miércoles, 11 de marzo de 2009

Controversia Abierta

Hace ya 17 años , en las primeras ediciones de EL NUEVO DÍA, se presentó un informe sobre la explotación del oro en Ataco y las intenciones de una empresa minera de montar en el lecho del río una paladraga.

Con claridad se tomó partido por quienes se oponían a la paladraga y luchaban por proteger el agua.
Con sistemática frecuencia, con los más diversos subterfugios, las más disímiles propuestas y los más dispares aliados la compañía ha continuado con su empeño a través de distintos nombres y diferentes conformaciones patrimoniales. Cuando se señaló quienes integraban uno de los elencos que acompañaba la propuesta, el periódico, sus periodistas y asociados se ganaron la enemistad imperecedera de un ex senador descubierto en las andanzas.


El tiempo ha pasado y las expectativas respecto de los yacimientos auríferos del Tolima han crecido, en la medida que sube la cotización del metal en los mercados internacionales y la escasez del producto se hace más notoria.
El interés se centra ahora en Cajamarca desde cuando el presidente Uribe indicó que allí estaba una de las 10 mayores reservas de oro del mundo.


El tiempo ha ido conformando facciones compuestas por los que son partidarios de explotar la mina, sin miramientos de ninguna especie, y quienes se oponen a cualquier forma de explotación, por los efectos que podría tener sobre el ambiente y, sobre todo, por su efecto sobre las fuentes de agua que surten a medio departamento.


En el Consejo Comunal de Chaparral, el Presidente se mostró partidario de permitir la exploración para determinar si es posible explotar la mina sin afectar el ambiente. Cabe recordar que desde la Procuraduría General de la Nación y Cortolima se han escuchado pronunciamientos opuestos radicalmente a la idea.
En este estado de la controversia parece oportuno expresar un par de inquietudes: La primera, tiene que ver con el valor de uso del oro en contraposición con el valor de uso del agua y todas las inquietudes derivadas de tal definición.


La segunda, se soluciona muy fácilmente y consiste en indagar en cuál lugar del mundo existe una explotación aurífera que no afecte el entorno, la fuentes de agua o el medio ambiente.
Absueltas estas dos dudas y señalados los sitios se podría continuar con la discusión.

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