«Yo quiero que la inmensa
mayoría, la única mayoría: todo el mundo, pueda hablar, leer, escuchar,
sentirse realizado.
Nunca he entendido la
lucha sino como un medio de terminar con la austeridad.
He escogido un camino
porque creo que nos lleva a estar alerta de manera permanente.
Lucho por esa felicidad general,
multiplicada, inagotable»
Pablo Neruda, poeta chileno
(Confieso que he vivido, 1974)
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INTRODUCCION
1-Este Manifiesto de
las Asambleas por el ecosocialismo se inscribe en la línea del Manifiesto
internacional del ecosocialismo publicado en 2002 así como en la declaración
ecosocialista de Belén de 2009, para abrir el camino a un nuevo proyecto
político.
Ha sido ampliamente sometido a debate en el marco de la Asambleas por el
ecosocialismo organizadas por el Parti de Gauche el uno de diciembre de 2012.
Desde entonces, se han recibido 133 enmiendas de relevantes, procedentes
de más de una treintena de autores de horizontes diversos que han sido
analizadas.
Esta síntesis se ha enviado como
propuesta a todas aquellas organizaciones y personas que lo deseen y que se
identifiquen con el ecosocialismo, tanto en Francia como a nivel Internacional.
Este Manifiesto de la Asambleas por el ecosocialismo será discutido a lo
largo de todo el año y dará lugar a nuevos debates con ocasión de las segundas
asambleas por el ecosocialismo que se llevaran a cabo en diciembre del 2013 en
el marco de los comités de asamblea compuesto por las siguientes
personalidades: Mathieu Agostini, Paul Ariès, Guillaume Etievant, Laurent
Garrouste, Susan George, Janette Habel, Damien Joliton, Matthieu le Quang,
Jacques Lerichomme, Michael Löwy, Laurent Maffeis, Corinne Morel Darleux, Arno
Munster, Danièle Obono, Anita Rozenholc... Todas las informaciones sobre las
asambleas permanentes por el ecosocialismo se encuentran en: ecosocialisme.com
¿QUÉ ES EL
ECOSOCIALISMO?
1. Una alternativa concreta y radical. El ecosocialismo no es
una utopía a la cual lo real debería conformarse. Es la respuesta humana
razonada al doble callejón sin salida en el cual se encuentra encerrada
la humanidad hoy en día por sus modos de producción y consumo que esclavizan al
ser humano y agotan al medio ambiente.
Esta respuesta apela a un pensamiento y
una acción política radical, en el sentido de que debe ir a la raíz de las
causas. Así pues nosotros combatimos entonces los 2 motores del sistema actual:
el capitalismo y el productivismo. El capitalismo impone la mercantilización
para hacer de cualquier cosa una nueva fuente de dividendos.
Es así responsable del incremento de las
iniquidades sociales y de la globalización en marcha, liberal y liberticida,
donde reina el dumping social y medioambiental con la deslocalización de las
contaminaciones y de las alteraciones del ecosistema. El productivismo agota
los recursos naturales y afecta negativamente al clima. La ideología consumista
es su corolario.
Esta eleva la acumulación material al
rango de ley, a grandes golpes de publicidad para generar necesidades jamás
satisfechas. Nosotros señalamos a los verdaderos culpables de ese sistema: la
oligarquía financiera globalizada, los gobiernos sometidos a los lobbies de las
multinacionales sin control democrático, los ideólogos de la libre competencia,
del capitalismo verde y del libre intercambio. Frente a ellos, el ecosocialismo
es una alternativa para salir de la crisis e imponer el interés general humano:
compartir las riquezas sin demora, fundar una nueva economía de las necesidades
y de la sobriedad, preservar el clima, el ecosistema y su biodiversidad.
2. Un paradigma del interés general. De hecho, previo
a cualquier idea humana sobre el tema, el ser humano es parte integrante del
ecosistema en el que vive, ambos no pueden disociarse.
