sábado, 30 de marzo de 2013

La lucha contra el cambio climático toma su espacio en el Foro Social Mundial


Jueves 28 de marzo de 2013, por Mar

Esther Vivas ׀ Público
Luchar por el medio ambiente no sale gratis. Y muchos han sido los asesinatos y desapariciones de activistas ecologistas a lo largo de los años. Sombath Somphone, de Laos, es uno de ellos. Y en la inauguración ayer del Espacio Clima, en el Foro Social Mundial (FSM) que estos días se celebra en Túnez, Pablo Solón, director de Focus on the Global South, lo recordaba.
Por primera vez, una edición del FSM contará con un espacio específico y permanente para analizar las causas y los impactos del cambio climático e intercambiar experiencias y debatir sobre nuevas estrategias para enfrentar la crisis ecológica actual. Se trata del Espacio Clima, promovido por unas casi 40 organizaciones ecologistas de todo el mundo como La Vía Campesina, Focus on the Global South, el Grupo ETC, Ecologistas en Acción, ATTAC Francia, entre otras.
El cambio climático es un elemento central en la crisis sistémica del capitalismo, que amenaza el futuro de la vida en el planeta, y pone, claramente, de manifiesto la incapacidad del actual modelo para darle una solución real. Frente al cambio climático, gobiernos, instituciones internacionales y multinacionales coinciden en pisar a fondo el acelerador y apostar por una serie de falsas soluciones tecnológicas, que en vez de sacarnos de la presente crisis nos hundirán aún más en la misma, y por soluciones de mercado, llenándose los bolsillos con la compra y venta de emisiones de gases de efecto invernadero. La naturaleza se convierte así en una mercancía más, en una fuente de negocio amparada en una retórica verde sin contenido real. Un verde que sabe al color del dólar y no al del medioambiente.
El tiempo juega en contra nuestro y del planeta. “Hemos perdido demasiadas batallas importantes en la lucha por la justicia climática y nos queda poco tiempo para evitar que la Madre Tierra y la humanidad caigan en un precipicio. El cambio climático ha generado ya 400 mil muertes al año”. Así de claro lo dejan los convocantes del Espacio Clima. Aunque apuntan a la esperanza y a la movilización al afirmar que “acción es lo que necesitamos si queremos cambiar el futuro”.
Hoy vemos como la crisis económica agrava aún más la crisis climática, energética y alimentaria. Los mismos que especularon con las hipotecas subprime, los bancos, los fondos de alto riesgo, las compañías de seguros… son quienes ahora acaparan tierras y especulan con la comida. Todo es negocio: el agua, las semillas, la tierra, los cereales. Como afirmaba Nnimmo Bassey de Oil Watch International al cierre de la inauguración del Espacio Clima: “Es el momento de intensificar las luchas y crear alianzas”. Así lo ratificaron, también, los numerosos asistentes al acto inaugural. Y es que como dice la canción: “El pueblo unido jamás será vencido”.
*Esther Vivas participa en el Foro Social Mundial en Túnez.


