Diálogo Público en la Sala Carpa del Hotel Riviera
Felicito al “Programa Democracia y Transformación Global” por
haber convocado a esta importante reunión con ocasión de la amenaza del oro
contra el agua por el proyecto Conga. En vista de que no podré estar presente,
pues estoy en el Cusco y no en Lima, contribuyo con mi opinión por escrito.
En la primera parte repito lo expresado en otras ocasiones, en el
editorial del número de agosto de “Lucha Indígena” titulado “El modelo de
desarrollo del nuevo gobierno” ya señalábamos su carácter extractivista
colonial opuesto a nuestra cultura y nuestras necesidades.
Dos imágenes
parecidas pero contrarias
Los incas
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Ollanta Humala
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Campo experimental agrícola: Moray, Cusco
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a a cielo abierto
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La vida
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La muerte
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Nuestra cultura agrícola
El Tawantinsuyo no fue más que la última etapa de una larga, milenaria y
fructífera historia de cultura agrícola. Fuimos uno de los 8 centros mundiales
de domesticación de plantas silvestres en plantas útiles, fundamentalmente
alimenticias. Esto no fue casual, ni porque nuestros antepasados hayan sido más
inteligentes que otros.
De las 104 zonas de vida del planeta, en nuestro territorio tenemos 84,
solo nos faltan las zonas polares. Compartimos la selva tropical más grande del
mundo. Nuestro territorio está atravesado por la Cordillera Andina, la que para
mayor fortuna nuestra está en dirección norte-sur y no este-oeste, lo que hace
que el clima a 1,500 metros de altura cerca al ecuador sea más cálido que a la
misma altura en el sur. En la parte oriental de la cordillera llueve mucho,
mientras la parte occidental es árida.
La costa árida contribuye con más microclimas. Nuestro océano está
en el trópico, sin embargo hay una corriente fría que viene de la región polar,
lo que además de producir el movimiento horizontal del agua provoca un
movimiento vertical, pues el agua caliente de abajo tiende a subir. Esto
provoca gran circulación del fitoplankton y zooplankton (plantas y animales
microscópicos) que alimentan a una nutrida variedad de peces.
Nuestros antepasados descubrieron y utilizaron el mejor fertilizante del
mundo: el guano (del quechua wano) de isla, excremento de aves marinas
acumulado en las islas.
Viviendo en esta geografía privilegiada no tenía nada de extraño que
nuestras culturas fueran fundamentalmente agrícolas y también pescadoras.
Domesticaron 182 especies vegetales, entre ellas 3,000 variedades de
papa.
La tierra no tenía dueños, era la gente la que pertenecía a la tierra.
Había planificación de la agricultura a nivel tawantinsuyano, se
señalaba en qué terrenos debía cultivarse cada especie y cada variedad. Cuando
había buen terreno y faltaba gente, se la enviaba de otros lugares. Se construyeron
terrazas para cultivar en las laderas y evitar la erosión. En el altiplano se
construyó “waru-warus”, que eran terrazas alternadas con zanjas; cuando llovía
mucho las terrazas no sufrían inundación, cuando llovía poco se usaba el agua
depositada en las zanjas, además, el calor del sol acumulado por el agua
durante el día, al emanar en la noche, contrarrestaba el frío de la helada.
Se construían largos canales en zigzag, para evitar la erosión. Las
comunidades de media altura enviaban rotativamente parte de su población a las
alturas a criar alpacas y a la ceja de selva a cultivar coca.
Herencia arqueológica de nuestra cultura agrícola.- Todavía quedan en
Moray, Cusco, los restos de un campo experimental agrícola. Quedan en Raqchi,
Cusco, restos de abundantes almacenes para los años de escasez. Quedan en Cusco
y Cajamarca, restos del culto al agua.
Invasión europea
Cuando vinieron los españoles arrasaron nuestra cultura agrícola:
Destrozaron canales, andenes y waru-warus.
Calificaron de malditos a los alimentos de debajo de la tierra (papas,
ocas, años, maca, yacón) por estar cerca del demonio. La más maldita fue la
papa, pues el demonio había hecho que llevara el nombre del Santo Padre (Papa),
por eso cambiaron el nombre al tubérculo que en España llaman patata, con cuya
denominación ha pasado al inglés y otros idiomas. Años después, cuando los
europeos tuvieron que recurrir a la papa para salvar a Europa de la hambruna,
la reina de Inglaterra tuvo que ir al baile con una flor de papa en la solapa.
La coca fue maldita porque era adorada por los nativos, lo mismo pasó
con la kiwicha acá y en México (amaranto).