No hay más que un solo ecosistema global
compatible con la vida humana. De allí que todos somos iguales en nuestra
dependencia con respecto al ecosistema. Esta verdad se impone a todos, más allá
de nuestras diferencias de todo tipo. Hay, por tanto, un interés general humano
que está ligado al de otras especies vivas: preservar el ecosistema que hace la
vida humana posible. ¿Cómo identificarlo si no es por la libre
deliberación colectiva? ¿Cómo podría ésta ser libre si los unos dominan a los
otros, si verdades reveladas se imponen previamente? El paradigma ecologista
necesita, pues, la democracia, la igualdad social, la laicidad y el
feminismo, condiciones imprescindibles para que el debate ciudadano
pueda tener lugar sin la intrusión de fuerzas oligárquicas, dogmáticas o
patriarcales. Para concluir, en la deliberación para determinar el interés
general humano, cada uno de nosotros está llamado a decir no lo que es bueno
para sí mismo, sino lo que es bueno para todos. Ello instituye la universalidad
de derechos humanos, la ciudadanía como deber y la República como necesidad.
Tal es el lazo de unión razonado entre la ecología política y la República
social universal. Es esta teoría política global lo que llamamos ecosocialismo.
Se trata de un humanismo y de un universalismo socialista y concreto.
3. Una nueva síntesis política de
izquierda. El ecosocialismo es un nuevo proyecto político que sintetiza una ecología
necesariamente anticapitalista y de un socialismo necesariamente liberado
de las lógicas del productivismo. Permite de esta forma la unión de grandes
corrientes de la izquierda en un nuevo paradigma político. Necesitamos este
nuevo proyecto de sociedad alternativo al capitalismo. Traza una línea de
horizonte en la lucha por una sociedad de emancipación y de progreso donde el
pillaje del medio ambiente y la explotación del hombre por el hombre habrán
desaparecido. Nuestro proyecto ecosocialista toma en cuenta las necesidades
humanas y los límites del planeta, replantea la utilidad social de la
producción, nuestras maneras de consumir, nuestras necesidades reales, la
finalidad de nuestros productos y la manera de producirlos.
4. La renovación del socialismo. El socialismo
siempre pretendió la emancipación de la persona humana. Esta pasa por la
repartición de la riqueza, la democratización del poder y la educación global
de cada mujer y cada hombre. Ese programa es aún el nuestro. Pero ahora sabemos
que la emancipación no se puede obtener por el crecimiento sin fín: el
ecosistema que hace posible la vida humana no lo permite. Ese principio nos
obliga a definir un nuevo modelo de progreso en ruptura con el sistema
capitalista. Deber volverse a plantear no sólo el sistema de producción e
intercambio, sino además el contenido de las producciones y los modos de
consumo. Esto implica, por consecuencia, al conjunto de la organización
social y política. Nos obliga a pensar de una forma nueva qué es verdaderamente
el progreso humano en la perspectiva de la preservación del ecosistema. En esas
condiciones, proponemos un nuevo enunciado a la estrategia emancipadora por el futuro
de la humanidad. Esta nueva conciencia y su programa de acción son el
ecosocialismo. Sus métodos son la radicalidad concreta, la planificación
ecológica y la revolución ciudadana.
II SALIR DE LOS
CALLEJONES SIN SALIDA IDEOLÓGICOS
5. La mentira del capitalismo verde, los riesgos de
medioambientalismo. Nuestra ecología es social, ella prolonga las luchas
históricas de la izquierda. Rechazamos la mistificación representada por una
cierta visión de la ecología que se quiere compatible con el liberalismo. Denunciamos
el "capitalismo verde", que bajo el disfraz del desarrollo
sostenible, ofrece un nuevo espacio al poder de la búsqueda del lucro máximo,
alimenta la dinámica imperialista y el corto plazo. Rechazamos el discurso
ecologista que se contenta con culpabilizar a los individuos. Así evita
destacar la mayor responsabilidad del productivismo sin freno, renuncia a
atacar a los modelos de producción o de consumo capitalistas y rechaza ver
que ellos explotan a los más precarios y saquean a los países del Sur.
Rechazamos lo que sería una ecología de salón separada de las clases populares,
sin crítica seria de la economía globalizada, desprovista de visión social y
por tanto, de eficacia medio ambiental. Nuestra ecología aborda las cuestiones
del medio ambiente relacionándolas sistemáticamente con la crítica económica y
con las luchas sociales implicando en ellas a todos los ciudadanos.