viernes, 15 de marzo de 2013

Resistencia en los Andes a la minería


RAÚL ZIBECHI

Lunes 11 de marzo de 2013

Una de cada cinco hectáreas del Perú ha sido entregada a las multinacionales de la minería, así como la mitad de las tierras de las comunidades campesinas e indígenas de la sierra andina. La gente común y la naturaleza son las más afectadas por la voracidad de grandes empresas que acumulan oro, plata y cobre en el altar de la especulación. La forma como la población se viene movilizando muestra cambios de fondo en la acción social.
“Fuimos aplastados por 20 años de guerra interna”, dice Hugo Blanco, veterano dirigente campesino quechua que protagonizó la lucha por la recuperación de tierras en la década de 1960 en Cusco. Ahora se muestra optimista: “El conflicto de Conga primero y ahora el de Kañaris nos muestran que la lucha social avanza, aunque por otros caminos, a través de grupos locales que son más representativos de las luchas reales que las viejas centrales que están por los suelos” /1.
Perú es un país minero. Desde la Colonia la explotación de las minas reconfiguró el mapa social y político de los pueblos originarios que habitaban la región andina. En las últimas décadas la minería se reflejó incluso en las artes y en la literatura, su huella fue particularmente intensa entre los campesinos, como lo muestran las novelas de Manuel Scorza, uno de los más destacados escritores peruanos/2. Pese a ello la lucha contra la minería no ocupó un lugar destacado en el imaginario peruano.
Sin embargo en los últimos años se registra un viraje importante. El 2012 fue el año de mayor conflictividad social. Como señala elObservatorio de Conflictos Mineros en el Perú, la intensidad de los conflictos se refleja en la polarización que producen y en su capacidad para modificar la agenda. Los conflictos por la minería forzaron dos cambios de gabinete del gobierno de Ollanta Humala: en diciembre de 2011 (apenas seis meses después de asumir el gobierno) y en julio de 2012, cuando cumplía su primer año en el sillón de Pizarro.
“Hace diez años era impensable que un conflicto minero de una zona apartada del país, llegase a las primeras planas de los principales diarios y estuviera presente por varias semanas en casi todos los medios”, señala el Observatorio/3. Pero la principal novedad es que “los conflictos sociales vinculados a la minería se han convertido además en conflictos políticos de envergadura”. Hasta la agencia de calificación de inversiones Moody´s señaló que el modo como viene afrontando el gobierno el conflicto por Conga puede ser perjudicial para los intereses del sector minero.
Comprender la importancia de la lucha contra la minería supone abordar tres aspectos: la megaminería como una de las principales formas de acumulación del capital transnacional en Perú; la resistencia campesina de carácter comunitario y por lo tanto territorializada que conecta con cinco siglos de resistencia indígena; y los modos no centralizados de coordinación, o sea las nuevas culturas de acción política.
Perú en el ojo del colonialismo minero
En noviembre había 24 millones de hectáreas concesionadas a la minería, lo que representa un 19% de la superficie total del país. El área de las concesiones mineras afecta principalmente a las comunidades campesinas en la Sierra y Costa del centro y norte del país, donde casi la mitad de su territorio fue concedido a las mineras/4.
En efecto, el 49,6% de las tierras de las comunidades campesinas tienen concesiones mineras. Casi la mitad de la región hidrográfica del Pacífico (47%) está concedida a la actividad minera, donde vive el 65% de la población que cuenta con apenas el 1,8 % del volumen de agua del país/5. Por eso los argumentos oficiales de que la actividad minera beneficia al país son rechazados de plano por comuneros que sufren la pérdida de sus tierras y de su acceso al agua.
Un reciente informe del Metals Economic Group señala que la caída del mercado de acciones en el mundo favorece las inversiones en minería que crecieron 44% en 2010 y 50% en 2011, luego de una fuerte caída en 2009/6. La región latinoamericana es el primer destino de las inversiones mineras, con el 25% del total, donde destacan Chile, Perú, Brasil, Colombia, México y Argentina. En 2003, apenas el 10% de la inversión minera mundial se dirigía hacia América Latina.
Perú es junto a Chile el primer destino de las inversiones mineras en la región. En 2010 la región latinoamericana proveía el 51% de la plata del mundo, la mitad del litio, el 45% del cobre, 27% del molibdeno, 25% del estaño, 23% del zinc y la bauxita, 19% del oro y 18% del hierro/7. Hasta 2020 el sector minero recibirá 300 mil millones de dólares de inversiones.
Perú ha dado un salto significativo como receptor de inversión extranjera directa. En 2012 llegaron al país 11 mil millones de dólares, un aumento del 34% respecto a 2011, frente a un promedio de 1.600 millones entre 2000 y 2005/8. El problema es que minería e hidrocarburos suman la mayor parte de las inversiones. Alrededor de dos tercios de esas inversiones fue al sector de recursos naturales y apenas el 8,7% a la industria manufacturera.
Este tipo de inversiones consolidan la dependencia de a la explotación y exportación de recursos naturales. El periodista peruano Raúl Wiener sostiene que el 30% de los ingresos fiscales de su país se originan en la minería y que “la única forma más o menos rápida de incrementar estos fondos en el corto plazo y poder llevar adelante los programas sociales que todo candidato promete para ganar las elecciones, es con más inversiones en minería, por lo que pelearse con este sector sería hacerse el harakiri” /9.
Perú se convirtió en el quinto país del mundo con mayor crecimiento de las exportaciones, que pasaron de 7,600 millones de dólares en 2002 a 45,700 millones en 2011. Alrededor del 60% son minerales y el 10% petróleo y gas, productos que se exportan sin procesar/10. Es el mayor exportador latinoamericano de oro, cinc, plomo y estaño, el segundo productor de plata y de cobre. Según las proyecciones en los próximos años la tendencia de inversiones y exportaciones centradas en la minería se va a profundizar. Las concesiones mineras se duplicaron entre 2006 y 2010, según el Observatorio de Conflictos Mineros.
Resistencia en los Andes
Durante la segunda mitad de 2011 y buena parte de 2012 el principal conflicto minero y social del país se registró en la región de Cajamarca, al norte del país, por la masiva oposición de la población al proyecto de explotación de oro y plata Conga, de la minera Yanacocha, propiedad de la estadounidense Newmont Mining Corporation. La minera explota desde hace más de veinte años un yacimiento de oro a 50 kilómetros al norte de la ciudad de Cajamarca a más de 3.400 metros de altura, siendo la segunda mayor mina de oro del mundo.
Durante los últimos años Yanacocha ha experimentado una caída en su producción debido al agotamiento de las reservas. De ahí que el proyecto Conga sea una alternativa para la empresa. Pero la población ya conoce a Yanacocha y se ha movilizado en defensa del agua desde hace varios años. El problema principal es que la actividad minera, que incluye el uso de cianuro y mercurio, afecta las lagunas de altura de las cuales se abastecen las comunidades campesinas y las ciudades.
En noviembre y diciembre de 2011 la resistencia de la población de Cajamarca/11 se zanjó con la declaración del estado de emergencia y la militarización de varias provincicas, a lo que siguió un recambio del gabinete con la salida de buena parte de los ministros más progresistas. En el distrito de Bambamarca, uno de los más afectados por Conga, la población impidió que los soldados pudieran hacer la ceremonia de saludo a la bandera y en Celendín, epicentro del conflicto, los soldados fueron expulsados de la plaza por la población/12. Las rondas campesinas detuvieron soldados por intentar prostituir a menores.
En 2012 se registraron 167 conflictos activos: de ellos, 123 son conflictos denominados por la Defensoría de Pueblo como “socioambientales”, mientras sólo siete son “laborales”. Los campesinos se están quedando sin tierra y sin agua y reaccionan con toda la fuerza que tienen, movilizando sus comunidades. Una encuesta revela que en Cajamarca el 78% de la población se opone al proyecto Conga. Aunque el epicentro de las resistencias es Cajamarca, y más recientemente Kañaris (Lambayeque), los conflictos mineros abarcan todo el país.
