Por: Alvaro
Pardo / Director de Colombia Punto Medio
Por el
contrario, el análisis de cuatro variables socioeconómicas –Necesidades Básicas
Insatisfechas (NBI), muertes por causas violentas, mortalidad infantil y
población en condición de miseria -, concluye que existe un evidente deterioro
de las condiciones de vida de los pobladores comparado con municipios donde no
hay minería.
En su
trabajo "La locomotora minera ¿crecimiento compatible con la adaptación al
cambio climático?", Rudas desnuda el discurso oficial y de las grandes
compañías mineras sobre desarrollo y bienestar, utilizando para ello las
estadísticas que divulgan los organismos oficiales.
Ojala que
este trabajo, reproducido en la página de Colombia Punto Medio, sirva para que
el Gobierno Nacional recapacite sobre la conveniencia de mantener un modelo de
desarrollo minero inequitativo, oneroso y excluyente, y que en la reforma al
Código de Minas que deberá presentar al Congreso, tenga en cuenta que el
interés general de la Sociedad es superior a los intereses de la minería a gran
escala.
Aunque el
autor analiza también los riesgos de la locomotora en relación con la
adaptación al cambio climático y la posibilidad de adelantar esta actividad sin
generar un deterioro de gran magnitud sobre los recursos naturales renovables,
en particular el agua en zonas estratégicas, aquí sólo vamos a comentar lo
relativo a los asuntos sociales y fiscales.
Rudas
arranca examinando las metas de la locomotora minera en el Plan de Desarrollo
del actual gobierno y haciéndose la siguiente pregunta: ¿Puede la locomotora
minera cumplir con los retos de superación de pobreza y de manejo del déficit
fiscal que plantea el actual Plan de Desarrollo?
El autor
toma las estadísticas oficiales de los principales departamentos y municipios
productores de carbón (Guajira y Cesar), y de oro (Antioquia, Chocó, Bolívar y
Córdoba), y hace dos tipos de comparaciones de las variables antes mencionadas
para sacar algunas conclusiones en cuanto a la superación de la pobreza.
Primero,
compara los indicadores socioeconómicos de los municipios de estos
departamentos con los municipios de los demás departamentos, para observar sí
la minería y la afluencia de regalías mineras ha contribuido al desarrollo y
bienestar de la población.
En segundo
lugar, Rudas compara los indicadores mencionados de los municipios mineros con
los no mineros del mismo departamento, para verificar cómo los primeros han
sido impactados, favorable o desfavorablemente, por la presencia y desarrollo
de esta actividad.
En cuanto al
aporte de la minería e hidrocarburos a la meta de reducir el déficit fiscal, el
autor refina su conocido análisis sobre la tributación efectiva de este sector
y concluye con nuevos hallazgos que en términos porcentuales paga más impuestos
un trabajador independiente que los sectores de carbón y oro.
a.
Crecimiento minero sin desarrollo efectivo.
Municipios
de departamentos mineros versus departamentos no mineros
Los
municipios de departamentos de la gran minería del carbón (Guajira y César),
arrojan niveles de violencia inferiores a los demás departamentos del país,
pero las estadísticas sociales son peores que en el resto del país.
a. La tasa
de mortalidad infantil es de 44 muertes por cada mil nacidos contra 36 en el
resto de los municipios del país. Este indicador es también significativamente
más alto que el índice nacional de 26 muertos con cada mil nacidos.
b. En los
municipios donde se desarrolla la gran minería del carbón, el índice de
Necesidades Básicas Insatisfechas (NBI), es del 56%, versus el 45% en los demás
municipios del país y el 29% como índice nacional.
c. El 33% de
los habitantes de los municipios de la gran minería del carbón viven en
condiciones de miseria, contra el 21% en los demás municipios del país y el 12%
de la población del país. La miseria es casi tres veces más grandes en los
municipios donde operan El Cerrejón, Drummond y Prodeco, entre otros, que la
miseria a nivel nacional.
Indicadores
de municipios mineros versus no mineros de los mismos departamentos:
a. No se
observan grandes diferencias en los indicadores de violencia entre estos dos
grupos de municipios, de donde concluye que la minería de carbón no logra que
los municipios que reciben directamente las regalías hayan logrado mejoras
significativas en los indicadores de pobreza, en contraste con los demás
municipios no mineros del mismo departamento.
