Ante el actual desastre sanitario causado por bacterias resistentes a los
antibióticos, un primer informe de la OMS denunció en abril de 2014 la grave
amenaza global. En Suiza, en diciembre de 2014, el Departamento Federal del
Interior ha puesto en marcha una estrategia nacional para reducir la
resistencia a los antibióticos. En el Sur, la India paga un precio muy alto por
la negligencia de la industria farmacéutica, la falta de medidas básicas
sanitarias y al daño provocado por una distribución sin control de antibióticos
en la agroindustria.
Tras el descubrimiento de la penicilina en 1928 por A. Fleming, este ya se
advirtió en 1945 del peligro de la resistencia bacteriana a esta medicina si se
utilizaba ampliamente. Sin embargo, la terapia con antibióticos se ha extendido
sin control en el campo de la medicina, con demasiadas prescripciones
inadecuadas y un exceso de consumo en los países desarrollados (hay que
recordar que en 1995, tres cuartas partes de la población mundial no tenían
acceso que al 20% del mercado de antibióticos). Y, sobre todo, en el sector
veterinario: más de la mitad de la producción mundial de antibióticos son
administrados a los animales, sobre todo en la agroindustria. Por lo tanto, en
todo el planeta, el agua dulce y los suelos se van contaminando gradualmente de
residuos de antibióticos, lo que en gran medida contribuye al fenómeno de la
resistencia a los antibióticos de las comunidades bacterianas por mutaciones
genéticas.
En los años 80, los médicos han dado la voz de alarma ante este nuevo
problema de salud pública en relación con las dificultades surgidas en los
hospitales mismos, debido al crecimiento de las infecciones nosocomiales
(enfermedades causadas por bacterias resistentes presentes en los centros
sanitarios).
Los criterios de rentabilidad socavan la investigación de nuevos
antibióticos
La industria farmacéutica ha disfrutado de una renta monopolista desde hace
casi medio siglo, dejando gradualmente de invertir en la investigación de
nuevas moléculas por razones económicas: para evaluar la calidad de una
inversión, la industria farmacéutica utiliza el Índice de valor
actual neto (valor actual neto ajustado por riesgo / NPV) es
decir, el valor de las ventas en relación con los costes de investigación y
producción (G. Caronte, Canadá, 2004). Pero el mercado mundial de antibióticos
(aprox. 30 mil millones / año) es menos rentable que los medicamentos para el
tratamiento de las enfermedades crónicas, que tienen un NPV de tres a diez
veces más jugoso, ¿por qué las grandes empresas farmacéuticas como Eli Lilly y
Bristol-Myers-Squibb han detenido la investigación y el desarrollo de nuevas
moléculas antimicrobianas a partir de 2001?. Esta falta de interés ha
confirmado en los últimos quince años, el estancamiento de medios terapéuticos:
durante casi cincuenta años, sólo ha habido pequeñas modificaciones
exclusivamente en dos conjuntos de moléculas. Por lo tanto, la investigación en
esta área está en un callejón sin salida.
Las bacterias resistentes se convierten en una amenaza mundial
La OMS nos recuerda que las enfermedades infecciosas son la segunda causa
de muerte en el mundo, y la resistencia a los antibióticos una de las tres principales
amenazas contra la salud. Un reciente artículo del New York Times (12/3/14)
informaba del desastre sanitario en la India, consecuencia, entre otras
razones, de la reducción de la eficiencia de los antibióticos, debido al
creciente número de bacterias resistentes. De las 800.000 muertes anuales de
recién nacidos, casi 60.000 son a causa de la resistencia a los antibióticos, y
esta proporción sigue en aumento, según el Dr. P. Vinod, jefe de pediatría del
Instituto Indio de Ciencias Médicas. El Dra. N. Kler, jefe de neonatología del
Sir Ganga Ran hospital en Nueva Delhi, dice que "el 100% de los
bebés que nos son enviados tienen infecciones resistentes a múltiples
fármacos." Para el Dr. TR Walsch, profesor de microbiología en la
Universidad de Cardiff: "La resistencia a los antibióticos es un
tsunami", debido a "la terrible falta de
instalaciones sanitarias, la sobrecarga y la falta de vigilancia en el uso
incontrolado antibióticos". De hecho, más del 40% de los pollos
consumidos en la India contienen residuos de antibióticos. En estudios
recientes, el desastre se confirma: el 70% de las infecciones en los recién
nacidos son resistentes a los antibióticos.
En el Norte, el fenómeno también está tomando formas alarmantes: en los
EE.UU., el Centro de Prevención y Control de Enfermedades estima que en 2013
más de 2 millones de personas con infecciones tenían bacterias resistentes a
los antibióticos. En Suiza, 70.000 personas están en la misma situación y 2.000
mueren cada año. En Europa, se registran 25.000 muertes al año por esta causa.
Una recuperación de la investigación farmacéutica privada con fondos
públicos
Ante la proliferación de bacterias resistentes, según las más diversas
asociaciones médicas, toda la medicina moderna, incluida la cirugía, se ve amenazada
por la falta de antibióticos eficaces. En 2005, la Sociedad Americana de
Enfermedades Infecciosas publicó un libro blanco pidiendo una serie de medidas
para impulsar la investigación de nuevos antibióticos, especialmente incentivos
financieros. Solo se ha retenido la medida que más favorece a las
farmacéuticas: extender la vida de las patentes para impedir la entrada de
genéricos en el mercado. El argumento tiene dos debilidades: los antibióticos
genéricos reducen el coste en el mercado e incluso disminuyen la rentabilidad
de la industria farmacéutica a la hora de financiar la investigación; en
segundo lugar, estos genérico ayudan a generalizar su utilización, cuando, por
el contrario, se debería limitar.
A nivel europeo, el programa DRIVE-AB, financiado con 9,4 millones de euros
por la Iniciativa Europea de Medicamentos Innovadores (IMI) reúne a un
consorcio de socios públicos y privados, pilotado por la Universidad de
Ginebra. Establecido en 2008, la IMI es la mayor asociación público-privada (PPP)
en el mundo dedicada a las ciencias de la vida, con un presupuesto de 3,3
millones de dólares para el período 2014-2024. De acuerdo con el comunicado de
prensa de 27/10/14, el programa tiene como objetivo "la definición de
normas para el uso responsable de los antibióticos y experimentar nuevos
modelos de negocios para promover la investigación y el desarrollo de nuevos
fármacos activos contra las bacterias resistentes".
Investigar y producir medicamentos bajo control público
Los escándalos repetidos de las grandes farmacéuticas en los últimos años,
estén relacionados con actividades económicas irregulares o incluso políticas
de precios fraudulentas o anti-sociales (por ejemplo, las batallas en el Tercer
Mundo para el acceso a los genéricos) o a la subordinación de la investigación
y desarrollo de medicamentos al único criterio del beneficio económico a
expensas de la medicación y tratamiento urgente que la gran mayoría de los
seres humanos necesitan, sobre todo en los sectores de población menos
favorecidos, tanto en el Sur como en el Norte, justifican la exigencia de un
sector público en esta área prioritaria. Sólo así se superará la lógica
mortífera del beneficio privado como único criterio para el mantenimiento y
desarrollo de un bien común: nuestra salud.
Gilles Godinat es médico psiquiatra y psicoterapeuta en Ginebra y activista social
por la medicina pública.
Traducción para www.sinpermiso.info: Enrique
García
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