Mirando la realidad más de cerca, se observa que la población ha puesto en juego una variedad de recursos asombrosa. Ha creado frentes de defensa provinciales y locales, ha realizado consultas municipales y provinciales, marchas, paros regionales y cortes de carreteras. Una de las actividades más importantes es la que realizan las rondas campesinas, organizaciones comunales de autodefensa nacidas en la década de 1970 en Cajamarca y Piura para combatir el robo de ganado/13.
Los ronderos de Cajamarca, Bambamarca y Celendín, las tres provincias más cercanas a la mina Conga, acamparon masivamente en los alrededores de las lagunas impactadas por el proyecto minero para hacer una labor de vigilancia e impedir cualquier trabajo de la empresa en la zona. La movilización comenzó en noviembre y se les denominó guardianes de las lagunas.
El campamento de Celendín fue destruido por las fuerzas policiales, por lo cual el Comando Unitario de Lucha de Cajamarca decidió “construir dos casas para las rondas campesinas en base a trabajo de minga para que los ronderos y visitantes puedan pernoctar y permanecer firmes en la lucha” /14.
Esta lucha por el control del territorio es respondida con la militarización de la región por parte del gobierno, mientras Yanacocha cierra los caminos a los campesinos. Las comunidades respondieron colocando carteles en todas las vías y en todos los caseríos que dicen: “Territorio rondero libre de minería”, seguido del nombre del lugar. Una práctica similar a la que realizan las bases zapatistas para reafirmar el control de sus espacios.
Los estados de excepción y la militarización de varias provincias se saldaron con 17 muertos entre diciembre de 2011 y setiembre de 2012 según la Asociación Pro Derechos Humanos (APRODEH). Cinco comuneros fueron muertos en julio de 2012 en Celendín y Bambamarca, tres por el intento de erradicar la pequeña minería informal en Madre de Dios (frontera con Brasil y Bolivia), dos en Espinar (Cusco) resistiendo a la minera XStrata, uno enfrentando a la minera Barrick en Ancash.
El gobierno de Ollanta Humala aplica el Decreto 1095 emitido por el anterior gobierno de Alan García que autoriza la intervención de las fuerzas armadas en el control del orden interno y califica a los que protestan como “grupo hostil” mientras las violaciones a los derechos humanos cometidas por las fuerzas represivas son juzgadas en tribunales militares/15.
Nuevas formas de organización y acción
En los dos últimos meses apareció un nuevo conflicto en la norteña provincia de Lambayeque. Los campesinos expresan el conflicto de un modo muy sencillo que revela su visión del mundo: “El fundamento de nuestra resistencia indígena, es por la intromisión e invasión en nuestro territorio ancestral de la empresa Minera Candente Copper Corporatión-Cañariaco” /16.
Para reafirmarse ante la opinión pública realizaron una Consulta Comunal el 30 de septiembre en la que el 95% de la población se pronunció contra la minera. El 20 de enero realizaron un paro regional y el 25 la policía hirió a 24 campesinos durante un boqueo de rutas para evitar que la canadiense Candente Copper siga adelante con su proyecto de explotar tres yacimientos de cobre.
Un párrafo del Manifiesto del 5 de febrero revela el abismo entre el Estado y las comunidades: “Exigimos como condición para el diálogo el retiro inmediato de las fuerzas policiales de nuestros territorios, puesto que de acuerdo a nuestro derecho consuetudinario la seguridad comunal está garantizada por las rondas campesinas y no hay necesidad de la presencia de gran contingente policial fuertemente armado en la zona” /17.
Y agregan: “Somos autoridades originarias, comunales y ronderiles que no estamos dispuestos a renunciar a nuestros principios y derechos como pueblos, a no permitir la subordinación al colonialismo que rompe la estructura genuina y natural de los pueblos originarios”.
Sin embargo, numerosos analistas y observadores consideran que en Perú no existen movimientos sociales y estiman que el movimiento contra la minería es fragmentado y que no se articula entre sí. El investigador y activista Raphael Hoetmer afirma: “Los movimientos del Perú no son centralizados y articulados en organizaciones representativas nacionales sólidas; más bien tienen un carácter fragmentado” /18.
En el mismo trabajo, en el que polemiza con quienes aseguran que no existen movimientos, constata “una situación donde los pueblos no requieren de las organizaciones nacionales para movilizarse, pero a la vez, hay dificultades para articular las distintas agendas locales entre sí y con las agendas nacionales” /19. De hecho las grandes organizaciones no juegan ningún papel en la lucha contra la minería.
Luego señala que las luchas consiguen victorias pero éstas no se traducen en la creación de organizaciones potentes. “Hay grandes dificultades para convertir estas victorias en organizaciones más fuertes” /20. En efecto, constata que existen grandes luchas que ya no son dirigidas por las poderosas organizaciones sociales de antaño, como la CGTP, la CCP o la más reciente CONACAMI/21
En este punto es donde parece necesario cambiar la forma de mirar. Hugo Blanco, quien vivió el período de las grandes organizaciones desde la CCP y ahora acompaña los movimientos de Cajamarca, es muy claro. En su opinión se trata de coordinar las luchas y a la vez avanzar “hacia una democratización cada vez mayor del movimiento, en que sea la colectividad la que mande y no los dirigentes. No desviando su actividad central hacia campañas electorales” /22.
En pocas palabras aborda tres temas claves: coordinar las luchas sin crear aparatos burocráticos, que decida la gente (eso que los zapatistas llaman “mandar obedeciendo”), y evitar la tentación electoral que distorsiona las luchas al incrustarlas en la institucionalidad estatal. Aunque no lo dice, está hablando de una nueva cultura política. La vieja cultura ya mostró sus limitaciones.
1170372013
Raúl Zibechi es analista internacional del semanario Brecha de Montevideo, docente e investigador sobre movimientos sociales en la Multiversidad Franciscana de América Latina, y asesor a varios grupos sociales. Escribe el “Informe Mensual de Zibechi” para el Programa de las Américas www.cipamericas.org/es.
Notas
1/ Entrevista a Hugo Blanco.
2/ En particular pueden consultarse sus cinco novelas épicas sobre la lucha de los campesinos andinos por recuperar sus tierras:Redoble por Rancas (1970), Historia de Garabombo el Invisible(1972), El jinete insomne(1977), Cantar de Agapito Robles (1977) y
La tumba del relámpago (1979).
3/ Observatorio de Conflictos Mineros en el Perú, ob cit, p. 28.
4/ Idem, p. 32.
5/ Idem, p. 30.
6/ Metals Economics Group, “Tendencias de la exploración mundial 2012”.
7/ Reuters, 16 de abril de 2012.
8/ Global Investment Trends Monitor, UNCTAD, No. 11, 23 de enero de 2013, p. 6.
9/ La Primera, 12 de abril de 2012.
10/ Ministerio de Comercio Exterior y Turismo, “Resumen de Exportaciones 2011”, enhttp://www.mincetur.gob.pe/newweb/Portals/0/documentos/comercio/CuadrosResumen_Exportaciones_2011.pdf
11/ Cajamarca es un departamento, además es una de las doce provincias del departamento y es la ciudad capital departamental.
12/ Lucha Indígena, junio de 2012.
13/ Se estima que existen entre 200.000 y 250.000 ronderos en todo Perú agrupados en unos 8.000 comités de rondas. En Cajamarca, cuna de las rondas campesinas, se cuentan unos 100.000 ronderos activos. Verhttp://cunarcperu.org
14/ Comando Unitario de Lucha-Cajamarca, 1 de febrero de 2013.
15/ APRODEH, “Ni un muerto más”, folleto, Lima, setiembre de 2012.
16/ MANIFIESTO DE LAS COMUNIDADES Y RONDAS CAMPESINAS DE CAÑARIS, INCAWASI Y SALAS: PUEBLOS ORIGINARIOS EN DEFENSA DEL AGUA Y LA VIDA, 5 de febrero de 2013.
17/ Idem.
18/ Raphael Hoetmer, ob cit, p. 230.
19/ Idem.
20/ Idem, p. 236.
21/ Confederación General de Trabajadores del Perú, Confederación Campesina del Perú y Confederación Nacional de Comunidades del Perú Afectadas por la Minería.
22/ Lucha Indígena, marzo de 2013, p. 8.

