Revista SEMANA
Muchos negocios se quedaron en el tintero este año y pasarán a la lista de los nuevos propósitos de 2010.
Encabeza la lista la licitación del tercer canal de televisión. Aún son muchas las dudas jurídicas que quedan y la Comisión Nacional de Televisión (Cntv) deberá resolverlas si quiere sacar este proceso antes de marzo del próximo año, según quedó establecido en el nuevo cronograma.
¿Cómo aplicar la ley de reciprocidad en la inversión extranjera? ¿Cuál será la frecuencia que se empleará para el nuevo canal? ¿Quién cubrirá los riesgos no cuantificados en los pliegos? ¿Los actuales concesionarios como Planeta -que tiene la licencia de Citytv- podrán participar? Son muchas las dudas sin respuestas. Por ahora todo indica que la Cntv se la va a jugar por una subasta para la asignación del canal.
Para la ministra de Comunicaciones, María del Rosario Guerra, quien se retiraría del gobierno en febrero, el proceso no se debe dilatar más, pues lo que se afecta es el derecho que tienen los ciudadanos a encontrar nuevas ofertas en el servicio de televisión.
También se quedó en el tintero el primer satélite colombiano, que se embolató por la falta de proponentes idóneos. La Ministra reconoció que Colombia no tenía experiencia en licitaciones aeroespaciales y por eso hubo errores en la convocatoria. La alternativa que se busca ahora es que el satélite se logre poner en órbita gracias a un acuerdo intergubernamental. El proceso de venta de Isagén, que podría representarle al gobierno más de tres billones de pesos, también entró al congelador. La idea del Presidente Álvaro Uribe de entregarle esta compañía a otra entidad pública para hacer la negociación más expedita terminó por enredar la venta de Isagén. La única compañía de carácter público que tendría esa capacidad es Empresas Públicas de Medellín (EPM), pero quedaría con posición dominante en la generación de energía. Así que es necesario buscarle una salida jurídica, pero ya que se fue para el Próximo año.
Por el lado de las telecomunicaciones, la búsqueda de un socio estratégico para la ETB se demoró por cuenta de una acción popular que avanza en un juzgado de Bogotá. El juez ordenó congelar el proceso mientras emite su fallo; sin embargo, el Tribunal Administrativo de Cundinamarca le dio la razón a la ETB y descongeló la venta, aunque sigue sin fallarse la acción popular.
Los nombres de las compañías que respondieron la convocatoria se mantienen bajo reserva; sin embargo, es claro que el tema se resolverá sólo en abril.
Finalmente, el proyecto de la mina de oro la Colosa, que aspira a explotar la compañía Anglo Gold, sigue congelado pues aunque el Ministerio de Medio Ambiente avaló la exploración, la Corporación Autónoma Regional del Tolima (Corpotolima) aún no ha dado licencia para el uso de aguas. El proyecto está embolatado por las enormes implicaciones para la región y la pelea que declararon los arroceros del Tolima, quienes ven una amenaza para la disposición de líquidos para sus cultivos. Hasta el momento todo indica que el tema seguirá engavetado.Todas estas demoras tienen un denominador común: a la hora de hacer negocios en Colombia, las reglas del juego no son claras desde un comienzo. Lo que empieza mal, termina mal.
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