Los campesinos de la zona se sienten
amenazados por la minería transnacional
A través de foros municipales, las
comunidades promueven una gran movilización regional por la vida, el territorio
y el medio ambiente y en contra de la locomotora minera.
Por: Edinson Arley Bolaños / Especial para El Espectador
Almaguer ya no es
lo que fue en la época de la Colonia: la capital del Gran Cauca. Está
incrustado en el corazón del Macizo Colombiano, y es uno de los municipios más
pobres del Cauca y de Colombia. Según el censo del DANE de 2005, el 88% de la
población vive con necesidades básicas insatisfechas. A pesar de ello, está
sentado en el oro que quedó escondido en las montañas de las veredas Jordan,
Buenavista, Riñonada y El Tambo, las mismas que hoy están concesionadas a la multinacional
Anglo Gold Ashanti y por las que el Macizo Colombiano se movilizó en días
pasados en el tercer foro minero en defensa de la vida, el territorio y el
medio ambiente
Quizá, que esta
región haya sido declarada por la UNESCO como reserva de la biósfera, sirva
como pretexto para acuñar lo que dijo un concejal de Almaguer y definir lo que
es el Macizo Colombiano: “Somos unidad perfecta de tierra y hombre”. Y lo
expresó delante de miles de campesinos que el viernes 15 de febrero de este año
se aglutinaron en la concha acústica de Almaguer para decirle al gobierno
colombiano: “No a la minería. Sí a la vida digna y al medio ambiente”.
De pronto muchos no
los escucharon, porque de todas las instituciones que convocaron, tan solo
asistieron la Corporación Autónoma del Cauca (CRC), la Defensoría del Pueblo y
la Procuraduría Agraria. Y brillaron por su ausencia, el Incoder y Parques
Nacionales argumentando que nada tienen que ver con el tema de los títulos
mineros. Sin embargo, tampoco apareció la responsable: la Agencia Nacional
Minera.
Pero, de cualquier
forma lo gritaron y el foro se hizo. Con este ya son tres y se han realizado en
distintos pueblos del Macizo Colombiano. El primero fue en el municipio de
Santa Rosa, la Bota Caucana, y el rechazo a la minería transnacional fue total.
Luego en el municipio de Bolívar, y desde entonces la alcaldesa Yolanda
Meneses, lidera la oposición a la minería a gran escala. Y esta vez fue en Almaguer
en donde el alcalde Franco Hoyos, dijo que impulsaría la movilización, si era
necesario, para evitar que la locomotora minera llegue a su municipio.
La organización
social que está impulsando estos foros, es el Comité de Integración del Macizo
Colombiano (CIMA). Uno de sus líderes es Guido Rivera, y ha recorrido cada una
de las veredas de los pueblos del Macizo invitando a los campesinos a estos
encuentros y a la movilización. “El próximo será en otro municipio y al final
realizaremos un gran foro regional en el que invitaremos al Gobierno Nacional
en pleno para debatirle por qué la política minera es lesiva para nosotros los
campesinos”, dice el líder del CIMA.
En resumidas
cuentas es por algo: Según el concejal Albeiro Galindez, en Almaguer hay siete
títulos mineros que abarcan una extensión de 1.732 hectáreas. De esos, seis son
de la Anglo Gold Ashanti y uno de la Palma SOM. Sin embargo, lo más preocupante
para esta comunidad es que existen 18 solicitudes de concesión con una
extensión de 15.940 hectáreas que equivalen al 50% del territorio almaguereño.
“Queremos resaltar que el 95% de las bocatomas que abastecen de agua nuestro
municipio están en las zonas tituladas o solicitadas por multinacionales”, dice
el edil.
La pregunta que hoy
inquieta a los pobladores del Macizo Colombiano es una sola: ¿cómo van a hacer
los campesinos para proteger la reserva de la biósfera, si a diferencia de los
indígenas y afrodescendientes no tienen un derecho que los ampare como el de la
consulta previa? La respuesta de ellos es muy sencilla y toma fuerza en estos
encuentros: Movilización. Esa misma que en 1999 paralizó la vía Panamericana
durante 26 días. Esa vez un cordón humano con más de 40 mil campesinos taponó
la carretera entre los municipios de Rosas y Patía, para exigirle al gobierno
colombiano negociar con ellos por un solo motivo: abandono del Estado.
La respuesta del
gobierno nacional aún es precaria, pues ni siquiera las comunidades indígenas
que también participaron del foro, se sienten protegidas con el derecho a la
consulta previa que, según ellos, la realizan las propias multinacionales como
pasó en el municipio de La Sierra, Cauca, en 2011 cuando Carboandes llegó a
dividir la comunidad, pero no lo logró: “En nuestros territorios no vamos a
ningún tipo de consulta previa. Nuestra respuesta es oposición total a la
minería”, expresó Olinto Masabuel, líder del Consejo Regional Indígena del
Cauca (CRIC).
Según datos que la
Agencia Nacional Minera les entregó a los indígenas del Cauca el año pasado,
250 títulos mineros están concesionados en el departamento a multinacionales y
particulares, de los cuales 110 tienen licencia ambiental, pero no la consulta
de las comunidades étnicas. “Muchos de esos están en territorios indígenas y
afrodescendientes”, dijo el líder del CRIC, cuestionando al Ministerio del
Medio Ambiente quien no les ha respondido qué pasó con el soporte técnico de la
consulta que deben tener estos títulos que están listos para explotar
minerales.
En total, son más
de un millones setenta y cinco mil hectáreas las que están disponibles para
explotación minera en el Cauca, es decir el 35% del departamento, el cual,
según el subdirector de patrimonio de la Corporación Autónoma del Cauca,
Alfonso Melo, está quedando desprotegido con la restructuración de las CAR.
“¿Será que es necesario que desaparezca la CRC para que no haya quien defienda
a los colombianos de estas regiones?”, preguntó el funcionario airadamente
durante su intervención en el foro y luego les dijo a los campesinos que para
la corporación es cada vez más difícil enfrentar este tipo de locomotoras
porque han perdido su autonomía.
En ese sentido, el
Defensor del Pueblo del Cauca, Víctor Meléndez, también apoyó a los campesinos
del Macizo y los invitó a que persistan en la exigencia del respeto a la vida,
el territorio y el medio ambiente. “Si al extraer de las entrañas de la tierra
esos elementos que hoy tienen algún valor y de pronto mañana no valgan nada,
pudiéramos llenar las entrañas de caucanos que están vacías y crujiendo del
hambre, podríamos pensar en cambiar esa negativa que hemos expresado hoy, pero
lo que realmente tenemos seguro es que los perjuicios son para la comunidad y
los beneficios para personas externas a ella”, sentenció el Defensor del
Pueblo.
Así las cosas, los
campesinos del Macizo Colombiano siguen fortaleciendo la asamblea permanente
que declararon en este foro. Siguen marcando su Macizo con letreros que dicen:
“territorio libre de minería”, y siguen esperando que la ley 1382 (reforma al
código minero 685 de 2001, demandada por inconstitucionalidad) sea consultada y
concertada entre el Ministerio de Minas y Energia con las comunidades étnicas,
antes de que venza el plazo y siga en vigencia la normatividad de 2001, que
desprotege los páramos y las zonas de reserva.
Edinson Arley Bolaños / Especial para El Espectador
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