Piden a Anglogold que renuncie a 157 títulos mineros en Ibagué


El Nuevo Día.
Ibagué.
III 15 2013


Alcalde de la ciudad, que lanzó propuesta, dice que busca proteger las cuenca hídricas de la región.
El alcalde de Ibagué, Luis Hernando Rodríguez, le pidió a la multinacional Anglogold Ashanti que renuncie a 157 títulos mineros que posee en las diversas cuencas hídricas.

La mayoría de esos títulos se encuentran sobre la cuenca del Combeima, un río caudaloso que desciende del nevado del Tolima y alimenta o abastece el sistema de acueducto de esta ciudad, con una población superior a los 500 mil habitantes.

"En nombre de la comunidad, solicito a esa compañía que renuncie a los 157 títulos mineros que ostenta en el municipio de Ibagué, 25 de los cuales se encuentran sobre nuestras fuentes hídricas", le dijo el mandatario a la empresa, que desde hace 4 años adelanta labores de exploración en la mina La Colosa, del municipio de Cajamarca.

Además, le pide que desista o eche atrás una última solicitud de otros 100 títulos mineros que le presentó al Gobierno Nacional.
El alcalde Rodríguez fue más allá y aseguró que los títulos mineros otorgados en los últimos años a Anglogold han generado un clima de zozobra e incertidumbre entre los ciudadanos.

"Hay preocupación por el futuro de nuestro recurso hídrico", dijo el mandatario, y agregó que "apelamos a la responsabilidad social, empresarial y ambiental de la empresa, para darles un parte de tranquilidad a los ibaguereños".
El ambientalista Gonzalo Palomino, catedrático de la Universidad del Tolima, afirmó que la vida de Ibagué depende del río Combeima, y dijo que "con ese río no se puede jugar ni experimentar".

"La cuenca del Combeima es sagrada para Ibagué, esa zona es un pulmón, allí nacen infinidad de quebradas y existe una diversidad de flora y fauna increíble", señaló Palomino, que le pidió a la ciudad asumir la defensa de su fuente de agua y tomar acciones para frenar la tala de árboles.

 IBAGUÉ

miércoles, 13 de marzo de 2013

JAPÓN: Dos años después de Fukushima


PIERRE ROUSSET
Jueves 7 de marzo de 2013
La triple catástrofe del 11 de marzo de 2011 constituyó un importante punto de inflexión en la historia contemporánea de Japón, pero su alcance político no es unívoco. Marcó una ruptura radical en la visión que muchos japoneses tenían de las autoridades y las instituciones de su país y dio lugar a una revuelta ciudadana profundamente progresista. Ahora bien, todo esto se produjo en medio de una profunda inestabilidad de la situación geopolítica de Asia oriental: al sentimiento popular de inseguridad se le añadió una gran incertidumbre sobre la evolución de la relación de fuerzas entre las distintas potencias regionales, la cual suscitó el renacimiento de movimientos militaristas y nacionalistas reaccionarios.
El terremoto y el tsunami del 11 de marzo de 2011 tuvieron fuertes implicaciones sociales y económicas, sobre todo en el área directamente afectada, el nordeste de Japón, donde la mayoría de la población afectada se encuentra impotente y muy dependiente. Las redes institucionales, sociales y familiares tradicionales han saltado por los aires. El choque psicológico es profundo, debido a la desaparición física de espacios comunitarios (pueblos, barrios…), la pérdida de seres queridos, la ausencia de información fiable, la soledad y el sentimiento de no tener ya ningún control sobre el futuro. Frente a la enorme impotencia administrativa que ha mostrado el Estado durante estos tiempos de crisis, las organizaciones militantes regionales (sindicatos, asociaciones…) han realizado un trabajo notable para ofrecer los primeros auxilios y generar una actividad colectiva hacia los refugiados. Para llevarla a cabo han contado con el apoyo de redes nacionales e internacionales, pero sus recursos ante la amplitud de la catástrofe son, a todas luces, limitados. El movimiento obrero japonés, por su parte, está muy debilitado y burocratizado para implicar al conjunto del país en los retos que ha puesto encima de la mesa la catástrofe.
En este contexto y dada la extrema gravedad del accidente en la central de Fukushima la cuestión nuclear dominó la escena política en el periodo posterior al 11 de marzo.
El consenso pronuclear que existía hasta entonces en Japón, saltó por los aires. Las confesiones realizadas por las personalidades implicadas en este sector económico y la publicación de documentos inéditos mostraron que ese consenso estaba basado en mentiras, corrupción y la complicidad del sector público con el privado; en la negación de los riesgos relacionados con la radioactividad y con la posibilidad de graves accidentes. Las mentiras continuaron incluso durante y después de la catástrofe, hasta el punto de que las madres de las zonas contaminadas no sabían qué precauciones adoptar para proteger a sus hijos (más sensibles que las personas adultas a las dosis de radiación relativamente bajas). Antes del accidente los colectivos ciudadanos contra las centrales tenían, sobre todo, un carácter local. Tras el accidente, el movimiento antinuclear ha adquirido una dimensión nacional que, en ocasiones, ha llegado a movilizar a decenas de miles de personas, cosa que nunca antes se había visto en el archipiélago. Por razones diversas, una tras otra, las centrales nucleares fueron parando su actividad y en mayo de 2012 no había ninguna en funcionamiento. En julio, Naoto Kan, Primer Ministro en el momento de la catástrofe, se manifestó a favor de un Japón sin nucleares.
En 2012, muchos sondeos otorgaban una amplia mayoría a favor de una salida de la energía nuclear. Sin embargo, a principios de febrero de 2013, los sondeos mostraron que el 56% era favorable a una política de relanzamiento de las centrales, tal y como pregona el nuevo gobierno de Shinzo Ave. ¿A qué se debe este cambio?
Inestabilidad regional y contraofensiva nuclear
Tras la catástrofe de Fukushima, el lobby nuclear se puso a la defensiva. La evolución de la situación en Asia Oriental le ha dado la ocasión de retomar la ofensiva. El lanzamiento de misiles norcoreanos, aunque algunos fueran fallidos, alimentó el miedo a una amenaza militar. Y, sobre todo, el conflicto de soberanía con China se agudizó. Tokio administra las islas Senkaku (en japonés) o Diaku (en chino). Pekín rechazó siempre que Japón las anexionara pero, hacía décadas, los dos gobiernos evitaban hacer de esta cuestión un "punto caliente" de sus relaciones.
Los llamados "puntos calientes" territoriales se encontraban (y se encuentran aún) más al Oeste: China reivindica, con un fuerte despliegue militar, las islas Parecels y Spratley contra el Vietnam, Malasia, Brunei, Filipinas…, pero se mantenía discreta en la delimitación de sus fronteras marítimas con Japón.
En setiembre de 2012, Tokio abrió la gran caja de pandora: el gobierno "nacionalizó" las islas Senkaku, que estaban en manos de un propietario privado. Pekín reaccionó enviando a la zona navíos y aviones, y declarando después que quería cartografiar el micro-archipiélago… La tensión subió de tono cuando el gobierno japonés acusó a un barco de guerra chino de haber apuntado con su radar de ataque a uno de sus destructores.
Esto no quiere decir que vayamos hacia una guerra entre potencias, pero sí que estamos ante un conflicto territorial activo, que va a durar.
Si lo que hasta ahora estaba circunscrito al marco diplomático se convierte en un conflicto explosivo, es debido a que cada Estado codicia las riquezas sub-marinas del Mar de la China Meridional. Y también porque cada uno de ellos tiene interés en alimentar un nacionalismo de gran potencia: tanto por razones internas (desviar la atención de la crisis social), como porque las relaciones de fuerza están en plena evolución. China se reafirma como potencia militar y no quiere verse bloqueada por una "primera línea de islas" que va desde Senkaku/Diaku hasta Spratley y Paracels. Los Estados Unidos refuerzan la presencia de la VII Flota. Sin embargo, Tokio no tiene asegurado que la protección de Washington continuará indefinidamente.
En ese contexto, por primera vez se oyen voces autorizadas de Japón declarando, de forma más o menos explícita, que el archipiélago debería dotarse de armas nucleares. Está a punto de caer un tabú fundamental de este país que, en 1945, vivió en propia carne los crímenes contra la humanidad de Hiroshima y Nagasaki. Cada vez se evoca más la supresión del Art. 9 de la pacifista Constitución nipona que consigna su renuncia a la guerra. Se adoptan medidas concretas (y se anuncian otras nuevas) orientadas a acrecentar el poder militar de las "fuerzas de autodefensa": incremento del presupuesto militar, redespliegue de cazas F-15, puesta en órbita de un satélite óptico de gran precisión, etc.
El lobby nuclear argumenta que quien quiera la seguridad energética en estos tiempos turbulentos, debe querer la energía nuclear para no depender de las vías de aprovisionamiento marítimas. Al igual que quien quiere la bomba: la industria nuclear "civil" proveerá las materias fisibles necesarias a los militares. Esta campaña alarmista ha tenido éxito entre la población japonesa.
Confrontada a esta nueva situación, la izquierda civil japonesa realizó un llamamiento para que cada país de la región se opusiera al incremento de los nacionalismos xenófobos y militaristas. Denuncia la voluntad de recurrir a una historia mitificada para apropiarse de islotes deshabitados. Platea una gestión compartida de los mares en interés de los pueblos y respetando las exigencias ecológicas.
Se han conformado dos bloques políticamente opuestos, lo que constituye toda una novedad. De un lado, el lobby nuclear, las corrientes militaristas y en general la derecha nacionalista. De otro, el movimiento antinuclear (civil), los últimos supervivientes de Hiroshima/Nagasaki o quienes les representan (los alcaldes), los pacifistas que defiendes la Constitución, la población que lucha en la isla de Okinawa contra las bases estadounidenses, personalidades como el premio Nobel de Literatura Kenzaburo Oe… Sin embargo, el movimiento antinuclear nipón se enfrenta a una situación política difícil para la que no estaba preparado.
A falta de una alternativa política a la izquierda, el rechazo de la energía nuclear tras Fukushima fue capitalizada en el terreno electoral por los partidos de centro-derecha, que pronto cayeron en desgracia por su incompetencia. Se consolidan nuevas formaciones políticas populistas de derecha radical; primero en la región de Osaka y después en Tokio. Por el momento, es el Partido Liberal Demócrata, partido mayoritario de la post-guerra, el que ha reconquistado el poder con Shinzo Abe. Se ha beneficiado de la abstención de los sectores desencantados de la población, de una bien amañada reputación de buen gestor y de trasladar para después de la campaña electoral las malas noticias, como la firma Tratado transpacífico de Libre Cambio, cuyos efectos sociales serán desastrosos.
Internacionalización del movimiento antinuclear
No hay posibilidad de que la central de Fukushima vuelva a la normalidad. La crisis nuclear va para largo.
El movimiento ciudadano del archipiélago continúa luchando día a día: piquetes ante la sede de Tepco (el operador de Fukushima), denuncias de las víctimas, oposición a la reapertura de las centrales… En noviembre pasado, Japón acogió la segunda conferencia internacional para un mundo libre de nucleares. En él se tejieron estrechos vínculos entre las luchas que se desarrollan en diversos países de la región, como en Corea del Sur o India. Por primera vez, el Fórum Popular Asia-Europa realizó una declaración a favor de abandonar la energía nuclear. Y en marzo de 2013 están convocadas numerosas movilizaciones en torno al segundo aniversario de la catástrofe.
La onda de choque de Fukushima continúa ampliándose.
10/02/2013
Traducción: VIENTO SUR

