El Tiempo
¿Qué nos queda a
los colombianos de nuestros recursos comunes? Nada.
En el actual 'boom' de la minería y de los
hidrocarburos, una de las locomotoras del programa del gobierno de Santos, las
exportaciones de materias primas en el 2011 representaron el 65% del total. Las
tasas de crecimiento entre el 2010 y el 2011 fueron: petróleo, 68%; carbón,
36%, y oro, 35%. Estos altos crecimientos se explican no solo por el aumento de
las cantidades exportadas, sino también por el aumento de los precios. Entre
enero y diciembre del 2011, el oro pasó de 1.356,4 dólares/onza a 1.641,84; el
petróleo crudo (WTI) pasó de 89,51dólares/barril a 98,61, y el carbón en el
mercado de Australia pasó de 141,94 dólares/ton a 117,49, pero había sido a
54,95 en enero del 2007. Sin embargo, las exportaciones no tradicionales,
manufacturas y flores, crecieron 18%, a pesar de la revaluación del peso, y
gracias a la misma, pues muchas empresas manufactureras se han convertido en
ensambladoras de partes importadas, a las que favorece la revaluación.
Esta expansión en las exportaciones ha estado
sustentada en la inversión extranjera en el sector de minería y petróleo. No
obstante, estas inversiones, en su mayoría intensivas en capital, no tienen
fuertes encadenamientos con los procesos productivos internos, generan poco
valor agregado y poco empleo.
Ahora, ¿cuántos impuestos y regalías pagan las
multinacionales mineras al Estado colombiano? Guillermo Rudas, profesor de la
U. Javeriana, afirma que, de acuerdo con las cuentas nacionales del Dane, el
sector minero en el 2010 debió pagar 15,3 billones de pesos en impuestos; sin
embargo, pagaron 5,6 billones. Los 9,7 billones restantes son exenciones
tributarias, elusión o evasión fiscal, mayores a las regalías pagadas por 6,4
billones. En el caso del carbón, entre el 2002 y el 2010, estas empresas
debieron pagar una tasa de tributación sobre las utilidades de 35%, pero solo
pagaron 8% ('Portafolio': "Buen momento minero no se refleja en los
impuestos", febrero 21 de 2012). Precisamente, la Contraloría General
encontró que las deducciones tributarias para el caso del carbón superaron el
valor de los impuestos en el 2007 ('El Espectador': "La locomotora minera
puja, pero el Gobierno perdió el año", diciembre 23 de 2011). Les estamos
pagando para que se lleven la riqueza "colombiana".
Por su parte, el eficiente director de la Dian,
Ricardo Ortega, ha afirmado que se reciclan activos fijos viejos ya depreciados
para aprovechar la deducción especial, se disfrazan de legítimas importaciones
ilegales de equipos robados en Venezuela y Ecuador, incluyen estas
transacciones como activos fijos que usan para la deducción especial, inflan
los costos de los servicios contratados para disminuir la base gravable y no
hay información clara disponible en sus estados financieros (elespectador.com:
"Minería, una locomotora fuera de rieles", febrero 29 de 2012).
Además, en la Comisión Quinta del Senado, el propio Ortega afirmó "que el
sector minero tributa menos de lo que debe: no es una presunción, es una
verdad, pero hay que demostrarlo" ('Portafolio', noviembre 22 de
2011).
¿Por qué las mineras deducen de sus impuestos las
regalías? El concepto tributario 15766 del 2005 de la Dian, solicitado por la
cámara de Asomineros de la Andi, favorable a la megaminería transnacional, hace
deducible de los impuestos el pago de regalías. Esto quiere decir que no se
pagan regalías, que no existe el pago por el agotamiento del recurso. La renta
de los mineros aumenta a medida que el precio en el mercado mundial de las
'commodities' aumenta, sin que las regalías aumenten: el oro puede cotizarse en
100 dólares la onza o en 1.600 y paga 4% de regalías, mientras la sal paga una
regalía del 12%.
Con este concepto de la Dian se favorece a la
megaminería extrajera; su renta, que no es producto de su trabajo, sino
de los precios en el mercado, determinados por su escasez frente a una demanda
creciente de los países emergentes, China por ejemplo, y a los juegos
especulativos, es apropiada por las transnacionales. Los inversionistas
tendrían derecho a recuperar lo costos, a una rentabilidad apropiada al riesgo
y al capital que se invierte, ¿pero el resto de dónde surge? De la renta, del
hecho de que los minerales son recursos escasos.
De acuerdo con Rudas, "las tasas efectivas de
impuesto a la renta -que pagan las mineras- sobre estas utilidades son aún
mucho más bajas: menos del 15% para todo el sector durante el período
considerado. Y especialmente bajas en el caso del carbón (8,1%) y de los
metales preciosos (2,9%)". Prosigue el profesor diciendo que las empresas
"se ahorran por esta vía un valor no solo comparable sino de hecho
superior al que pagan al Estado por concepto de regalías (es decir que acaban
por explotar más que gratis los recursos del subsuelo de propiedad de la
Nación). En síntesis: en el período 2002-2010 el sector (minero) dejó de pagar,
en solo exenciones y evasiones al impuesto sobre la renta, un valor muy
superior a lo que pagó por regalías" (www.razonpublica.com,
enero 29 de 2012).
Entonces, ¿qué nos queda a los colombianos de
nuestros recursos comunes? Nada. La confianza inversionista regaló el país a
las multinacionales y a sus socios nativos.
El
Gobierno promete hacer una reforma tributaria revolucionaria en la próxima
legislatura del Congreso. Sin embargo, muy pocos están dispuestos a apoyar un
cambio radical en las reglas de juego tributarias de la megaminería
transnacional, que tiene en sus nóminas a altos exfuncionarios del Estado.
Anif, por ejemplo, propone elevar el IVA al 18%, para perjudicar más a los
colombianos pobres, que ya representa el 44,7% del recaudo de los impuestos
nacionales, mientras el patrimonio solo aporta 3,2%, y el impuesto a los
ingresos, el 40,1% en el 2010. Colombia necesita una reforma tributaria que
tenga equidad vertical y horizontal: el que tenga lo mismo paga los mismos
impuestos, y el que más tiene más paga, y las mineras deben pagar por el
agotamiento de los recursos comunes de todos los colombianos. ¡No seamos tan
pendejos!
GUILLERMO MAYA
GUILLERMO MAYA
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