6. El callejón sin salida de la
socialdemocracia. Rechazamos la doctrina socialdemócrata que querría que toda
redistribución de riquezas pasara previamente por la reactivación del
crecimiento del PIB y el alza del consumo material global. Esto es un doble
contra sentido. Primero, permite que se mantenga el poder del capital
financiero y supone que la repartición de la riqueza se organiza a partir de
los "frutos del crecimiento". No se ataca a la acumulación ya
operada. Sin embargo, sabemos que las riquezas existen y que no hay lugar a
esperas para redistribuirlas. Lo que se cuestiona es la acaparación de esas
riquezas vía la predación del capital. Por otro lado, esa doctrina se basa
sobre un modelo de expansión infinita, lo que es un suicidio de la civilización
humana. El PIB es un indicador que no refleja el bienestar de una sociedad. Es
obviamente un imperativo que cada ser humano pueda acceder a los bienes
fundamentales. Por supuesto, la reactivación de las actividades de interés
general es indispensable. Sin embargo, esta reactivación de un crecimiento
económico ciego no responde a las urgencias sociales por propia naturaleza y es
aún menos deseable y soportable desde el punto de vista de la preservación del
ecosistema, los recursos naturales y el clima. No esperamos por tanto ni
retomar el crecimiento ni los efectos benéficos de la austeridad: nosotros no
creemos ni en lo uno ni en lo otro.
III INSTAURAR UNA
NUEVA ECONOMIA POLITICA AL SERVICIO DEL PROGRESO HUMANO
7. Poner la economía al servicio de las
necesidades. El ecosocialismo quiere poner la economía y el
sistema productivo al servicio de las necesidades humanas; en eso, se opone a
la "política de la oferta" defendida por los liberales. Rechazamos
esta lógica productivista que consiste en producir todo y no importa qué,
en cualquieras condiciones para verterlo en un mercado a través de gastos
publicitarios. ¿Cómo no ver también que con ese objetivo, para aumentar las
ganancias, el sistema nos vende productos programados para romperse y volverse
obsoletos cada vez más rápido? ¿Cómo soportar más tiempo el derroche de
los desperdicios crecientes de nuestra civilización? ¿Cómo cerrar los ojos al
hecho de que muchos son exportados a países del Sur en perjuicio de la salud de
sus poblaciones y de su medio ambiente? Nuestras decisiones colectivas se deben
guiar, al contrario, por la satisfacción de las necesidades reales; ése
es el sentido de la planificación ecológica que invierte esta lógica, partiendo
de las necesidades, del deber de preservar el ecosistema y del derecho de todos
a vivir en un medio ambiente sano. Dicha planificación ecológica pone el
sistema productivo en adecuación a estos imperativos.
8. Romper con los esquemas de
pensamiento tradicionales. El ecosocialismo cuestiona la dictadura de los intereses particulares y
de la propiedad privada de los medios de producción. Cuestiona la relación al
trabajo. Nosotros preconizamos la apropiación social de los medios de
producción y las propuestas alternativas de la economía social y solidaria en
términos de autogestión y de cooperativas. Defendemos la soberanía
presupuestaria y la nacionalización como herramienta de política pública,
particularmente en materia de servicios bancarios y crediticios. Índice de
progreso humano, desmundialización y proteccionismo social y ecológico,
dotación incondicional de autonomía salarial socializada, ingreso máximo
autorizado, son algunas de las perspectivas que tenemos en el espíritu
para salir de los caminos trillados y evitar la trampa de ser guiados por el
sistema. Nos hace falta ir más lejos en materia de reducción drástica del
tiempo de trabajo: "trabajar menos para trabajar todos mejor",
fijarse el pleno empleo como meta siempre cuestionándose las finalidades del
trabajo. No sirve de nada trabajar más tiempo que el tiempo útil para producir
aquello de lo que tenemos necesidad. El tiempo así liberado podría ser
eficazmente utilizado para realizar actividades consideradas hoy como
"improductivas" y sin embargo, tan esenciales al buen vivir.
9. Producir de otra manera. La revisión de nuestro
sistema de producción se basa en lo que llamamos "4 R":
Relocalización de la actividad, reindustrialización ecológica, reconversión del
aparato industrial y redistribución del trabajo. Existen numerosas necesidades
no satisfechas: en una industria relocalizada, en los servicios a
personas, en la agricultura ecológica y la agricultura campesina al servicio de
la soberanía alimentaria y de la salud de todos, en la investigación y sus
sectores "verdes" que apuntan a reducir nuestra dependencia de los
recursos agotables (eco construcción, eficacia energética, renovación térmica,
energías renovables...). Con el aumento del desempleo y de la crisis social, el
argumento del empleo es utilizado con demasiada frecuencia contra el imperativo
de la protección del medio ambiente. Es absurdo: estamos viendo el costo
económico y social del "dejar hacer" liberal, allí donde la
relocalización y la transición ecológica permitiría al contrario conservar,
transformar o crear numerosos empleos, locales y estables en todos los países.