14 de marzo: paro regional en el Huila contra el megaproyecto hidroeléctrico


El pueblo contra El Quimbo

Otramérica.com

El 14 de marzo hay paro regional en el Huila (Colombia) para exigir la suspensión de la licencia a la hidroeléctrica de El Quimbo, un polémico proyecto que ya ha dejado miles de afectados. El Quimbo es un megaproyecto representativo del modelo extractivo iniciado por el gobierno de Uribe y potenciado por el de Santos. Otramérica ha querido hablar directamente con lxs resistentes.


Desde hace toda una vida, Moisés Sánchez trabaja como partijero en la finca El Chagre, en el sur de Colombia. El 13 de enero pasado se encontraba en casa con sus hijos cuando un operativo conjunto del Esmad (Escuadrón Móvil Antidisturbios) de la Policía Nacional y del Ejército lo sacó a la fuerza de su casa. Luego, la tumbaron. El desalojo fue ordenado por el alcalde del municipio de Gigante, Iván Luna, y ejecutado en presencia del Secretario de Gobierno, Andrés Trujillo, de la Personera, Liz Alejandra Forero, del jefe de la Unidad de Justicia, Erwin Cardenas, de un delegado de la Defensoría del Pueblo, y de funcionarios de la empresa Emgesa.
“Me dijeron que lo hicieron para mi seguridad, porque mi casa se iba a inundar por la construcción de la represa”, relata Moisés Sánchez a Otramérica. “Durante más de un año, Emgesa me prometió que me iba a dar un predio como compensación para desarrollar mi proyecto productivo, pero eso nunca se cumplió. Todavía la Policía tiene mis cosas y los animales de mi finca, me dijeron que tenía tres días para reclamar mis bienes, pero no reclamé nada porque no sé a dónde llevarlos. Soy un desplazado más de este gobierno”.
Moisés Sánchez es uno de los miles de afectados por el proyecto hidroeléctrico El Quimbo, que la empresa Emgesa está construyendo en un tramo del Río Magdalena que atraviesa el departamento del Huila. Bajo la máscara de “empresa colombiana”, Emgesa está en realidad controlada por la italo-española Endesa-Enel (el 52.14% de Emgesa pertenece a la Empresa de Energía de Bogotá, a capital mixto, el 14.7% de sus accionistas tienen voz pero no gozan del derecho de voto. Entonces, con su 48.8%, Endesa-Enel tiene de hecho el control de Emgesa).
La ejecución de la obra, que prevé una inversión de 837 millones de dolares para una central con una capacidad de400Mw, ha sido otorgada a la empresa italiana Impregilo. En los años 80, Impregilo fue encargada de la construcción de Betania, otra central hidroeléctrica de Emgesa-Endesa-Enel. Betania se encuentra a 12 km agua arriba del lugar donde se está erigiendo El Quimbo, y los daños que ha causado al medio ambiente y a la población del Huila son unos de los factores que determinaron el despertar del pueblo huilense en contra de El Quimbo.
Para defender los derechos de los afectados por la central de El Quimbo, en julio de 2009 nació Asoquimbo(Asociación de Afectados por la Hidroeléctrica El Quimbo). “Las personas que viven dentro de la zona que se ha denominado 'de influencia directa del proyecto' estaban siendo desconocidas en sus derechos fundamentales. Emgesa está acabando con su forma de vida”, explica a Otramérica Jennifer Chavarro, integrante de Asoquimbo. “Nuestro logro principal fue generar conciencia para que la gente tome las decisiones sobre el destino de su vida, según el principio de autonomía y de autoorganización. No son los políticos ni la democracia representativa los que tienen que definir como tenemos que vivir. También estamos en oposición al modelo de desarrollo del presidente [Juan Manuel] Santos, que es igual a él de [Álvaro] Uribe, basado en la explotación de los recursos naturales. Santos ha aprobado 32 represas en todo el país y, a través del Plan Maestro de Aprovechamiento del Río Magdalena, ha anunciado la posibilidad de construir 9 represas más en el alto Río Magdalena. Así que con Betania El Quimbo serían 11 represas en el sólo Huila”.
La idea de construir la central hidroeléctrica El Quimbo surgió en 1997, pero inicialmente el proyecto no obtuvo licencia por parte del Ministerio de Ambiente. “El Ministerio dio la negativa a raíz de un concepto del Ministerio de Agricultura que decía que el Quimbo no es viable porque hace parte de una zona de reserva forestal protegida y, además, no había ninguna garantía de la restitución de la actividad productiva en la zona inundada”, explica Miller Dussán Calderón de la Universidad Surcolombiana de Neiva e integrante de Asoquimbo. “Sin embargo, en 2007 Emgesa hizo un nueva solicitud al Ministerio de Ambiente, y el Ministerio de Agricultura emitió un concepto favorable en un solo mes, cuando en otros países como los Estados Unidos son necesarios ocho años de estudios. Las preguntas son: ¿Porque ahora sí era viable el proyecto El Quimbo? ¿Cuales condiciones cambiaron? Esto no está claro, puesto que en el concepto del Ministerio no existe un estudio que sustente la viabilidad del proyecto, fue una decisión tomada por el gobierno de Uribe”.
Decisión del mismo Uribe que lanzó la política denominada “confianza inversionista y seguridad democrática”, que preveía facilidades a las transnacionales para que invirtieran en Colombia. Entre ellas, la garantía de tener rentabilidad de manera independiente a la participación accionaria de la empresa en la bolsa de valores, a través de un seguro pagado con dinero publico y gracias a exenciones tributarias. El ex presidente colombiano permitió a la transnacionales pagar solo el 17% de los impuestos en lugar del 33%, medida que, según la revista Portafolio, hizo perder al estado colombiano más de 4.000 millones de euros al año.
Además, cuando en 2008 el gobierno colombiano aprobó la resolución 321 -que declara de utilidad utilidad publica las 8585 hectáreas que Emgesa pidió para la construcción de El Quimbo-, la ANLA (Autoridad Nacional de Licencias Ambientales, que depende del Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible) aún no había aprobado la licencia de impacto ambiental ni el diagnostico ambiental de alternativas, que es un estudio fundamental para determinar la viabilidad de un proyecto. La licencia de impacto ambiental fue otorgada después de que el Ministerio dio la autorización a la construcción de la central, aunque pocos días antes la Procuradoría General de la Nación había enviado a la ANLA un concepto donde la obligaba a abstenerse de otorgar la licencia a El Quimbo.
“La licencia ambiental, que es un pacto entre el Estado y la empresa, se sigue modificando”, denuncia el profesor Miller Dussán Calderón. “Las empresas transnacionales exigen cada vez mejores condiciones para la inversión y, ante esta exigencia, el gobierno de Uribe estableció dos días antes de irse un régimen de transición para que se puedan modificar todas las licencias ambientales y así adecuarlas a las 'nuevas realidades ambientales' del país”.
El envase de la represa de la hidroeléctrica El Quimbo afectará más de 8.500 hectáreas de tierras, entre bosque seco tropical y tierras fértiles y productivas. “Vamos a perder 5.300 hectáreas de tierras que generan una riqueza en producción agrícola que supera los 80.000 millones de pesos (alrededor de 34 millones de euros), según un calculo de la Gobernación”, denuncia Alejandro Ordoñez, comerciante de la población de Garzón. “No vamos a permitir que el Gobierno entregue a una transnacional nuestras mejores tierras”.
Las afectaciones causadas por El Quimbo han sido objeto de una investigación de la Contraloría General de la República. La Indagación Preliminar No.015 de 2011, realizada para aclarar presuntas irregularidades en la expedición y modificación de la licencia ambiental otorgada a Emgesa, además de establecer los efectos ambientales, sociales y económicos derivados de su expedición, estima un posible daño patrimonial de 350.644 millones de pesos(alrededor de 150 millones de euros). La Contraloría General de la República determinó costos por afectación a la movilidadpérdida de la productividad marginal de la tierra, vertimientos de material al río Magdalena, incumplimientos en la realización de revegetalización, retrasos en la restitución de empleos asociados a las zonas productivas y en la restauración de los servicios ambientales de los bosques, e impacto ambiental sobre la fauna y la flora. La indagación preliminar dio origen al traslado a la Procuraduría General de la Nación y a la solicitud de la apertura de un proceso de responsabilidad fiscal en contra de la ANLA.
Además, el Instituto Colombiano de Antropología e Historia (Icanh) halló que Emgesa causó afectaciones al patrimonio arqueológico por realizar excavaciones en una zona en la cual no había sido autorizada. Por lo tanto, la empresa, que interpuso recurso de reposición, tendría que pagar entre 200 y 300 millones de pesos (entre 85.000 y 130.000 euros).
A causa del proyecto hidroeléctrico El Quimbo la población no está perdiendo sólo sus tierras, sino también el acceso al rio, según denuncia Jennifer Chavarro, de Asoquimbo: “El Ministerio de Transito ha declarado a través de la resolución 1286 que el río es innavegable. Esta medida privatiza de hecho el Magdalena, que deja de ser un bien publico de acceso a toda la comunidad, para que la gente pueda pescar, bañarse o pasar el tiempo con sus familias. El Estado colombiano ya ha manifestado a través de la fuerza publica que no nos podemos acercar al Magdalena, aunque la ley 1242 de 2008 afirma que 30 metros después de la ultima creciente, el río le pertenece a todo el mundo. A mediados de febrero 2012, la fuerza publica quiso desalojar las ranchas, como aquí llaman los campamentos de pescadores a las orillas del rio. Muchos campesinos fueron a acompañar los pescadores para que no los sacaran, y el Esmad llegó lanzando gas lacrimogeno. Toda la gente tuvo que meterse al rio y un chico perdió un ojo”.
El entonces Ministro del Interior era Germán Vargas Lleras, hermano de José Vargas Lleras, presidente de la junta directiva de Emgesa.
Viajando por el centro del departamento del Huila –entre los municipios de GiganteGarzónTesaliaAgrado,Paicol Altamira– resulta difícil creer que en enero 2015 esta geografía de montañas verdes, bosques y pueblos quedará bajo el agua. La gente verá inundar toda su vida: sus casas, sus escuelas, sus parcelas, y muchos de ellos no tendrán ningún tipo de compensación.
“Según la licencia, Emgesa tendría que compensar a los pequeños propietarios restituyendo los predios, obviamente en otro lugar, para que puedan asentarse y desarrollar su proyecto productivo”, explica a Jesús Elías Benavides, campesino de la comunidad de La Honda. Sin embargo, hasta hoy no se compró ni un solo milímetro de tierra y la única compensación que algunas familias recibieron fue en dinero, según relata Leida Jimena Chavarro Alvarado, campesina y pescadora artesanal de la comunidad La Jagua: “Emgesa prometió a más de 700 familias una compensación entre los 25 y los 45 millones de pesos (entre 10.000 y 19.000 euros, aproximadamente), a cambio pide firmar un documento donde se declara que no se reclamará más nada. Hay familias que nunca habían tenido tanta plata así que se compraron muchos bienes, el dinero ya se le está acabando y no saben como sustentar a la familia. 25 millones parecen mucho, pero se acaban muy rápido si no se sabe cómo invertirlos”.
En Colombia existe un vacío legal sobre el desplazamiento causado por los megaproyectos del que las transnacionales se pueden aprovechar fácilmente. “El 80% de la inversión extranjera directa en Colombia está representada por proyectos mineros-energéticos, se trata aproximadamente de una inversión anual de 14 millones de dolares. Ésto genera una tragedia humanitaria en un país que ya tiene millones de personas desplazadas por el conflicto”, denuncia Daniel Libreros de la Universidad Nacional de Colombia. “El Estado tendría que prever estándares para estas inversiones, como se hace en otros países. No hay una matriz mínima del perfil del desplazado por las represas. De esta forma, cada empresa está haciendo una valoración a su antojo de lo que es un desplazado”.
Emgesa ha catalogado los afectados por el proyecto El Quimbo entre “directos”, que son los que perderán sus casas y sus predios, e “indirectos”, definición que incluye todas las personas que verán afectado su trabajo, como los jornaleros y los pescadores. De hecho, los pescadores de la zona –que ya perdieron 400 toneladas de peces por causa de la central hidroeléctrica Betania de Emgesa– vieron afectar 7.95 toneladas de peces en el sólo periodo 2010-2011, según una investigación del Incoder (Instituto Colombiano de Desarrollo Rural).
Sin embargo, Emgesa censó una porción mínima de los afectados reales. “La empresa realizó 3 censos que dan resultados diferentes, y hablan de unos 3.000 afectados. Asoquimbo legalmente no tendría que hacer los censos, pero hicimos un registros de afectados y encontramos a unas 1.400 personas que no fueron censadas”, relata el profesor Miller Dussán Calderón. Entregamos nuestra investigación a la Contraloría General de la República, que con esta muestra aplicó un instrumento y demostró que efectivamente el censo de Emgesa tenía serias fallas, sobre todo por su metodología. Después se dio otro fenómeno, debido al hecho de que cuando vos dejás de producir una tierra, se afectan todas las cadenas productivas. Así que también los comerciantes quisieron ser censados, y ahora nuestro registro da aproximadamente 10.000 personas y hay más que están esperando ser registradas. El 28 de enero de 2013, la Contraloría General de la República nos convocó a una reunión donde entregamos las firmas de estas personas que se dicen afectadas, solicitando una decisión sobre el caso, que se dará en un mes”. Sin embargo, la ANLA ya anunció que no tiene intención de reabrir el censo.
Asoquimbo ha anunciado un paro cívico regional para el 14 de marzo pidiendo la suspensión de la licencia ambiental, la realización de un nuevo censo y la creación en el área de una Zona de Reserva Campesina. “Vamos a salir a las calles para decirle al gobierno que son suficientes todas las argumentaciones que hemos expuesto para que suspendan el proyecto. No nos vamos a ir de las calles hasta que esto suceda”, advierte Jennifer Chavarro. 