La principal actividad pasó a ser la minería, para enviar oro y plata a
España. De entonces data lo de “Perú – país minero”.
La agricultura fue necesaria para mantener a la minería. La tierra pasó
a tener dueños. Se implantó el latifundio, los españoles se hicieron dueños de
grandes extensiones, pero la población nativa era quien tenía que trabajar como
siervos, en las encomiendas y repartimientos.
“Independencia”
Luego de la llamada “Revolución de la independencia” continuó la
servidumbre de tipo feudal, los latifundios republicanos pasaron a llamarse
haciendas. Este sistema comenzó a derrumbarse ya en el año de 1962 con el
levantamiento del campesinado indígena de La Convención que liquidó los
latifundios, luego, ante la extensión de la rebelión indígena, los militares
tomaron el poder con Velasco Alvarado y extendieron la liquidación del
latifundio a todo el país a partir 1969.
Con la “Revolución de la Independencia” el Perú no dejó de ser
colonia, tuvo himno nacional, bandera y escudo, pero pasó a ser colonia
inglesa. El guano de isla descubierto y utilizado por nuestros antepasados fue
saqueado por los consignatarios para fertilizar los suelos de Inglaterra, por
disposición de Ramón Castilla. Tanto saquearon que con el poco dinero que
dejaban al gobierno, Castilla pudo hacer muchas obras, es calificado como “El
mejor presidente”, por haber dispuesto que el guano no fertilizara los suelos
del Perú sino de Inglaterra.
En la época del caucho, desde 1879, hubo depredación de la Amazonía y
esclavización de los nativos. El Perú continuó produciendo lo que nuestros amos
de turno necesitaban, no lo que necesitaba la población peruana.
Luego vino una época agrícola, pero no para el consumo peruano, sino
para nuestros amos: Azúcar y algodón, junto con el caucho, el petróleo y la
minería.
Con el debilitamiento del imperialismo inglés por las dos guerras
mundiales pasamos a ser colonia de Estados Unidos y ahora lo somos de las
empresas transnacionales. Seguimos produciendo lo que nuestros amos necesitan.
Pero como el nombre de país colonial o país neocolonial es muy feo, el
20 de enero de 1949 el presidente norteamericano Truman nos puso el nombre de
país “subdesarrollado”. Los países imperialistas del norte son los “países
desarrollados”, nosotros tenemos que correr para ser igual que ellos, para
alcanzar ese “desarrollo”, pero corremos y corremos y nunca les alcanzamos, por
eso, para desacomplejarnos ahora nos llaman “países en desarrollo”. Esas nuevas
denominaciones no cambian nuestra situación, continuamos
produciendo lo que nuestros amos de turno necesitan, depredando nuestra
naturaleza y sumidos en la miseria. Continuamos siendo colonia.
Ahora
Como parte del impetuoso avance del capitalismo depredador en el mundo,
nuestro territorio y nuestra población son notables víctimas:
El principal ataque son las minas a cielo abierto, que con explosivos
derrumban montañas para extraer metales usando cianuro y otras sustancias
químicas venenosas, envenenan el agua matando personas, animales y vegetales.
Son mucho más destructoras del medio ambiente que las antiguas minas de
socavón.
En Costa Rica y 5 provincias argentinas están prohibidas por ley las
minas a cielo abierto. Europa acaba de prohibir el uso del cianuro. En el Perú
son práctica diaria impune las minas a cielo abierto y el uso del cianuro.
Al robar el agua de los pequeños campesinos mata la pequeña agricultura
que nos alimenta en forma sana y expulsa a las poblaciones a los márgenes de
las ciudades aumentando la miseria urbana.
Otro ataque es la agroindustria y en general la industria alimentaria.
Usan el monocultivo, que es cultivar la misma especie en grandes
extensiones año tras año, esta práctica antinatural es enemiga de la
naturaleza.
Usan agroquímicos en abundancia: fertilizantes, insecticidas,
herbicidas. Este es otro ataque a la naturaleza, mata el suelo, envenena los
productos, al matar los insectos mata las aves.
Usa transgénicos y químicos como colorantes y conservantes que son
nocivos a la salud.
Hay una hormona que hace que la vaca produzca más leche, esa leche
produce cáncer, pero eso no interesa, lo único que importa es que le da más
dinero al empresario.
Las hidroeléctricas para la minería también roban agua a la pequeña
agricultura.
Las grandes vías de comunicación, como la carretera interoceánica
construida para dar salida al Océano Pacífico a las empresas transnacionales
con base en Brasil, sirven para depredar grandes extensiones de selva amazónica
para el saqueo de madera y la implantación del monocultivo de agrocombustibles
para alimentar a los carros y para ganadería.