10. Instaurar la regla verde como
brújula política. La "regla verde" es nuestro indicador central del pilotaje de la
economía; reemplaza a la "regla de oro" de las políticas de
austeridad y "de ajuste estructural" impuestas por el Banco Mundial,
el Fondo Monetario Internacional, la Comisión Europea y la Banca Central
Europea; pretende asegurar nuestra responsabilidad ante la humanidad y su
ecosistema suprimiendo la deuda ecológica; asocia la necesaria reducción de
ciertos consumos materiales y el necesario relanzamiento de ciertas actividades
tomando en cuenta de forma sistemática la huella ecológica generada. Además de
los destrozos ya cometidos a reparar en materia de emisión de gases de efecto
invernadero y de pérdida de biodiversidad, adoptamos como modo de evaluación de
las políticas públicas, retrasar cada año el "día de superación
global". Se trata del día en el que hemos tomado a escala mundial el
volumen de recursos renovables igual a lo que el planeta es capaz de regenerar
y hemos producido la cantidad de desperdicios que ella sea capaz de asimilar.
Nuestro objetivo es de llevarlo al 31 de diciembre, es decir, neutralizar
nuestra huella ecológica. Esto implica la reducción drástica de emisiones de
gases de efecto invernadero y la suspensión de lo nuclear que produce
desperdicios radioactivos que nadie sabe manejar y que comporta riesgos
inaceptables tanto para los seres humanos como para el ecosistema.
IV: CONSTRUIR LA
REVOLUCIÓN ECOSOCIALISTA
11. Las luchas deben converger. Nuestro objetivo
de ruptura en cuanto a cultura ecosocialista impone que la acción
política sea cosa del pueblo. Se trata de reunir y actuar, no de contentarse
con tener razón entre los afectos, o lo que es peor, de poner los unos contra
los otros: nos situamos del lado de los trabajadores y los excluidos del
sistema que resisten y llevan proyectos alternativos sociales y medio
ambientales. La reconversión ecológica no se hará sin ellos, ni mucho menos en
su contra. Nuestros adversarios en esta bifurcación radical de sociedad no son
los investigadores o los trabajadores de la industria, sino más bien los
bancos, las multinacionales y los accionistas que orientan la producción en
función de sus intereses privados y no en el interés general.
12. Luchar y resistir para inventar. La revolución
socialista combina propuestas programáticas y presencia en las luchas sociales
y medioambientales, al lado de todos y todas que resisten. Los ciudadanos
comprometidos en este proyecto se implican en el desarrollo de experimentos y
alternativas concretas: circuitos cortos, asociaciones por el mantenimiento de
la agricultura campesina, sostén a los cinturones de agricultura de
subsistencia y acciones contra la desnaturalización de los suelos, colectivos
de ciudades en transición, retoma de empresas por parte de los asalariados,
sistemas de intercambio locales, ahorro ciudadano y monedas complementarias,
hábitat colectivo y conducción automotriz compartida... Ser activos en
las acciones de desobediencia civil y no violenta, operaciones anti publicidad
u ocupación de viviendas vacías. Los elegidos del pueblo por el proyecto
ecosocialista se comprometen con una línea de acción coherente entre sus
discursos y sus actos. Hacen vivir la izquierda por el ejemplo tomando medidas
como la prohibición de publicidad, la vuelta a la gestión pública del agua, la
penalización del mal uso o incluso la extensión de la gratuidad de los
servicios públicos.
13. Poner en marcha la planificación
ecológica. La planificación ecológica impone tener en cuenta el largo plazo y el
dominio público, todo dispuesto bajo el control de los ciudadanos, trabajadores
y usuarios. El problema no es la industria, la investigación o la técnica en
sí, sino la ausencia de elecciones y de control ciudadano. Una revolución
ciudadana es necesaria para conquistar esta capacidad de control. Tal es la
mezcla detonante de utopismo revolucionario y de técnica a la que aspiramos. El
Plan ecológico da la posibilidad de organizar el cambio de dirección hacia otro
modo de desarrollo, interrogándonos por nuestras necesidades y reorientando la
producción, intercambio y consumo en virtud de su utilidad social y ecológica.