En cuanto a
la minería de Oro, Rudas examinó las mismas variables oficiales de los
departamentos de Antioquia, Chocó, Bolívar y Córdoba, y llegó a las siguientes
conclusiones:
a. De los
cuatro departamentos estudiados, tres de ellos, Chocó, Bolívar y Córdoba,
presentan tasas de mortalidad infantil, NBI y situación de miseria
significativamente superiores al municipio promedio del país.
b. En el
caso de Antioquia, donde se localizan los municipios con mayor producción de
oro del país, éstos registran un índice de muertes violentas significativamente
superiores al promedio del resto de los municipios: 57 muertes por cada cien
mil habitantes, contra 44 en los demás municipios.
c. Pero en
los otros tres indicadores, los municipios auríferos de este departamento
presentan, en promedio, niveles significativamente mejores que los del resto
del país. Recordemos que en Antioquia prevalece la pequeña y mediana minería,
pese a la presencia de Mineros S.A., y que la generación de riqueza tiende a
distribuirse mejor a nivel local, que la riqueza generada por los enclaves.
d. Pero lo
más preocupante, añade Rudas, es que la diferencia entre los municipios mineros
y no mineros de Antioquia, es significativa: Los municipios mineros registran,
según cifras oficiales, 96 muertes violentas por cada cien mil habitantes,
cifra que más que duplica el promedio de los demás municipios del departamento.
e. El
análisis de estos indicadores muestra que "la minería de oro no genera
mejoras significativas en las condiciones de la población, de por sí ya muy
deteriorada, en contraste con los municipios donde no hay esta minería.
Un análisis
específico hecho en los municipios de El Bagre, Nechí y Zaragoza, donde opera
la compañía Mineros S.A., concluye que la situación es extremadamente grave en
cuanto a condiciones de miseria y NBI. Por tanto, hablar de la presencia de
grandes compañías mineras formales no es condición suficiente para mejorar las
condiciones de vida de la población del área de influencia minera.
Beneficios
tributarios a la minería y a los hidrocarburos
Se pregunta
Guillermo Rudas sí el enorme auge de la actividad minera en el país se está
canalizando para sanear las finanzas públicas nacionales, como propone el Plan
de Desarrollo del Presidente Santos.
Un análisis
más refinado del autor y a partir de las cifras del DANE sobre estos sectores
(la DIAN tiene cifras agregadas y son confidenciales), muestra que además de
los enormes beneficios especiales y transitorios (en algunos casos), así como
el manejo particular de la depreciación y amortización de las inversiones, el
descuento de las regalías y descuentos del IVA, se llega a la conclusión de que
la tasa efectiva de tributación sobre utilidades es apenas del 12% en los
últimos tres años.
Estas tasas
son especialmente bajas en el caso del carbón (7,4%) y los metales preciosos
(4,3%). Se trata de una tasa ridícula, más cuando a la mayoría de los
colombianos nos descuentan, por la derecha y sin derecho "a pataleo",
tasas del 10 a 11% de retención en la fuente por honorarios.
Ahora bien,
esta es la realidad tributaria en un escenario donde no hay evasión. Sin
embargo, Rudas muestra como, también a partir de cifras oficiales, las
exportaciones de oro superaron con creces la producción aurífera registrada.
Aquí la autoridad falló al permitir la venta al exterior de oro sin verificar
que hubiesen pagado regalías y denuncia la falta de información para verificar
si se trata de inventarios previos, producción formal, contrabando o
exportaciones ficticias para lavar dólares.
Finalmente,
encuentra que los beneficios obtenidos por las compañías mineras y petroleras
(impuestos nominales menos impuesto efectivo), éstas superan las regalías. Esta
es la conclusión más dramática, pues significa que estamos entregando a cero
costo los Recursos Naturales No Renovables del país e incluso pagando a las
compañías por el enorme favor de operar en Colombia.
No será que
la avalancha de inversión extranjera en estos sectores tiene que ver, no con la
seguridad jurídica de los inversionistas o con el volumen de reservas por
encontrar, sino con que a espaldas de los colombianos, se generó un verdadero
paraíso fiscal para los especuladores internacionales.
Nota:
Obsérvese que las más grandes compañías productoras de carbón y oro en el país,
la mayoría multinacionales, hacen parte del gremio de la Minería a Gran Escala,
conformada para hacer creer a los colombianos que con su "minería
responsable", contribuyen a mejorar la vida de los colombianos y a que el
80% de la renta que generan, queda en el país por conceptos que hasta la fecha
no conocemos.
¡Algún día
habrá que indignarse!
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