
complementarias" que le pide. En cambio, exige que la Autoridad europea "haga
públicas las razones que le han permitido autorizar ese transgénico y ese
pesticida en particular". /7 Esta réplica intransigente tiene el
riesgo de costarle cara, pero está totalmente justificada. El comunicado del 4
de octubre de la EFSA dice que "el examen preliminar publicado hoy
constituye la primera etapa de un proceso" y que "un segundo
análisis más completo será publicado de aquí a finales de octubre de 2012".
Dado que la EFSA invoca contra el estudio de Séralini vicios que no encuentra
en los estudios protransgénicos, está claro que utiliza "dos varas de
medir". Por lo tanto, no se trata de una controversia científica: el
"segundo análisis más completo" de la EFSA no hará sino confirmar el
primero. No hay ninguna razón para que un investigador colabore en semejante
mascarada. Como se dice en la "Carta abierta" sobre el asunto Séralini,
"En última instancia, en esta controversia, una gran parte de la
responsabilidad reside en los reguladores:la EFSA en Europa y la EPA (Environmental
Protection Agency) y la FDA (Food and Drug Administration) en
los Estados Unidos), que adoptaron protocolos sin apenas capacidad para
detectar las nefastas consecuencias de los transgénicos." /8 Se trata,
por tanto, de un problema político. Hay que poner fin a un sistema que permite
a las industrias agroalimentarias realizar los estudios que acrediten sus
transgénicos según sus propios procedimientos. Es inaceptable que los poderes
públicos desacrediten un investigador cuando jamás se han preocupado de llevar
a cabo una investigación seria e independiente sobre los impactos sanitarios (y
ecológicos) a largo plazo de unos transgénicos que (y aquí reside el quid pro
quo de la cuestión) no son necesarios mas que para los beneficios del complejo
agroindustrial capitalista.
*
Siglas en inglés de la Agencia para la Seguridad Alimentaria de la Unión
Europea
Notas
3/ Communiqué ENSSER, 5
oct. 2012
También
disponible en www.europe-solidaire.org/spi...
También
disponible en www.europe-solidaire.org/spi...)
También
disponible en www.europe-solidaire.org/spi...
04/10/2012
Traducción: VIENTO SUR
No hay comentarios:
Publicar un comentario