lunes, 12 de abril de 2010

PARA SALVAR EL CLIMA HAY QUE SALIR DEL CAPITALISMO!

IV 12 2010

Declaración de la Cuarta Internacional en ocasión de la Conferencia de Cochabamba


Buro Ejecutivo IV Internacional

La Cuarta Internacional decidió en su 16° Congreso (febrero del 2010) apoyar la «Conferencia mundial de los pueblos sobre el cambio climático y los derechos de la Madre Tierra» que tendrá lugar en Cochabamba del 19 al 22 de abril del 2010. Nosotras y nosotros, militantes de la Cuarta Internacional presentes en Cochabamba presentamos en este documento nuestra contribución al debate.


Denunciamos tajantemente la caricatura de acuerdo que los 25 grandes países contaminantes han aprobado en el marco de la cumbre de Copenhague sobre el clima, dejando de lado el principio de las responsabilidades comunes pero diferenciadas. Este acuerdo, que ellos intentaron imponer a todos los pueblos, sirve sólo a los intereses del gran capital y a la apropiación capitalista de los recursos. Esto constituye una amenaza grave para los trabajadores del mundo, los pobres, los campesinos, las mujeres y los pueblos indígenas.

El último día de la Conferencia de Copenhague, pocos jefes de Estado se opusieron abiertamente al texto presentado por Estados Unidos, China, y otros países. Entre ellos estuvo Evo Morales que condenó, en términos particularmente firmes el acuerdo presentado, tanto en su forma -un documento discutido en pequeño comité, sin respetar el proceso de trabajo de las Naciones Unidas- como en el fondo: un texto que ignora las recomendaciones del GIEC (Grupo Intergubernamental de Estudio del Clima), sin ningún compromiso obligatorio y sin garantías financieras para los países más pobres.

Las y los militantes de la Cuarta Internacional presentes en Copenhague se han dado cuenta que la delegación de Bolivia fue prácticamente la única en establecer, desde el primer día de la conferencia, unas relaciones solidarias con los movimientos sociales. Esta delegación fue una de las únicas en participar a la vez en el foro alternativo Klimaforum y en la Conferencia oficial de las Naciones Unidas, contribuyendo, junto con los movimientos sociales y los miles de jóvenes en Copenhague, a la organización y al éxito de la manifestación de Reclaim Power y a la popularización de la palabra de orden unificadora «Cambiemos el sistema, no el clima!».

En respuesta al fracaso de la cumbre oficial de Copenhague, el gobierno boliviano lanzó la iniciativa del encuentro de abril del 2010 en Cochabamba, invitando sin condiciones o exclusiones, tanto a gobiernos que comparten los objetivos de la conferencia, organizaciones de las Naciones Unidas, otras instituciones internacionales, así como científicos, ONGs y movimientos sociales. Apoyamos también la propuesta de referéndum en defensa de la Tierra-Madre y en contra del modelo capitalista destructor; compartimos la propuesta de un Tribunal Internacional para juzgar los crímenes contra la Tierra-Madre.

La conferencia de Cochabamba representa una ocasión única para empezar a crear una relación de fuerzas favorable antes de la nueva sesión de la conferencia de las Naciones Unidas en México en diciembre del 2010. Sabemos, desde ahora, que el imperialismo y el gobierno reaccionario de México tienen la intención de llevar a cabo, ya sea en México DF o en Cancún, una represión policial y militar superior a la de Copenhague.

Los pueblos indígenas que vienen luchando en defensa de la naturaleza y de su organización social colectiva, los últimos años, ante el recrudecimiento febril de ambos aspectos del ataque por el neoliberalismo, se han visto impulsados a fortalecer esa lucha, tanto en defensa de la Madre Tierra como de su organización colectiva. Los pueblos indígenas de los Andes y de la Amazonía son quienes, actualmente, mejor y más estrechamente han asociado la cuestión climática y la cuestión social.

