viernes, 12 de octubre de 2012

TRANSGÉNICOS


EFSA: ¿Agencia europea para la seguridad alimentaria o marioneta de Monsanto?
DANIEL TANURO
Martes 9 de octubre de 2012
La publicación de los resultados de un estudio universitario sobre la toxicidad de una variedad de maíz transgénico y del pesticida Round-up a mediados de septiembre tuvo un gran impacto en la opinión pública. El equipo de investigación dirigido por Gilles-Eric-Séralini, de la Universidad de Caen, Francia, puso en evidencia los graves efectos a largo plazo del maíz NK603 y del pesticida RoundUp en la salud de las ratas: tumores y enfermedades renales y hepáticas. Esto efectos no estaban identificados en los test oficiales, realizados durante periodos de tiempo más cortos. Las fotos de los enormes tumores desarrollados por los roedores han dado la vuelta al mundo.
La reacción a este informe ha sido terrible. Faltó tiempo para que el estudio de Séralini fuera sometido a un verdadero bombardeo por parte de otros científicos. Esas críticas tuvieron un gran eco mediático; eco del que no gozaron las respuestas a las mismas. Finalmente, la Autoridad europea de seguridad alimentaria (EFSA, en inglés), en un comunicado emitido el 4 de octubre, ha juzgado que el estudio de los investigadores franceses es "insuficiente" y ha solicitado más detalles so pena de rechazarlo. Tras una opinión tan categórica, dictada por Monsanto, lo que se oculta es el enorme embrollo en el que se encuentran y el intento de evitar el gran escándalo que pudiera derivarse del mismo. Un comunicado extraño
Según la EFSA, el estudio de Séralini “no tiene la calidad científica suficiente para ser validado en una evaluación de riesgos". "La concepción, la forma como se han manejado los datos y el análisis del estudio, tal y como se presentan en el documento, son inadecuados.". Al mismo tiempo, la EFSA "invita a los autores a remitirle la documentación en la que se basan, así como los procedimientos relativos a su estudio, para que la EFSA pueda tener una comprensión más cabal de su trabajo". Sin esas "informaciones adicionales básicas" es "poco probable que el estudio pueda ser considerado fiable, válido y de buena calidad". /1 Como se ve, un comunicado un tanto extraño: por una parte, la EFSA rechaza la investigación en términos muy categóricos (¡"de una calidad científica insuficiente como para ser validado"!) y, de otro,… solicita que los investigadores le suministren los elementos "sustanciales" sin los cuales es "difícil que el estudio pueda ser validado". La contradicción salta a la vista. ¿Cómo se puede condenar una investigación cuando no se dispone "información sustancial" sobre la misma que permita "tener una comprensión cabal". Por otra parte, no hay que olvidar que antes de su publicación en una revista… en la que Monsanto publica el resultado de sus estudios, el estudio fue sometido a la lectura de un comité de especialistas.
¿Considera la EFSA que estos científicos también son de "una calidad científica insuficiente"?
Una ligereza impresionante
No es exagerado decir que la posición de la EFSA es de una ligereza impresionante, porque estamos hablando de la salud pública. La función de este organismo es otorgar a la ciudadanía el máximo de garantías sobre la salubridad de los alimentos que se consumen, tanto en la actualidad como para las generaciones futuras. Sin embargo, según el estudio de Gilles-Eric Séralini, la realidad no es esa. Uno de los dos maíces transgénicos autorizados por la EFSA para el cultivo y consumo en Europa podría ser extraordinariamente tóxico. El problema reside en que los test en los que se basó la EFSA para otorgar esta autorización no permitían descubrir su toxicidad porque se realizaron durante un período de tiempo corto (90 días). Según Séralini, los tumores y el resto de afecciones en las ratas no aparecen más que a partir de un año.
En estas condiciones, lo primero que debería haber hecho la EFSA es plantearse la calidad científica de los estudios que le llevaron a la conclusión de que el NK603 era inocuo y sirvieron como referencia para tomar tal decisión. En efecto, si el estudio de Séralini es de "una calidad científica insuficiente", lo lógico sería pensar que los estudios anteriores eran de una calidad aún peor. Y la conclusión debería ser parar la producción de transgénicos y realizar nuevos estudios toxicológicos a largo plazo, independientes y transparentes, que ofrezcan garantías incontestables. Pero, justamente, ésta es la conclusión que la EFSA quiere evitar a toda costa… porque afectaría a la competitividad del sector biotecnológico.
