jueves, 5 de marzo de 2009

POR LA PRESERVACIÓN DEL MEDIO AMBIENTE. SI A LA VIDA. NO A LA MINA




El oro ha significado muchas cosas a lo largo de la historia. El afán por encontrar oro hizo colapsar civilizaciones enteras; esto es miles y miles de hombres, mujeres y niños muertos por enfermedades, enfrentamientos, desnutrición, hambre. Todo parece indicar que la codicia de los seres humanos no tiene límites, con tal de satisfacer las necesidades personales se arrasa con el medio ambiente sin importar el daño causado a la sociedad y al prójimo.

Cuando el oro se encuentra distribuido en pequeñas cantidades por las rocas, generalmente se recurre a su extracción por medio de una actividad denominada la minería a cielo o tajo abierto, generando perdidas gravísimas para el medio ambiente y la sociedad. Diversos autores afirman que “ninguna actividad industrial es tan agresiva ambiental, social y culturalmente como la minería a cielo abierto”. De hecho, Vaughan considera que "en términos ambientales y sociales, ninguna actividad industrial es más devastadora que la minería superficial" (a cielo abierto) dando a entender que no existe una actividad diferente a la de la minería a tajo abierto que cause tanto impacto ambiental negativo.


Salinas cita las siguientes actividades como causas de impacto ambiental durante la fase de exploración:
* preparación de los caminos de acceso,* mapeos topográficos y geológicos,* montaje de campamentos e instalaciones auxiliares,* trabajos geofísicos,* investigaciones hidrogeológicas,* aperturas de zanjas y pozos de reconocimiento,* tomas de muestras.


Las voces que argumentan a favor de este megaproyecto minero señalan que su situación económica está mejorando pues los salarios que les paga la transnacional son mucho mayores a los que obtienen desarrollando las actividades agrícolas que predominan en el municipio de Cajamarca, resaltando los beneficios generados a corto plazo. Vale mencionar que según lo informado por AngloGold Ashanti el proyecto consta de 8 fases; sin embargo lo paradójico es que después de terminar la fase 3 (actual fase de exploración) se requieren especialistas que muy posiblemente se encuentran fuera del municipio de Cajamarca, quedando la mayoría de la población desempleada o en el mejor de los casos realizando labores que ponen en riesgo su misma supervivencia.


Una de estas labores es la manipulación de cianuro, utilizado para separar el oro de las rocas. Esta sustancia química es letal, a tal punto que una cantidad de cianuro del tamaño de un grano de arroz es capaz de matar a una persona. Además es importante mencionar que para extraer el oro es necesario arrasar con toda la capa vegetal que cubre las rocas perjudicando la fauna, la flora y los posibles ecosistemas que conviven allí, ocasionando que los sedimentos producidos paren en los ríos y quebradas, generando disminución en el caudal de agua y convirtiendo este preciado líquido en no apto para consumo humano, lo cual se agrava al tener en cuenta que estas aguas alimentan los cultivos de arroz de Saldaña, Guamo, Espinal y Coello, especialmente. Es más, durante el proceso deben utilizar explosiones con dinamita, desapareciendo montañas y causando daños auditivos en toda la población. Así se deja en evidencia el irreparable daño al medio ambiente y la catástrofe social que se sobreviene al ejecutarse este proyecto de la gran minería a cielo abierto, en donde no se construirán túneles sino que se dejará un cráter que altera, entre otras cosas, el paisaje de esta área en el municipio de Cajamarca.


Un ejemplo interesante es lo sucedido con la comunidad de rio Palmilla en Panamá, en donde la gente se encuentra sin ropa, sin comida y sin agua, producto de la intervención de las empresas Petaquilla Gold y Teckcominco e Inmet Mining, durante la fase de exploración de oro y cobre.
Cuando el proyecto minero no existía la población de Palmilla podía vivir porque las tierras, los bosques y los animales del monte, los ríos, las playas y los mares, sumados a sus propios esfuerzos, les daba el sustento diario para sus familias. Tenían lo indispensable para vivir y continuar luchando, con dificultades, pero gozaban de un ambiente tranquilo y seguro y nadie se moría de hambre ni envenenado por tomar agua del río.


Pero todo eso se acabó desde que se iniciaron los trabajos de exploración del oro esas comunidades, ya no viven en paz. Los bosques y selvas vírgenes han sido deforestados, talados sin piedad y heridos de muerte. Los ríos, quebradas, ojos de agua y aguas subterráneas han sido destruidos, desaparecidos y contaminados Ya no hay vida en los ríos.

La contaminación que afecta aguas fluviales y marinas, tierras y aire, tiene a buena parte de la población, y en especial a los niños, ancianos y mujeres embarazadas, con toda clase de problemas de salud, como mareos, úlceras, vómitos.