martes, 12 de marzo de 2013

Entrevista a Eduard Rodríguez Farré sobre la hecatombe de Fukushima


“Dos años no es tiempo suficiente para conocer el impacto sobre la salud humana. Hay un período de latencia de los efectos de las radiaciones”



"Para Consols Casals (in memoriam), Manuel Sacristán (in memoriam), Paco Fernández Buey (in memoriam), Hortensia Fernández, Víctor Ríos, Jaume Serrasolses, Toni Domènech, Vicenç Casals, Elena Grau, Roser Vila, Aurora Moreno, Isabel Ribera, Enric Tello, Toni Montserrat, Jaume Morrón, y el resto de compañeros y compañeras antinucleares del CANC"


Miembro fundador del Comité Antinuclear de Catalunya (CANC), Eduard Rodríguez Farré es médico especializado en toxicología y farmacología en Barcelona, en radiobiología en París y en neurobiología en Estocolmo. Ha dirigido durante muchos años el departamento de Farmacología y Toxicología del CSIC en Barcelona. Como experto en toxicología ha asesorado al Gobierno cubano en la epidemia de la neuropatía óptica, a la OMS en el síndrome del aceite tóxico y a la UE sobre la investigación en programas de salud pública y sobre la encefalopatía espongiforme bovina. Actualmente es miembro del comité científico de la UE sobre nuevos riesgos para la salud. Socio fundador de la asociación Científicos por el Medio Ambiente (CiMA), autor de numerosas publicaciones en revistas especializadas, Eduard Rodríguez Farré es coautor, autor principal debería haber escrito, de Casi todo lo que usted desea saber sobre los efectos de la energía nuclear en la salud y el medio ambiente , El Viejo Topo, Barcelona, 2008 (con prólogo, presentación, epílogo y notas finales de Enric Tello, Joaquim Sempere, Joan Pallisé, Jorge Riechmann y Santiago Alba Rico) y de Ciencia en el ágora, El Viejo Topo, 2012 (con textos de Joan Benach, Carles Muntaner, Manuel Martínez Llaneza y Francisco Castejón).

Volvemos de nuevo al tema nuclear.
Volvemos, está muy bien hacerlo. Hemos hablado de la industria nuclear y de Fukushima en los dos libros que has citado pero el asunto atómico tiene mucha cera que cortar y sigue siendo causa, debe seguir siendo causa, de nuestra preocupación e interés.

La población de las zonas más afectadas por el accidente nuclear de Fukushima, lo ha afirmado la OMS recientemente, tiene más probabilidad de desarrollar ciertos tipos de cáncer. Señala que las niñas de un año tienen un 70% más de probabilidades de padecer en un futuro un cáncer de tiroides y un 6% más de sufrir cáncer de pecho. Para los niños, en esas mismas condiciones de edad y emplazamiento, es el riesgo de leucemia el que sube un 7%. En el estudio se afirma también que…

Espera, espera un momento. Sin desmentir los datos que acabas de señalar, los informes de la OMS ignóralos.

Perdón, ¡que ignore los informes de la OMS!

Eso he dicho. Vamos a situar de nuevo lo que decíamos en nuestro libro.

El de la energía nuclear, Casi todo lo que usted desea saber sobre los efectos de la energía nuclear en la salud y el medio ambiente.

Sí, éste, aunque también decimos algo de ello en Ciencia en el ágora. La OMS depende en todas las cuestiones nucleares de la Agencia Internacional de Energía Atómica. Hablamos de ello en el libro, incorporamos un anexo incluso. En 1959 firmaron un convenio por el que, en todos las cuestiones relativas a la energía nuclear, la OMS debía referirse, debía ampararse en los informes de la Agencia Internacional (que es, como recuerdas, una organización de promoción atómica, no de control o vigilancia). Lo mismo está pasando ahora, pasó con Chernóbil y está pasando en la actualidad.
Lo mismo sucede en instancias de la Unión Europea. Yo estoy en un comité científico europeo sobre riesgos de salud. Puedo asegurarte, aseguro, que se nos ha vetado tocar estos temas...

¿Por qué?

Porque estos temas pertenecen al tratado de EURATOM (European Atomic Energy Community) y se tratan en radioprotección o en los comités relacionados con radiaciones, comités, en los cuales, cómo ya te imaginas, no hay personas, no hay científicos de salud pública.

Entonces, para que quede claro lo que señalas, los informes de la OMS sobre asuntos atómicos no son de tu confianza.

No les doy ninguna credibilidad. Ninguna. La OMS en otras cuestiones puede tener más o menos credibilidad pero en cuestiones de radiaciones y efectos sobre radiaciones tiene un descrédito total desde un punto de vista científico. Desde hace muchos años.

Repito la expresión usada: descrédito total.

Repites bien. Pasó con Chernobil, está pasando con Fukushima. La OMS siempre tiende a complacer el brazo fuerte del acuerdo.

El que manda en esta plaza que diría Erich Fried.

Exacto, el que manda realmente. La OMS da las cifras e informes que le proporciona la Agencia Internacional de Energía Atómica. ¿Te acuerdas el informe que publicó la OMS en el vigésimo aniversario de la tragedia de Chernóbil?

Me acuerdo, me acuerdo. El Informe del Fórum de Chernóbil, el “Health Effects of the Chernobyl Accident and Special Care Programes” (Efectos en la salud del accidente de Chernóbil y programas de cuidados especiales).

Ese mismo.

Hablamos también en el libro.

Fue tan escandaloso que tuvieron que rectificar. Decían que había habido muy pocos muertos. Nada, tres, cuatro, unos pocos fallecidos en total, cuando sólo pensando en los liquidadores habían muerto prácticamente todos, sólo quedaba vivo un piloto de un helicóptero. Fue tal el desprestigio que tuvieron que rectificar y al cabo de unos meses la OMS sacó otro informe diciendo todo de forma más ambigua.
La verdad, yo no pierdo el tiempo leyendo un informe de la OMS. No lo hago, dirás que suena muy radical...

Suena radical desde luego, pero está muy bien que suene así.

Irrita mucho que un organismo que puede tener gente capacitada, o que puede organizar grupos de gente documentada y experta para investigar en estos temas, tenga estas grandes dependencias. Como ocurre por otra parte en la mayoría de los países. Las cuestiones de radiaciones no entran, no suelen entrar, dentro de las competencias de los científicos o profesionales que trabajan en temas de salud.

Que es lo que debería ser.

Exacto, que es lo que debería ocurrir desde un punto de vista científico, ciudadano, de búsqueda de datos contrastados. Es trabajo de radiobiólogos, epidemiólogos, toxicólogos. No es ninguna pasión corporativa, o interés no declarado, los que me empujan a decir esto.

Es evidente, no es este el punto desde luego. Cambio entonces de tercio, dejo la OMS por el momento.
Dos años después, dos años después de la hecatombe de Fukushima, ¿dónde crees que debería ponerse el foco?

En varios puntos. Dos años -aunque hubiese unos registros adecuados (que no los hay)- no es tiempo suficiente para ver el impacto sobre la salud humana porque hay un período de latencia de los efectos de las radiaciones. Los primeros esperados son los cánceres de tiroides, desde luego. Hasta la OMS se ve obligada a aceptarlo.

Lo acepta, habla de un fuerte incremento.

Claro, claro, fundamentalmente en niños, como ocurrió en Chernóbil. Si te acuerdas, en nuestro libro, vuelvo a citarnos, hablamos del tema. Te recuerdo aquella curva, aquel gráfico en el que se ponía de manifiesto que a partir de los dos o tres años del accidente empezaron a aumentar y se alcanzó el mayor número de casos entre los cinco y ocho años después, en niños y adolescentes.

Que es lo que puede ocurrir en el caso que comentamos.