En estas y otras formas el gran capital transnacional ataca fuerte y
velozmente a la naturaleza peruana mientras hunde en la miseria a nuestra
población.
La liquidación del pequeño campesino al robarle el agua que usa para el
cultivo, también es un ataque a la población urbana, pues al no contar con los
alimentos sanos con que la provee la pequeña agricultura campesina, ha de verse
obligada a alimentarse con los transgénicos y químicos producidos por la
moderna industria alimentaria en manos de grandes capitales.
Hay bellas palabras que nos trae Ollanta: “Inclusión social”.
¿Dónde nos van a incluir? ¿Vamos a ser socios de Newmont? Por supuesto que no,
nuestros amos nos roban el agua, depredan nuestro suelo, se llevan millones,
dejan algo a sus sirvientes, las autoridades peruanas y a nosotros nos
llegan limosnas.
Dicen que la minería nos va a dar trabajo; es falso, por cada puesto de
trabajo en la minería hay 48 puestos de trabajo en la actividad agropecuaria.
La promesa que sí ha cumplido Ollanta es la del “Gran Cambio”. El cambio
del Ollanta candidato que prometió a los cajamarquinos defender el agua contra
el oro al Ollanta presidente que defiende el oro contra el agua.
El TLC con Estados Unidos nos perjudica en ambos sentidos:
Facilita el ingreso de trigo transgénico yanqui que llena el mercado
peruano con harina blanca Alicorp, que ya no tiene la vitamina b que se
encuentra en la cubierta morena del trigo. Las grandes empresas norteamericanas
productoras de trigo son premiadas con subsidios por producir y exportar. Como
el pequeño productor peruano de trigo no recibe ningún subsidio es aplastado
por la competencia de las grandes compañías norteamericanas. Pero no es sólo
él, también los productores de otras harinas, pues nuestra población pobre ya
no compra los alimentos por su valor nutritivo ni por su sabor, sino por su precio.
Una base fundamental de su alimentación han pasado a ser los fideos elaborados
con harina blanca transgénica Alicorp. Gracias al TLC ha bajado el nivel de
nutrición de nuestro pueblo.
Dicen que el TLC también favorece a la exportación peruana. Sucede que
la exportación “peruana” también está en manos de grandes compañías
transnacionales. Cultivan espárragos y alcachofas para Estados Unidos.
Ambas plantas absorben mucha agua que roban de los productos con que nos
alimentamos los peruanos en beneficio de la exportación. Además la sociedad de
exportadores ADEX ha pedido que se mantenga la legislación especial que hay
contra los trabajadores agrícolas que se encuentran mucho más oprimidos que los
trabajadores urbanos, en beneficio de los grandes capitalistas de las grandes
empresas transnacionales dueños de la industria alimentaria.
Los diferentes gobiernos: Fujimori, Toledo, García, Humala, no son más
que sirvientes de las grandes empresas transnacionales que son las actuales
dueñas del Perú.
Esa es nuestra actual situación de país colonial.
El Poder Ejecutivo (incluidos la policía y las Fuerzas Armadas), la gran
mayoría del Poder Legislativo, el Poder Judicial, los grandes medios de
prensa, tienen como tarea principal el mantenimiento de esta situación
colonial.
Volver a nuestras raíces
¿Vamos a seguir corriendo como “subdesarrollados” para alcanzara a los
“desarrollados”?
Ayer recibimos esta noticia del gran país “desarrollado”, Estados
Unidos:
“Casi la mitad de los estadounidenses viven en la pobreza o con bajos
ingresos”
“Nuevas cifras muestran que el hambre, la pobreza y el declive económico
aumentan a niveles récord en Estados Unidos. La Oficina del Censo informa que
casi la mitad de los estadounidenses se encuentra bajo la línea de pobreza o en
la categoría de "bajos ingresos". La cifra de habitantes con bajos
ingresos es de 97.3 millones de personas, junto a 49.1 millones de personas
bajo la línea de pobreza, lo que hace un total de 146.4 millones de personas.
La cifra marca un aumento de cuatro millones con respecto al año 2009.”
Lo que tenemos que hacer es defender nuestra naturaleza y hacer que el
Perú sea gobernado por todos los peruanos, no por los sirvientes que le mueven
la cola al gran capital transnacional.
Y para eso lo mejor es volver a nuestras raíces.