El sector de la investigación debe reorganizarse en torno al interés general y
de las necesidades reales, e inventar nuevas formas participativas por la vía
por ejemplo de convenciones de ciudadanos. La escuela pública, a través de los
centros educativos profesionales, tecnológicos y generales, debe organizar la
elevación de los conocimientos y calificaciones a todas las edades para
alcanzar el éxito en este cambio de dirección y hacer emerger nuevos centros.
"Conferencias de participación popular" deben ser organizadas para
redefinir los criterios de utilidad social y medioambiental y la articulación
entre sus diferentes peldaños, desde las políticas europeas hasta las acciones
locales. La planificación ecológica organiza la intervención continua de los
asalariados en la gestión de las empresas en la prolongación de la convergencia
creciente, de las luchas sociales y medioambientales.
14. No hay igualdad y
República social posibles sin un proceso constituyente! Afirmamos la
exigencia de un alto nivel de cultura común por la escuela pública incluyendo
la educación medioambiental. Si no, ¿cómo hacer posible la emancipación
individual y colectiva, única que permitiría el consentimiento de un contrato
social compartido por todos? El proyecto socialista reafirma el rol del Estado,
de la colectividad y de los servicios públicos, indispensables para planificar
la ruptura, construir una sociedad emancipadora y garantizar la igualdad de
acceso a los derechos fundamentales para todos, y en todas partes. Estos deben
ser refundados por la vía de una asamblea constituyente que debe renovar
profundamente las formas institucionales e instalar los medios democráticos que
harán posibles la implicación ciudadana permanente y la soberanía popular en
todos los dominios, puesto que la tarea revolucionaria es inmensa. Apoyamos en
efecto, la puesta en práctica de un "management" del territorio inverso
al esparcimiento urbano, de la concentración de las poblaciones en las
megalópolis y de las competencias entre los territorios. Militamos por un nuevo
urbanismo que acerque las funciones indispensables al "bienestar"
(servicios públicos de salud y educación, vivienda, actividad profesional
cultura y esparcimiento, biodiversidad, agricultura campesina). Rechazamos la
mercantilización de lo vivo y los OGM, tanto como la especulación de bienes
comunes como el agua, la energía y el saber, y la privatización de servicios
públicos. Estos deben ser objeto de una gestión pública repensando la
articulación entre el Estado, garante de la igualdad republicana, las
colectividades locales y la acción de los ciudadanos, sindicatos, asociaciones
y usuarios.
15. Guiar la batalla cultural. El proyecto
ecosocialista conduce su combate ideológico mediante la educación popular.
Pretende descolonizar el imaginario. Denuncia la programación de un individuo
consumidor dócil, sometido al punto de vista de los supuestos expertos y a los
imperativos del productivismo que nos hace desear producciones perjudiciales e
inútiles, fabricadas en el otro extremos del planeta en condiciones de trabajo
indignas y bajo legislaciones medioambientales deficientes, cuando no
inexistentes. Combate el brazo armado del productivismo que son la publicidad,
con su cortejo de mercantilización y de sexismo, la moda y los medios de
comunicación, retomados por los organismos de crédito, que nos condicionan y
nos someten a un mandato de compra y desperdicio permanentes. Esta
batalla ideológica es también una batalla de vocabulario. Rechazamos la
política del oxímoron y la neolengua liberal: el "precio del trabajo"
que se convierte en un "coste", las cotizaciones sociales en las
"cargas", los "guardianes de la paz" renombrados
"fuerzas del orden", la video vigilancia "video
protección", o incluso lo nuclear disfrazado en energía "limpia y sin
carbono".
16. Hacer saltar los cerrojos de los
tratados liberales. A escala mundial, denunciamos los acuerdos promovidos por
la Organización mundial del comercio, acuerdos de libre intercambio y acuerdos
de asociación económica que contribuyen al agotamiento de los recursos
naturales, a la explotación de los pueblos del Sur y al dumping social en los
países llamados desarrollados. Porque es la primera zona económica del mundo,
la evolución de la Unión Europea implica a todo el planeta. Su política liberal
es presa por los candados de los planes actuales y las políticas de austeridad.