La mano oculta de Monsanto
En su comunicado, la EFSA no hace sino retomar las críticas que se realizaron de forma inmediata, con una rapidez inaudita, contra el trabajo de Séralini. El Dr. Joël Spiroux, coautor y director adjunto del estudio y presidente del CRIIGEN (Comité de recherche et d’information indépendant sur le génie génétique), ya salió al paso de la mayoría de ellas /2. También lo hizo, a través de una nota, la Red europea de científicos a favor de la responsabilidad social y medioambiental (ENSSER), "la mayoría de los argumentos que tratan de invalidar el estudio de Séralini y su equipo no resisten un examen minucioso. Las críticas que se plantean son mayoritariamente falsas o aplican un doble estándar" /3. Vamos a retomar aquí dos muestras de ese enseñamiento deshonesto:
  • Dice la EFSA que "Las cepas de rata utilizadas en este estudio es propensa a desarrollar tumores a lo largo de los dos años de su existencia". Cierto, pero todo el mundo utiliza este tipo de ratas. Incluso Monsanto
  • "La cantidad de ratas utilizadas en la investigación (200 ejemplare en diez lotes de veinte) es muy pequeña". Si, pero el número de ejemplares es igual o superior al utilizado por Monsanto para demostrar, en tres meses, que los transgénicos eran inocuos para la salud.
No hay ninguna duda de que Monsanto ha orquestado una campaña para desacreditar de forma deliberada el estudio del profesor Séralini. La ONG Corporate Europe Observatory (CEO) que hace seguimiento de la actividad desarrollada por los grupos de presión patronales en la Unión Europea, ha dado a conocer un e-mail enviado tras la publicación del estudio en el que un dirigente de Monsanto expone dieciocho comentarios científicos desfavorables al profesor Séralini y su equipo. Diez de ellos de personalidades no identificadas.
Esta selección de comentarios no la ha hecho Monsanto directamente, sino el "Science Media Center", un organismo con sede en Londres cuyo auto-alarde de "objetivo" no se tiene en pie: el 70% de su financiación viene de la industria en la que participan todas las multinacionales de la biotecnología. Por otra parte, las críticas de los científicos protransgénicos coinciden, punto por punto, con las realizadas por Monsanto en sus "comentarios" a propósito del estudio de Séralini. Pero, a pesar de ello, la astucia ha funcionado: la agencia de prensa Reuters se ha hecho eco de los ataques emprendidos por el SMC y la grandes medios le han seguido en el propósito.
La gravedad del asunto
Evidentemente, la perversidad, brutalidad y deshonestidad de los ataques contra Séralini y su equipo se explican por las enormes repercusiones económicas que conllevan. No hace falta transgénicos para alimentar al planeta. Los 400 expertos que elaboraron una evaluación internacional sobre el conocimiento, las tecnologías y la ciencia agrícola para el desarrollo (el informa IAATD) llegaron a la conclusión de que los transgénicos no eran apropiados para alcanzar ese objetivo. Las términos afables sobre los transgénicos como medio para acabar con el hambre no son más que pura propaganda, una cortina de humo. El verdadero objetivo de Monsanto, y del resto de multinacionales "genéticas", es la industrialización total de la agricultura para maximizar sus beneficios imponiendo precios de monopolio. Va de suyo que si consiguen ese objetivo, las condiciones básicas de existencia de la humanidad se verán subordinadas totalmente, en una dimensión sin precedentes, a los intereses de una potencia capitalista concentrada.
Este objetivo, hay que insistir en ello, es la conclusión inevitable de la competencia capitalista para realizar inversiones que generen valor añadido. Para lograrlo la industria biotecnológica tiene que apropiarse de especies cultivadas (de ahí la lucha encarnizada en torno a las semillas), transformar los campesinos en simples peones a su servicio y acabar con la independencia de la ciencia. También ha de controlar el poder político que otorga las autorizaciones necesarias para el cultivo y el consumo de los transgénicos. Esta historia de los transgénicos muestra el estrecho vínculo entre estas dos últimas cuestiones. Es Monsanto quien encarga los estudios que los poderes públicos utilizan como referencia para decidir que las plantas genéticamente modificadas no presentan ningún peligro.