La sedimentación de las aguas debido a la erosión producida por la tala indiscriminada de árboles, el desmonte de los bosques y la destrucción de cerros, montañas y ríos por parte de las transnacionales dan fe que en el municipio de Cajamarca existe la posibilidad de no poder usar en forma alguna las aguas de los ríos Bermellón y Coello: el agua es no apta para consumo humano, el desempleo aumentaría pues los cultivos de arroz que se alimentan de las aguas de estos dos ríos morirían, perjudicando a los habitantes de los municipios de Guamo, Coello, Saldaña, Espina, Chicoral e Ibagué pues para este último sería impensable la construcción del acueducto alterno que pretende surtir de agua a los ibaguereños. Las pérdidas saltan a la vista, los grandes damnificados serán los y las habitantes del departamento del Tolima.


Queda claro entonces que la visión de las transnacionales de la gran minería no es más que una visión interesada en la explotación minera y nada tiene que ver con el bienestar de la gente ni con el desarrollo de la región. El ideal de ellas es la minería a cielo abierto con toda su carga y capacidad de destrucción. El negocio, el lucro y la ganancia fácil forman parte de la maquinaria trituradora de esta industria, conocida también como la industria de la muerte, constituyéndose en una afrenta para el derecho fundamental de la vida.


Varias son las cosas que hay que decir respecto a la solicitud de Anglogold Ashanti referente a la sustracción de un área de una zona de reserva forestal. Primero, la superposición del área solicitada es total con la zona de reserva forestal central, mas no parcial como lo advirtió la multinacional. Segundo, existen alrededor de 161 fuentes hídricas en la zona donde está ubicado el proyecto la Colosa y no 36 como lo expresó recientemente Anglogold. Tercero, el daño causado al medio ambiente y la sociedad es irreversible. Cuarto, se pretende reemplazar la vocación agrícola del municipio de Cajamarca por el emporio de la gran minería, no se puede olvidar que “la minería es una actividad extractiva limitada, que no está en condiciones de brindar tanto empleo y desarrollo como la agricultura".


Vale decir que esta transnacional inició la exploración de manera ilegal, deteriorando las condiciones ambientales y actuando fuera de la legalidad. Justamente, la Corporación Autónoma Regional del Tolima “Cortolima” ante la violación de la Normatividad Ambiental, a través de la Resolución No. 205 de febrero de 2008, ordenó la suspensión inmediata de las actividades de exploración, iniciadas por la transnacional AngloGold Ashanti considerando que parte del área sometida a exploración del oro se encuentra bajo la denominada “Zona de Reserva Forestal Nacional Central” según la ley 2 de 1959. Es más, el procurador saliente, Hernando Maya Villazón le solicitó al Ministerio de Ambiente, Vivienda y Desarrollo Territorial no otorgar licencia de exploración y de explotación a AngloGold Ashanti-Colombia debido a que esta zona era considerada como de reserva forestal e hídrica, argumentado que si se le otorga la licencia a la transnacional se violarían las normas constitucionales, referidas a la protección y defensa de los recursos naturales y de los derechos colectivos.


Es más, la resolución 2410, expedida por el ministerio de medio ambiente, vivienda y desarrollo territorial hacia finales del año 2008 da cuenta de la apertura de una investigación a Anglogold por iniciar la fase de exploración sin realizar la sustracción del área de reserva forestal, situación que fue reconocida por funcionarios de la multinacional al expresar que la investigación no los tomaba por sorpresa. Si el Ministro de Ambiente, Vivienda y Desarrollo Territorial es consecuente con las normas constitucionales no le otorgará la licencia de exploración, ni mucho menos la de explotación para que la transnacional sudafricana AngloGold Ashanti reinicie sus trabajos.


Las siguientes citas, “cuando Manhattan Resources intento desplazar al pueblo de Tambogrande en el norte de Perú, destruyendo a una comunidad vibrante con una economía basada en la agricultura, para hacer lugar para una mina de tajo abierto para la extracción de oro y cobre, el pueblo se opuso, organizando un referéndum donde obtuvo abrumadora mayoría en oposición al proyecto” y “Cuando Meridian Gold trato de construir una mina en las afueras de la escénica Esquel, en el sur de Argentina, el pueblo se opuso al proyecto organizando también un referéndum que votó en forma abrumadora contra el proyecto, eventualmente forzando a la compañía a retirarse. Cuando Platinex Inc. Ignoró la moratoria en la actividad minera declarada por el pueblo indígena, la Primera Nación Kitchenuhmaykoosib Inninuwug en el norte de Ontario, el pueblo bloqueo el lugar y forzó a la compañía a retirarse” demuestran que solo con la organización de la gente fue posible ponerle freno a estos perversos proyectos de la gran minería.


La enseñanza es clara: la vía más efectiva para solucionar las vicisitudes es logrando que los pueblos actúen bajo una sola voz, los problemas solo se solucionan cuando nos organicemos. Por lo tanto, la invitación es a que estudiantes, agricultores, campesinos, profesores, ambientalistas, ONG´s y toda la gente progresista grite al unísono para que cesen los atropellos contra el medio ambiente y la sociedad, buscando acciones, a través de la organización, que impidan la realización de este proyecto que en última instancia solo dejará miseria en toda la población cajamarcuna y en el departamento del Tolima.

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