Agricultura
En nuestras raíces está la economía que tenga como objetivo cubrir las
necesidades de nuestra población, fundamentalmente que todos tengamos las
posibilidades de ingerir la comida sana suficiente y de beber agua pura. Esa
debe ser nuestra primera meta económica junto con asegurar la vivienda digna
para todos los habitantes del país. Naturalmente que para lograr eso tenemos
que expulsar a las empresas que depredan febrilmente nuestra naturaleza.
Por lo tanto la base de nuestro desarrollo (en el verdadero sentido de
esta palabra), debe ser la agricultura, campo en el cual nuestros antepasados
avanzaron tanto.
Naturalmente no tenemos que quedarnos donde ellos llegaron, tenemos que
continuar avanzando. Los genetistas indígenas nos dan el ejemplo, pues han
creado muchas variedades de habas (que no son peruanas sino originarias de la
cuenca mediterránea o del Asia central). Hay una corriente de
agrónomos que nadando contra la corriente continúa trabajando para mejorar
nuestros cultivos no en función de la ganancia sino del consumo.
No debemos maravillarnos ante la palabra “exportación”, primero
preocupémonos de cubrir nuestras necesidades.
En segundo lugar pensaremos en la exportación. Para eso tenemos maravillas: Nuestros
productos nativos tienen gran aceptación en Europa: La quinua de diferentes
colores, la quiwicha que es alimento de astronautas que requieren de muchos
nutrientes en poco volumen, la qañiwa, la maca, el aceite de sacha inches que
ha ganado en concursos en París al aceite de oliva, pues contiene grasas omega
3, 6, 9.
La gran biodiversidad de la Amazonía tiene infinidad de medicinas sanas
que proveer al mundo, la quinina que salvó la vida al futuro Rey Sol de Francia
y la uña de gato son sólo dos ejemplos.
No tenemos que correr detrás del “desarrollo” de potencias imperialistas
que hoy están en crisis, busquemos nuestro propio DESARROLLO.
Además atenderemos el turismo, por supuesto no manejado como ahora, que
está al servicio de grandes compañías turísticas, de transporte, de hoteles,
etc., sino manejado por los de abajo.
La industria y otras actividades, cuidando de no dañar el medio ambiente,
pensando siempre en las generaciones futuras.
Actualmente, como un paso adelante y a la vez defensivo, debemos
procurar que las comunidades y municipios elaboren planes de desarrollo
agropecuario. Cuando venga la mina la mostraremos como agresión al plan de
desarrollo.
Ayllu
En cuanto a la organización social, al gobierno, tampoco tenemos que
andar a la cola de las “democracias occidentales”, que como ha sido denunciado
por los propios habitantes de Nueva York: “Son el gobierno del
1% contra el 99% de la humanidad”.
Como dijimos arriba: El Poder Ejecutivo (incluidos la
policía y las Fuerzas Armadas), la gran mayoría del Poder Legislativo, el
Poder Judicial, los grandes medios de prensa, tienen como tarea principal el
mantenimiento de esta situación colonial.
Las instituciones que tienen como tarea el mantenimiento de nuestra
situación colonial no pueden servirnos para liberar el país. Esto no quiere
decir que ahora no debamos aprovechar que hay gente de nuestro lado en el
aparato colonial: en el parlamento, en los gobiernos regionales y los
municipios.
En esto también debemos volver a nuestras raíces, y en ellas encontramos
el ayllu, palabra que en quechua y en aymara es la denominación de la comunidad
democrática indígena en la que el dirigente no gana sueldo, pues su función no
es servirse del cargo en beneficio propio, sino usar el cargo al servicio de la
comunidad.
Es cierto que en el mar de corrupción que inunda el país hay algunos
dirigentes corruptos, pero en general el ayllu es una organización política
democrática.
Se dirá que está bien para una comunidad pequeña, pero que no es
funcional para grandes territorios.
Hoy día existen comunidades de comunidades indígenas democráticas en el
Cauca y otros lugares de Colombia y en las islas Kuna de Panamá, en ambos
países tuvo que reconocerlas la constitución. Además también existe en un lugar
de Chiapas, México. Ahí no está reconocido por la constitución, el Estado no da
ni un centavo para educación ni salud, pero están protegidas por el Ejército
Zapatista de Liberación Nacional
quien las protege del acoso del “mal gobierno”.
Se dirá que está bien para las poblaciones indígenas pero no para el
ambiente urbano. Sin embargo en varias fábricas recuperadas por sus
trabajadores en Argentina tenemos el ejemplo de gestión democrática,
horizontal, donde los nuevos obreros tienen los mismos derechos que los
antiguos.