Establecidas bajo el latrocinio de los lobbies económicos y financieros, los
cuales tienen todos en común la previsión de la desaparición de los servicios
públicos, la extensión del dominio mercantil y del libre intercambio. Ello
provoca a la vez los daños debidos a las competiciones mercantiles, y la
destrucción de los servicios públicos y bienes comunes para el beneficio de
intereses privados.
La Europa liberal y
"austeritaria" impide también el manejo y orientación de la
producción y del intercambio hacia objetivos de progreso humano. En esas
condiciones, asumimos que una política ecosocialista en Europa pasa por la
desobediencia a la Europa liberal y a sus directivas. Hace falta para ello
construir otras correlaciones de fuerzas entre los ciudadanos, el poder de la
finanza y de las instituciones anti democráticas de la Unión europea. Si la
escala europea puede ser pertinente para grandes políticas medioambientales y
sociales, su puesta en marcha no será posible sino por la construcción de otra
Europa, bajo el control democrático de los pueblos.
17. Llevar a cabo un combate
internacionalista y universalista. No hay más que un solo ecosistema
posible para la vida humana. Es necesario discernir las consecuencias en todos
los dominios. Las decisiones tomadas en un extremo del planeta tienen repercusiones
en todas partes. El proyecto ecosocialista implica el reconocimiento de la
responsabilidad de los países llamados del Norte, de la Organización mundial
del comercio, del Fondo Monetario Internacional y del Banco Mundial de cara a
los pueblos del Sur. Denunciamos la competencia organizada en lugar de la
cooperación, el productivismo y sus efectos sobre el clima mundial, el saqueo
de los recursos naturales, la acaparación de tierras cultivables o incluso la
austeridad impuesta por la Troika. Induce el reconocimiento de la Declaración
universal de los derechos del hombre y la creación de un tribunal internacional
de crímenes contra el medioambiente.
El ecosocialismo nos impone contribuir
en los debates que ligan políticas de desarrollo y de progreso social, y la
preservación del medioambiente. Para ello, sostenemos y nos inspiramos en las
alternativas en el extranjero: revoluciones ciudadanas y "primaveras"
árabes, rechazo de la deuda y de los monopolios mediáticos en Argentina, asamblea
constituyente en Islandia y en Venezuela, iniciativa Yasuni ITT para dejar el
petróleo bajo tierra en Ecuador... Los saberes, la experiencia y los métodos
adquiridos en esas situaciones deben poder convergir. El proyecto ecosocialista
debe poder ser llevado por un foro mundial que tenga por objetivo la revolución
ciudadana de nuestro tiempo.
18. Hacer la revolución ciudadana por el
ecosocialismo. Teniendo en cuenta la amplitud de su objetivo, el cuestionamiento del
modelo productivista capitalista no puede resultar de una simple alternancia
electoral y de decisiones venidas desde las cúpulas. Esto implica una
refundación radical de las instituciones incluyendo escrutinios proporcionales,
paridad y no acumulación de mandatos permitiendo al pueblo ser efectivamente representado
en todas sus características. Se trata de derribar a la oligarquía y asegurar,
en todas las circunstancias, la soberanía popular por una democracia real. Esto
exige que las mayorías parlamentarias ecosocialistas conjuguen su acción con
los movimientos de implicación popular en todos los dominios de la vida de la
sociedad. Esta reapropiación de la iniciativa política y ciudadana por cada
mujer y cada hombre, con el objetivo de determinar en todos lados y en todos
los temas cuál es el interés general, eso es a lo que llamamos revolución
ciudadana. Es una revolución. Pues se propone cambiar las formas de la
propiedad, el sistema institucional y la jerarquía de normas jurídicas,
sociales y medioambientales que organizan la sociedad y la economía.
Es ciudadana. Pues ella quiere dar el
poder a cada uno, no para usarlo en el interés de una categoría social en
particular sino por el bien de todo humano, y puesto que se da formas
institucionales y se somete al sufragio universal en el pluralismo político. Nos
negamos a que la desesperanza y la cólera basculen hacia el odio. Ni vanguardia
iluminada, ni dictadura verde, ni repliego étnico, defendemos la vía
democrática de la revolución ciudadana. El pueblo no es el problema, es la
solución. El peor daño de la crisis actual de la civilización humana sería que
la humanidad sea incapaz de abrirse el camino de un futuro diferente. El
ecosocialismo puede ser ese futuro. Qué florezca!
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