Que es lo que... mejor, corrijo, que es lo que va a ocurrir prácticamente. En esto puede ser casi un profeta. Pero el tiempo es suficientemente corto como para señalar que todo lo que se dice es anecdótico. Todo esto, desde un punto de vista científico, no tiene prácticamente ningún interés. En lo que sí que vale la pena reparar es en la diseminación de la radiactividad. Para mi lo más relevante sobre lo sucedido, lo más claro, se ha hablado de ello incluso en la prensa generalista, fue un articulo que apareció en los Proceedings de la National Academy of Sciences, una revista de prestigio mundial. Apareció en 2012, pero se refería a datos de sucesos ocurridos a finales de 2011 si la memoria no me falla. Lo cito en aquel artículo del que hemos hablado alguna vez…

El que te censuraron. Excelente, enorme. Recuerdo el título: “Impacto de la industria nuclear sobre la salud y el medio ambiente”. Lo vamos a incorporar, es todo un honor para nosotros, en un libro sobre marxismo y ecologismo que editaremos en breve José Sarrión, Eddy Sánchez y yo mismo, muy en tercer lugar.

Yo no puedo buscarlo ahora porque, como sabes, soy un científico, un ciudadano, un hombre al que han destruido la memoria externa.

La memoria externa.… Un día te pregunto sobre esto. Tiene mucha importancia desde el punto de vista de la sociología de la ciencia y, claro está, desde el punto de vista de la justicia y el reconocimiento al trabajo científico, riguroso y comprometido.

De acuerdo, gracias. En el artículo del que hablábamos está la referencia a ese trabajo…

Es ésta: Madigan DJ, Baumann Z, Fisher NS. (2012). Pacific bluefin tuna trans- port Fukushima-derived radio nuclides from Japan to Califor- nia. Proc Natl Acad Sci uSA 109: 9483-9486.

Sí, efectivamente, es esta. Seis meses después de lo sucedido en Fukushima, los atunes que se pescaban en California tenían una cantidad de radiactividad, de cesio 137, enorme, casi cien veces superior a la esperable por el fondo que puede existir, que queda todavía para ser más exacto, de las explosiones atómicas. En menos de seis meses, los atunes que hacen un recorrido enorme, de casi 10.000 km, suben por la costa de Japón, siguen por la costa de Kamchatka, llegan al estrecho de Behring, luego bajan por la costa de América, es una emigración enorme, desde Japón hasta California.

Son atunes rojos, me lo has comentado alguna vez.

Hablo de ello en el artículo. Con la pesca de ese atún, pudo comprobarse la radiación acumulada, la enorme cantidad de cesio acumulado. La diseminación ha sido enorme. La pregunta que cabe hacer es elemental: ¿cómo se controla eso?

Cómo te pregunto.

Yo no tengo datos. Lo que realmente se ve cuando hablamos del atún, o de otros tipos de pescado que están en lo alto de la cadena trófica, cuando hablamos de la pesquería de consumo humano, es que la diseminación, como era esperable, ha sido global, al menos en al cuenca del Pacifico.

Se ha calculado que se vertieron al mar más de 12.000 toneladas de agua contaminada. Lo que implica un peligro potencial enorme para las poblaciones humanas, aparte del enorme desastre ecológico causado.

Exacto, exacto. Sé que se tuvo que prohibir rápidamente el consumo de estos atunes. La migración de estos animales es rápida, muy rápida. Lo sucedido es muestra de que se contaminaron y de que se siguen contaminando muy probablemente. No han vuelto a aparecer trabajos como el que he citado o, si existieran, habría que buscarlos pero éste que he indicado fue y sigue siendo relevante por la revista en la que se publicó y por los colectivos científicos que lo realizaron.

Otro elemento que debemos tener en cuenta es el de las grandes cantidades de peces que se siguen pescando en Japón y que se tienen que desechar por su alta radiación. Las aguas de los alrededores de Fukushima siguen estando fuertemente contaminadas.

¿Y las dosis en el interior de Japón?

Es muy difícil de saber. Remito otra vez a mi artículo censurado. Existe un informe de la dieta nipona donde se admite que no sólo fue el accidente, el maremoto, la hecatombe de Fuskuhima, sino que hubo una serie complementaria de errores humanos de diseño, de medidas de control, de ocultación de datos. Todo esto estaba en el informe de la dieta japonesa. No sé si han tomado medidas suficientes, me temo sin ser alarmista que no. TEPCO es una gran potencia económica, una gran corporación. El informe del que hablo era altamente significativo de lo que había ocurrido y de todos los errores que se habían producido en el diseño y gestión de las plantas atómicas japonesas.

Y en la central de Fukushima, ¿cuál sería la situación exactamente?

La situación en la central va a durar muchísimos años. Ahora está en lo que llaman “estado de control frío”. No hay mucha información. Ayer [miércoles 6 de marzo] leía que sigue emitiendo radiactividad. Depende de los días. Por supuesto, su contención debe ser la tarea principal en estos momentos. ¿Cuáles son los diseños, los trabajos que se están realizando? Pues no se sabe.

¿Y los trabajadores que están efectuando estas tareas?

Están un poco aislados, solemos olvidarnos de ellos. No hay información, como decía, sobre lo que están haciendo. Pero, claro está, el trabajo que realizan es difícil y peligroso, muy peligroso.
En este mundo en que vivimos el sistema mediático internacional juega un papel muy importante. Hubo un boom en el momento del accidente, hablamos de ello durante el primer año, luego mucho menos. Se acuerdan, nos acordamos, con nuestros curiosos rituales numéricos, al cabo de un año, de dos…

Me temo que yo también he caído en esta trampa numérica.

A ti te excuso, tienes buenas intenciones. Cuando pasen cinco años se volverán a acordar, cuando pasen diez también probablemente. Nunca he entendido por qué hay que hacer las cosas por aniversarios. ¡Ya bastante duro es tener que cumplir años!

A ti te sientan muy bien.

Vale, vale. Pues igual en este caso. Porque es el día 11 de marzo hay que acordarse de Fukushima… ¿y por qué no el 24 de abril? El tema sigue ahí todos los días, todos los días.

Esta entrevista nada en las mismas aguas rituales.

Ya, ya. Son los rituales occidentales de los números, cada cultura tiene los suyos. Lo nuestro es también un ritual. El acordarse de Fukushima al cabo de dos años transita por el mismo territorio. Podríamos pensar en ello en cualquier otro momento

Lo que sí que es cierto es que, pasados los primeros meses, obtener información, buena información, de lo que está pasando, de cual es la situación real, es difícil, muy difícil. La prensa no habla de ello. Han parado los reactores, claro. Pero Japón no va a eliminar, en absoluto, a pesar de lo dicho en algún momento, la energía nuclear.

Y esta posición que comentas, que ya está tomada, ha sido anunciada no hace mucho, ¿te parece razonable? ¿Cómo es posible que un país que ha sufrido un “accidente” como el que estamos comentando, que sufre aún las consecuencias y las sufrirá en el futuro, siga abonando una opción de estas características tan peligrosas? ¿Es razonable?

A ver, a ver, Salva, ¿el capitalismo es absurdo?

Si lo miramos y pensamos bien, creo que sí, que es absurdo.

Déjame insistir, hago yo ahora de gallego, con perdón por el topicazo, y te pregunto a ti de nuevo: ¿es realmente absurdo el capitalismo? Dentro de la “lógica” capitalista (puedes entrecomillar lógica si quieres), ¿para qué van a cerrar las nucleares?

Por los riesgos para la población, para el conjunto de la ciudadanía nipona, por ejemplo.

Salva, por favor. ¡Riesgos, riesgos! El mejor resumen de todo esto es la expresión que usó la diputada del PP, la señora Fabra. ¿Te acuerdas? ¡Que se jodan! Si no les gusta, que se jodan. Yo gano dinero, mucha pasta, y si tú pasas hambre, pues te jodes. ¿Qué pasa? ¿Pasa algo? Lo dijo con todas las palabras. Lo podemos decir en inglés, que queda más fino. Mejor definición de lo que es el capitalismo no existe.

También estoy de acuerdo. ¡Te vas a aburrir conmigo! Volvamos a Fukushima, una vez más.

No hay datos, no hay preguntas interesantes, los periodistas no pueden realizar tareas de investigación. Buscando mucho, probablemente encontraríamos alguna información complementaria. ¿Cuáles son los datos de dosimetría de la población? ¿Cómo se ha diseminado por el interior del territorio japonés la radiactividad? ¿Cómo se está diseminando por el mar? ¿Qué están emitiendo actualmente las centrales siniestradas? ¿Cómo se está conteniendo los reactores fundidos? Hay que hacer mausoleos, como el que tenemos aquí, en Vandellós I, o como el que hay en Chernóbil (que, por cierto, se está resquebrajando),o como el de Harrisburg.

Y todo esto que apuntas no se está haciendo.

