La cuestión minera jaquea a Humala
Los sindicatos y organizaciones sociales que
apoyaron la candidatura de Humala respaldan la protesta de los campesinos.
Desde
Lima
El gobierno del ex comandante Ollanta Humala, que
ganó las elecciones con el apoyo de la izquierda, se enfrenta a las protestas
de los campesinos andinos que votaron masivamente por él. Las protestas han
estallado con más fuerza en la norteña región de Cajamarca, en rechazo a un
millonario proyecto minero que afectará el medio ambiente y las tierras
campesinas, pero también se han dado, por la misma razón, en otras zonas del
país. El gobierno ha respondido declarando el estado de emergencia –que elimina
derechos como la libertad de reunión, de tránsito y no ser detenido sin orden
judicial y permite la intervención de las fuerzas armadas para reprimir las
protestas– en cuatro provincias de la región Cajamarca. La derecha y el
establishment económico han aplaudido la medida. Los sindicatos y
organizaciones sociales que apoyaron la candidatura de Humala la han
cuestionado duramente y le han dado su respaldo a las protestas campesinas.
La respuesta del gobierno frente al levantamiento
campesino ha ido cambiando de un lado a otro con el pasar de los días. Su
primera reacción fue respaldar a la minera cuestionada, la empresa Yanacocha,
que tiene como principal accionista a la transnacional norteamericana Newmont.
Humala aseguró que el proyecto minero Conga de Yanacocha –que gatilló el
levantamiento campesino– seguiría adelante a pesar de la huelga que había
paralizado Cajamarca, lo que encendió más las protestas. Días después dio un
giro y ordenó la suspensión temporal del criticado proyecto minero para revisar
sus consecuencias ambientales. Pero a los pocos días volvió a cambiar: se
decretó el estado de emergencia, se ordenó la detención de los dirigentes de la
protesta y aunque se mantiene, por ahora, la suspensión temporal del proyecto
Conga, miembros del gobierno salieron a defenderlo públicamente.
La suspensión temporal del proyecto Conga permitió
abrir un diálogo entre el gobierno y los campesinos, que no se conforman con el
anuncio verbal de esta suspensión y exigen una norma legal que anule definitivamente
el proyecto minero. El último domingo, cuando la huelga campesina llevaba once
días, se reunieron representantes del gobierno y de los campesinos. No hubo
acuerdo y esa misma noche el gobierno decretó el estado de emergencia en la
zona del conflicto. El lunes el gobierno reforzó la apuesta represiva. Ese día
fue detenido Wilfredo Saavedra, presidente del Frente de Defensa Ambiental de
Cajamarca. Fue apresado en Lima, sin que exista orden judicial, junto con otros
cinco dirigentes de la protesta cuando salían del Congreso, luego de reunirse
con un grupo de parlamentarios de la Comisión de Pueblos Indígenas en busca de
una solución a sus demandas. Todos fueron llevados a la policía antiterrorista.
No había cargos en su contra y diez horas después fueron liberados. El gobierno
regional de Cajamarca ha respaldado la protesta campesina y el miércoles el
gobierno central le cortó las cuentas al gobierno regional.
Desde el lunes, bajo la amenaza del estado de
emergencia, las vías de Cajamarca que estaban bloqueadas comenzaron a ser
despejadas pacíficamente por los huelguistas y la actividad comercial comenzó a
normalizarse en esa región. Pero ayer las nueve provincias de Cajamarca que no
han sido declaradas en estado de emergencia iniciaron un paro de 48 horas en
rechazo al estado de emergencia en el resto de la región y en contra del
proyecto minero Conga.
La transnacional Yanacocha ha anunciado que
invertirá 4800 millones de dólares para poner operativa la mina Conga, de la
que espera sacar utilidades por más de 15 mil millones de dólares. Se trata de
una mina a tajo abierto para explotar oro que está ubicada en una zona
ecológicamente sensible: una cabecera de cuenca donde nacen las aguas que
riegan las comunidades tierra abajo. La minera pretende secar cuatro lagunas
para explotar el oro. “Agua sí, oro no”, es una de las consignas más leídas en
las banderas que acompañan las marchas campesinas. En otros estandartes se
pueden leer lemas como “Humala traidor”.
El Ministerio de Ambiente ha cuestionado
severamente el proyecto minero Conga por sus consecuencias ambientales. Pero
otros sectores del gobierno, como el Ministerio de Energía y Minas, han
insistido en defender la continuidad de la mina. El enfrentamiento interno en
el gobierno produjo la renuncia del viceministro de Ambiente, José de Echave.
En declaraciones a Página/12, el renunciante De Echave señaló que el proyecto
minero Conga tal como está planteado “es inviable” y dijo que el gobierno
carece de una estrategia para enfrentar las protestas sociales y había tomado
decisiones, en medio de la crisis de Cajamarca, que debilitan al Ministerio de
Ambiente y que eso motivó su renuncia.
Las últimas decisiones del
gobierno frente al conflicto social en Cajamarca apuntan a reforzar la apuesta
por la minería, lo acercan al empresariado y a la derecha y lo alejan de sus
bases sociales. Aunque, luego de una serie de marchas y contramarchas, no se
puede descartar un nuevo giro de Humala.
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