Desde hace una decena de años, han restituido a la lucha anti-imperialista, a la cuestión nacional y al indigenismo su verdadero contenido social. Las organizaciones campesinas del Altiplano contribuyeron, junto con el MST brasileño, a hacer de la coalición La Vía Campesina una de las principales fuerzas sociales de América Latina. La presencia en Cochabamba de estas organizaciones, así como de un número importante de movimientos representativos de los combates en contra de las multinacionales petroleras y mineras en Bolivia, Perú, Ecuador será una garantía del contenido anti-imperialista de la conferencia.

Los pueblos originarios, las comunidades indígenas, al defender sus ecosistemas, al luchar por sus derechos, su modo de vida, sus relaciones con la naturaleza, se oponen a la lógica capitalista de mercantilización neoliberal de los recursos y constituyen una fuente de inspiración para otra civilización, otra forma de vivir, más allá del capitalismo. Al defender la Amazonía y los últimos grandes bosques tropicales, están en la primera línea del combate de la humanidad para impedir la catástrofe del calentamiento global.

Creemos que la decisión de hacer esta conferencia en Cochabamba es muy significativa. Es en esta ciudad que tuvo lugar en el año 2000 un enorme movimiento social victorioso, la «guerra del agua» en contra el grupo industrial financiero de Estados Unidos (Bechtel) y sus proyectos de privatización del agua. La victoria fue obtenida por un frente muy amplio de sindicatos, comités de barrio y asociaciones en el marco de la Coordinadora del agua y la vida. Esta lucha ha servido de ejemplo para otros combates por el agua en las grandes ciudades de Perú y en Bolivia, en particular en El Alto, contra la filial de la multinacional francesa Lyonnaise des Eaux-Suez. Se trata de una ciudad que es símbolo de la lucha anti-imperialista y anticapitalista, de un vasto movimiento social controlado por los de abajo.

Como Cuarta Internacional aportamos las siguientes propuestas para la discusión con las y los compañeros presentes en Cochabamba:

1) Por un acuerdo internacional que obligue a los grandes países capitalistas industrializados –responsables principales del calentamiento global– a reducir por lo menos en un 40% sus emisiones de gases de efecto invernadero de aquí al 2020 (en relación al año de referencia 1990). La reducción tiene que realizarse en cada país y no con los mecanismos de mercado. Los principales países emergentes -China, India, Brasil, etc- deberán también asumir compromisos, pero en una menor proporción.

2) Contra la privatización y la mercantilización de los bienes comunes: el agua, la tierra, los bosques, los ríos, los recursos naturales deben ser arrebatados de las garras de las multinacionales y de los parásitos capitalistas. Estos bienes pertenecen a los pueblos, los únicos capaces de administrarlos en base al respeto a la naturaleza y a los equilibrios ecológicos. Los países ricos tienen una deuda ecológica con los países del Sur que tienen que pagar y pedimos la total anulación de la deuda financiera de los países del Sur.

3) Por la expropiación y la nacionalización de las grandes compañías productoras de energía -petróleo, carbón, hidrocarburos-, someterlas a control público, reduciendo sus actividades generadoras de gases de efecto invernadero. Sus beneficios deben servir al desarrollo de energías alternativas: viento, sol y agua.

4) Por un nuevo impuesto sobre las transacciones financieras internacionales, que permita crear un fondo mundial al servicio del desarrollo masivo de las energías alternativas y la agricultura ecológica, sobretodo en los países del Sur.

Compartimos la convicción del compañero Evo Morales que el capitalismo es el gran responsable de la catástrofe climática que nos amenaza. Para salvar el clima, hay que romper con el sistema! Necesitamos pensar en alternativas anticapitalistas, en otro modelo de civilización, en nuevos paradigmas de producción y consumo. Para nosotros, esta nueva sociedad, solidaria y capaz de vivir en armonía con la naturaleza, es el ecosocialismo.

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