No sé lo que se está haciendo. No hay información, no hay buena información. ¿Qué solución han diseñado, qué han decidido? No se sabe, no se sabe qué van a hacer con los reactores. Lo que están haciendo ahora es contener la radiación de los reactores fundidos. Eso seguro.

Y en esta tarea, ¿quiénes colaboran? ¿El gobierno, TEPCO? ¿Es responsabilidad única de la compañía propietaria? Ecologistas en Acción ha señalado que, según evaluaciones independientes, los gastos podrían ascender a 250.000 millones de $USA, de los que ya se habrían usado unos 43.700 millones de dinero público. En Japón la responsabilidad civil es ilimitada, pero no hay ningún reglamento que establezca cómo deben pagarse las indemnizaciones. Las cifras anteriores, señalan también los amigos Ecologistas, habría que compararlas con el máximo gasto por daños a terceros previsto por la legislación europea: una responsabilidad civil limitada que ascienden a 1.200 millones de euros.

Sí, seguro que por ahí van las cosas. Es de suponer que el gobierno nipón participa y que lo seguirá haciendo. TEPCO ha declarado que ellos ya han perdido mucho dinero.

De nuevo la misma historia: gasto público para un negocio privado en neta inconsistencia (o consistencia) neoliberal.

Exacto. Por lógica, si se le puede llamar lógica a esto, no sé qué diría el primer Wittgenstein o el robot Klapaucio de Stalisnaw Lem que sólo quería hablar con él. El robot de Lem se negaba a hablar con cualquier persona, sólo admitía como interlocutor a Wittgenstein entre los humanos.

Debía ser el primer Wittgenstein.

Probablemente, el del Tractatus Logico-Philosophicus . Por cierto, no sé si era pariente de esta señora, la amante del Rey. Se critica a “nuestro” Jefe de Estado por ello y por la caza de elefantes pero todo esto son pipas si las comparamos con lo que nos están robando estos desalmados, sean de un signo o de otro, nacionalistas de aquí o nacionalistas de allí.

Volvamos al tema, centrémonos querido Eduard.

De acuerdo pero otro día deberíamos tocar estas turbulentas y peligrosísimas aguas. Por lógica capitalista, el dinero lo estará poniendo, directa o indirectamente el gobierno japonés, esto es, los ciudadanos japoneses. Son seis reactores, seis, los que forman parte de la central de Fukushima. TEPCO ha perdido mucho dinero. El coste de esto debe ser…

Se desconoce exactamente. Antes dábamos las cifras de Ecologistas . Son muy significativas.

Pero por el momento no hay cifras oficiales que yo sepa. El coste de todo esto es descomunal, enorme, hay que calcularlo. Y creo que habrá que calcularlo con b.

Hablas de billones.

Sí, sí. Piensa lo que cuesta una central nueva. La central de Finlandia, por ejemplo, la que está haciendo en estos momentos, la presupuestaron a unos 3 mil millones… Cuando las hacían en España, en los años ochenta, costaban 500.000 millones de pesetas.

Tres mil millones de euros.

Exacto. Y esta de Finlandia está ahora ya por los seis mil millones. ¡Seis mil!, el doble de lo presupuestado. En el caso japonés tienen, además, todo el problema de la contención, de la destrucción, de descontaminación. Ahora bien, dentro de la “lógica” capitalista, que a lo mejor Wittgenstein entendía pero que yo no entiendo, el desastre y la reconstrucción posterior está dinamizando la economía japonesa.

La reconstrucción de los efectos de una gran hecatombe como agente económico activador.

Como ocurre con las guerras. La reconstrucción implica una fuerte reactivación económica. Desgraciadamente, en la lógica perversa del capitalismo, esto ha sido siempre así.

Resumimos un poco si te parece. En primer lugar: no hay que fiarse ni un pelo de las informaciones de la OMS en este ámbito.

No hay que fiarse de la OMS en asuntos atómicos.

¿De qué hay que fiarse entonces?

Si hay que fiarse de algo, hay que dedicar mucho trabajo a buscar en la literatura científica estudios documentados e independientes. Sé que puedo parecer un cientificista, pero en esta literatura aparecen cosas de interés como el estudio de los atunes que hemos comentado antes y que, en mi opinión, es de lo más serio y de lo más altamente significativo. Cuando se decía que bueno, que lo sucedido era un problema local, que no iba a salir de allí, que Japón al fin y al cabo era un archipiélago,… Cuando algunos decían que iba a diseminarse por amplias zonas, por el paso a las cadenas tróficas, tenían toda la razón. Toda: ¡ha recorrido el arco del Pacífico!

Por lo tanto los efectos no son locales sino que tienen otra dimensión.

Afectan a una área enorme. En mi artículo censurado hablo, como te decía, de ese trabajo, pero seguro que hay más cosas, seguro que algunos trabajos de dosimetría deben estar apareciendo en la literatura científica. Debe haber alguna cosa en inglés pero mucho más en japonés. Y aquí, claro, tenemos una dificultad lingüística añadida. Hay un gran bloque de literatura científica que se queda solo en Japón porque hay pocas personas no japonesas que entiendan su idioma. En esto los chinos lo tienen claro: publican directamente en inglés.

El tercer punto es que tenemos que esperar.

Si, sí, hay que esperar. Es pronto para hacer grandes afirmaciones.

Pero en todo caso tú hacías antes una predicción.

Que va a haber leucemias seguro, que va a haber cánceres de tiroides seguro… el área afectada es grande. ¿Qué va a pasar en el resto del país y en otros lugares? Una diseminación tan global implica que en muchas ocasiones el peligro no va a ser detectado porque no hay ningún programa de vigilancia. Es lo que tendría que hacerse y no se hizo. Pasó en Chernóbil y tampoco. Ningún programa internacional de radiovigilancia de alimentos y de la diseminación radiactiva de Fukushima está en marcha.

Que no se detecte no significa, por supuesto, que no tenga efectos y que no esté actuando.

Que no lo veamos no significa que no exista. En ciencia, si tú no buscas una cosa, no la vas a encontrar y no lo vas a saber. Y sabemos lo que se podría hacer y no se hace porque la OMS, la Agencia Internacional atómica, no lo están haciendo porque no conviene. La industria nuclear no ha muerto, en absoluto. La situación es dura, absurda si quieres, pero es así.

El último punto que has señalado es que el capitalismo nipón está apostando, sigue apostando por lo nuclear.

Sí y no sólo el nipón. No sé China. Tienen mucha energía eólica. Pero allí la importancia de lo nuclear es mínima. Son 1.300 millones personas. Al lado de Japón, lo que tienen en asuntos nucleares es mínimo.

La comparación tiene que hacerse en términos relativos.

Exacto, lo mismo si pensamos en EEUU. Hay montones de centrales nucleares pero las dimensiones también son otras. El nudo brutal es Francia, con más de cincuenta y cinco reactores nucleares en un país de 675.000 km2 y sesenta y seis millones de habitantes. No es lo mismo que 80, o incluso 100 reactores, en 10 millones de km2 y 315 millones de habitantes. Las cosas hay que situarlas en sus justas dimensiones.

Alguna cosa más que quieras añadir.

Recordar que seguiremos hablando durante años de todo esto, y que la industria seguirá afirmando que la energía nuclear es maravillosa, y que la aplicación de estudios y de medidas adecuadas por quienes deberían realizarlos no se está haciendo ni se harán probablemente. Mi reivindicación, que puede parecer gremial pero que no lo es, es que los sistemas de salud deberían vigilar todas estas cuestiones.

Y no se vigila, no se hace lo que debería hacerse.

No se hace porque quien tiene competencias en todo el mundo, internacionalmente, es la Agencia Internacional de Energía Atómica, que, no lo olvidemos nunca, surgió para fomentar el uso de la energía nuclear.

Fomentar” es aquí palabra esencial.

Exacto. Fomentar el uso de la energía, de las aplicaciones nucleares. La Agencia no es ningún organismo de protección ni de vigilancia. Lo único en lo que se ponen es cuando algún país construye o intenta construir una bomba atómica. Si no eres amigo, te conviertes inmediatamente en un diablo, como ocurre actualmente con los persas.

Pero si uno es amigo, la cosa es muy distinta.

Sí, claro. Y si has explotado alguna bomba, como ocurre con Corea del Norte, se protesta uno o dos días y ya está. Pero a los persas, desde luego, hay que perseguirlos.
Lo dejamos aquí si te parece. Los Sistemas Nacionales de Salud deberían también hacer algo pero tampoco, tampoco. No se hace nada y la nave nuclear sigue su curso.

Llevándonos al desastre.

Intentándolo.

Salvador López Arnal es miembro del Frente Cívico Somos Mayoría y del CEMS (Centre d’Estudis sobre els Movimients Socials de la Universitat Pompeu Fabra de Barcelona; director Jordi Mir Garcia)