La ciencia deteriorada, los poderes putrefactos
A estas alturas, no resulta nada exagerado cuestionarse la evolución de la ciencia, o de las ciencias… La competencia entre investigadores para obtener créditos y el dominio creciente de la industria sobre la ciencia juegan un papel evidente (la izquierda radical debería denunciar más este aspecto de la política neoliberal). Sin embargo, como afirma el biólogo Jacques Testart, “sería demasiado simple imaginar que todos los investigadores (los que fríen a tiros Séralini) están pagados para defender los intereses de la industria de transgénicos. La situación es más grave porque más que encontrarnos frente a una cuestión de orden legal, nos encontramos frente a un problema ideológico". Una ideología que se ha instalado en el pensamiento científico y resulta difícil de combatir: "la revolución genética ha traído consigo una concepción atomizada de los seres vivos", escribe Testart. "Los secretos de la vida, las especificidades individuales, las patologías y los tratamientos, todo sería detectable y modificable en el ADN, lo que ha dado lugar a un triunfante reduccionismo." /4
Este reduccionismo, que "niega la complejidad de los seres vivos", no es más que una forma particular de la ideología utilitarista y cosificante del capitalismo, con su racionalidad parcial (a nivel de empresa) y su irracionalidad global. Es por ello que los conflictos de intereses, los verdaderos, los que tocan al dinero, no están nunca muy lejos de las derivas ideológicas. En una conferencia de prensa, Gilles-Eric Séralini puso en duda la "competencia e incluso la honestidad" de los expertos de la EFSA. Su ataque frontal no cae del cielo. La EFSA está apestada de partidarios de los transgénicos vinculados a la industria biotecnológica o a agencias sometidas a ella. El CEO ha demostrado que más de la mitad de los expertos que dieron vía libre al maíz NK603 tenían vínculos con la industria /5. En mayo, Diana Banati, presidente de la EFSA, tuvo que dimitir a causa de su relación con el ILSI (International Life Science Institute). Descrito por el Canard Enchaîné como "el grupo de presión alimentario más poderoso con 400 socios, entre ellos Monsanto, Unilever, Syngenta, Bayer, Nestlé…", el ILSI está envuelto en varios litigios relacionados con conflictos de interés. /6
El comité científico del ILSI cuenta en su equipo con otro investigador protransgénicos: el francés Gérard Pascual, antiguo toxicólogo del INRA, que acabó como consultor para Danone y Nestlé. Preguntado sobre el estudio de Séralini por el diario Le Monde, declaró con ironía: "Si los resultados se confirman, es la noticia del siglo. Y en ese caso será preciso prohibir los transgénicos en todo el mundo". En efecto, muy señor nuestro, ¡esa es la cuestión! Pero además de eso, un número incalculable de víctimas podrían exigir indemnizaciones, los expertos que han hecho prevalecer sus intereses por encima del bien público serían juzgados y los políticos que han tomado decisiones sin escuchar a los expertos tendrían que rendir cuentas. Al lado de esto, el escándalo de la sangre contaminada fue el chocolate del loro… He aquí por qué el CERES, una asociación fundada por los grandes grupos de distribución franceses, habría otorgado los primeros fondos para la realización de la investigación realizada en Caen. /5
Poner las cosas en orden
Giles-Eric Séralini no está dispuesto a ofrecer a la EFSA las "informaciones complementarias" que le pide. En cambio, exige que la Autoridad europea "haga públicas las razones que le han permitido autorizar ese transgénico y ese pesticida en particular". /7 Esta réplica intransigente tiene el riesgo de costarle cara, pero está totalmente justificada. El comunicado del 4 de octubre de la EFSA dice que "el examen preliminar publicado hoy constituye la primera etapa de un proceso" y que "un segundo análisis más completo será publicado de aquí a finales de octubre de 2012". Dado que la EFSA invoca contra el estudio de Séralini vicios que no encuentra en los estudios protransgénicos, está claro que utiliza "dos varas de medir". Por lo tanto, no se trata de una controversia científica: el "segundo análisis más completo" de la EFSA no hará sino confirmar el primero. No hay ninguna razón para que un investigador colabore en semejante mascarada. Como se dice en la "Carta abierta" sobre el asunto Séralini, "En última instancia, en esta controversia, una gran parte de la responsabilidad reside en los reguladores:la EFSA en Europa y la EPA (Environmental Protection Agency) y la FDA (Food and Drug Administration) en los Estados Unidos), que adoptaron protocolos sin apenas capacidad para detectar las nefastas consecuencias de los transgénicos." /8 Se trata, por tanto, de un problema político. Hay que poner fin a un sistema que permite a las industrias agroalimentarias realizar los estudios que acrediten sus transgénicos según sus propios procedimientos. Es inaceptable que los poderes públicos desacrediten un investigador cuando jamás se han preocupado de llevar a cabo una investigación seria e independiente sobre los impactos sanitarios (y ecológicos) a largo plazo de unos transgénicos que (y aquí reside el quid pro quo de la cuestión) no son necesarios mas que para los beneficios del complejo agroindustrial capitalista.
* Siglas en inglés de la Agencia para la Seguridad Alimentaria de la Unión Europea
Notas
3/ Communiqué ENSSER, 5 oct. 2012
También disponible en www.europe-solidaire.org/spi...
También disponible en www.europe-solidaire.org/spi...)
También disponible en www.europe-solidaire.org/spi...
04/10/2012
Traducción: VIENTO SUR

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