Ninguno de los casos mencionados es el de un gobierno nacional, sin
embargo son sólidos cimientos de democracia horizontal que también hemos visto
en el movimiento urbano de España “15 M” y en “Ocupa Wall Street” en Nueva
York.
En el Perú, además de las comunidades indígenas tenemos el ejemplo de
los Frentes de Defensa, muchos de los cuales están jugando un activo rol en
defensa del agua.
Precisamente la guerra por el agua contra el oro en Cajamarca está
dirigida por esos frentes, que son organizaciones democráticas que luchan
defendiendo el derecho fundamental de la población cajamarquina sin que sus
dirigentes ganen un solo centavo. Compárese esta actitud con la de los
parlamentarios de Gana Perú que ganan buenos sueldos, y que yo sepa, ninguno de ellos protestó cuando el vocero de su bancada dijo que estaba
de acuerdo con el decreto de emergencia en provincias de Cajamarca.
Así, paulatinamente, vamos forjando el Poder Popular desde abajo, a
través de organismos propios que no tienen nada que ver con los organismos del
estado colonial servil. No sabemos qué nuevas formas adoptará, lo que
buscamos es que destroce el actual aparato del estado colonial que actualmente
nos gobierna.
El proyecto Conga
Cuatro lagunas en la cabecera de cuenca. De debajo de dos de ellas la
empresa extraerá oro. Las otras dos las usará como depósitos de desechos. Para
compensar fabricará enormes tinas que según ella proveerán de más agua que la
actual. Los cajamarquinos no creen el cuento.
El impulso oficial del proyecto Conga no fue dirigido sólo contra
Cajamarca, el gobierno lo lanzó como un ataque a los defensores del agua y de
la naturaleza en general de todo el país. Aplastando la resistencia a Conga
nadie más osaría luchar en defensa del agua.
La traición de Ollanta no es su política extractivista, pues ésta había
sido manifestada en su campaña electoral. La traición es a la campaña electoral
en defensa del agua realizada en Cajamarca.
El envío de tropa y policía a Cajamarca para reprimir el paro, el
“Conga va sí o sí”, la interrupción de las conversaciones en Cajamarca, la
declaración de estado de emergencia, el bloqueo de la cuenta bancaria de la
región, la detención de dirigentes, el cacareo de la prensa defensora del
sistema colonial, el cambio de gabinete, etc., no fueron dirigidos sólo a
aplastar la resistencia de Cajamarca, fueron dirigidos contra todos los pueblos
afectados por el robo del agua agrícola y de consumo humano por la minería a
cielo abierto, por la agroindustria, por las hidroeléctricas, etc.
Por lo tanto la valiente
resistencia del pueblo cajamarquino ha defendido el agua de todo el país.
No sólo los cajamarquinos entendieron eso, la organización de defensa
contra la minería Macrosur denunció la traición de Ollanta y el Frente de
Defensa de Espinar, Cusco, amenazado del robo del agua del pequeño campesino
por la agroindustria, hizo lo mismo. Hubo gritos de “¡Agua sí Mina no!” en el
Congreso de la CCP donde los ollantistas de izquierda llevaron a su líder.
La organización amazónica AIDESEP, en su congreso, ha declarado: “¡El gobierno de Ollanta Humala,
traiciona el voto de los pueblos por el cambio y la Gran Transformación y se
pone al servicio de las transnacionales y militariza el país!”
Se realizaron manifestaciones urbanas en Lima y Arequipa.
Hubo muchas manifestaciones de solidaridad del exterior (La República
sólo publicó el comunicado de los académicos norteamericanos).
El grupo de hacker Anonymous atacó la página web del Ministerio de
Energía y Minas.
Se hizo una manifestación frente a la embajada peruana en Montevideo.
Todo esto provocó el retroceso del gobierno, levantó el estado de sitio
y el congelamiento de los fondos de la región.
Pero la lucha continúa. El ollantismo de izquierda pretende desviar el
debate hacia otros temas o plantear otros objetivos, como un nuevo
estudio de impacto ambiental.
Nosotros debemos concentrarnos en la exigencia de Cajamarca: CONGA NO VA, no es un planteamiento “extremista” como lo llaman, es lo mínimo que
puede pedir Cajamarca antigua víctima de la minería.
Hay diversas luchas en el Perú actual, entendemos que hay que atender
todas, pero, sin ninguna duda del triunfo o derrota de Cajamarca dependerá mucho
de las luchas futuras.
Comprendiendo esto debemos tejer y afianzar lazos para la continuación
de la lucha por el agua y la vida de Cajamarca.
¡Viva la Marcha Nacional por el Agua y por la Vida!
17 de diciembre de 2011
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