martes, 30 de junio de 2009

El vuelo de la libertad y las tareas del Bicentenario. William Ospina. EL ESPECTADOR. 29 de Junio


HACE POCO INVITAMOS A UN GRUPO de artistas a pintar motivos que pudiéramos poner en decenas de globos aerostáticos que van a cruzar el cielo bogotano anunciando las celebraciones del Bicentenario, programadas por la Alcaldía Mayor.

Queríamos que reprodujeran las efigies de los próceres, pero los artistas escogieron otros temas, y el que más representaron fue el agua. Al comienzo pensamos que era un error, pero ahora sentimos que, como de costumbre, los artistas no se equivocaron. El agua es el pasado y es el futuro, el agua es el más claro símbolo de una naturaleza a la que tenemos que comprender, proteger y aprovechar de un modo responsable.

Claro que es necesario recordar los hechos que nos dieron la Independencia. Pero también corremos el peligro de pensar que la Independencia son unos nombres y unas anécdotas.

Corremos el riesgo de pensar que la Independencia es un hecho de hace dos siglos, y olvidar así que la Independencia es algo que hay que ganar y merecer todos los días. Hace dos siglos significaba liberarse del poder español y conquistar nuestra soberanía; hoy también significa hacernos merecedores de los beneficios de la modernidad y superar los males de esa misma modernidad. Recuerdo que hace unos años le oí decir a Elvira Cuervo de Jaramillo, quien había sido comisionada por el Gobierno Nacional para la celebración del Bicentenario, que una buena manera de celebrarlo sería asegurar la provisión de agua potable para todos los municipios del país. No sé si en ese momento comprendí la importancia de lo que ella me decía: ahora la comprendo.

Claro que tenemos que volver a leer el pasado, claro que tenemos que hacer el balance de estos dos siglos de vida independiente, claro que les debemos honor y gratitud a esos héroes que gastaron sus vidas y vertieron su sangre para construir con el barro de unas colonias maltratadas la piedra firme de las repúblicas, y tenemos que hacerlo, pero el Bicentenario es también el desafío del presente.

La América Latina fue pionera en la lucha contra el colonialismo, uno de los hechos más grandes de la historia moderna: el vuelo de globos aerostáticos que veremos cruzar por el cielo de la Sabana, no es más que el anuncio de lo que quisiéramos hacer en estos años de conmemoración. Son una hermosa invención del siglo XIX, que, como dijo Jorge Luis Borges, “nos llevan de nuevo a las páginas de Poe, de Julio Verne y de Wells”, y “nos deparan la verdadera convicción del vuelo, la agitación del viento amistoso, la cercanía de los pájaros”, pero son apenas un instrumento. Nos preguntamos cómo hacer que un solo hecho, visible, simultáneo, inusual, ponga a todos los bogotanos y ojalá a todos los colombianos, a pensar en el Bicentenario, a hablar del Bicentenario, y nos pareció que los globos son suficiente símbolo de fiesta, de lo que pueden el ingenio humano, y su capacidad de superar las limitaciones y de soñar con libertad.

Pero la completa celebración tenemos que vivirla todos, y el sueño es que cada ciudadano invente su modo de celebrar el Bicentenario: que cada uno descubra cómo hacerse digno de esa aventura que hace dos siglos fundó nuestras naciones.

Y por ello hablar de Independencia es también hablar del agua, de los alimentos, de la pobreza, de la violencia, de las migraciones; es hablar de la necesidad, en estas tierras equinocciales, de una aventura del conocimiento, de una alianza de la economía con la ciencia y con el saber ancestral, de un esfuerzo por encontrar innovaciones tecnológicas que nos ayuden también a defender el tesoro inestimable de una naturaleza amenazada.

Hablar de independencia es, como lo propone Barack Obama, hablar de las energías limpias que deben llevarnos al futuro, es hablar de cómo superar de verdad la tragedia de la droga y su cara más terrible que es la codicia y la ideología de vándalos de los traficantes, hablar de Independencia es hablar de la necesidad de reinventar la educación para que de verdad dignifique a los individuos y engrandezca a las sociedades, para que deje de ser apenas un hábito y un negocio. Hablar de Independencia es hablar de las relaciones entre la ciudad y la naturaleza, de dónde vienen al agua y el aire, los alimentos y las grandes preguntas.

Queremos ver entrar de nuevo en Bogotá, convertido en obras de arte, en fiesta de las culturas, al ejército libertador, esculpido en barro y acompañado por esas gentes de todas las regiones que hoy son la gran ciudad. Queremos reconstituir simbólicamente, a través de los lenguajes del arte, el cuerpo profanado y disgregado del precursor de la Independencia José Antonio Galán, ahora convertido en símbolo de las víctimas de todas las violencias, para volver a instaurar el respeto a la vida, el respeto sagrado por el cuerpo. Queremos que el recuerdo del grito de Independencia, que puso fin a un gran silencio y nos dio por fin una voz en el coro de las naciones, nos permita crear por todas partes escenarios de expresión para la inteligencia y para la sensibilidad, para el diálogo y para el debate civilizado, que conviertan a Bogotá en la ciudad de la Libertad.

Queremos que una colección de doscientas obras maestras de América Latina en literatura, música, artes plásticas, cine y fotografía, circule por todo el continente y nos ayude a superar el desconocimiento recíproco en que todavía viven nuestros países. Y queremos convocar a la ciudadanía a presentar sus propuestas para reconstruir los grandes hechos de la historia y para debatir sobre los grandes temas de la época.

Queremos que cada ciudadano sea protagonista de la celebración. Tal vez por eso los artistas no pusieron el énfasis en el tema de los próceres: un general no es nada sin su ejército, un héroe no es nada sin el país por el que lucha, un gobierno sólo puede ser el vocero de una comunidad, de sus necesidades y también de su infinita capacidad de soñar, de conocer y de reinventar la historia. La entrada en el tercer siglo de nuestra vida independiente estará llena de recuerdos, pero sobre todo debe estar llena de tareas que cumplan por fin los muchos, los muchísimos sueños postergados de nuestra nación.

lunes, 15 de junio de 2009

Los indígenas y el medio ambiente

Hugo Blanco

Luchas

17 de setiembre: Poblaciones de Piura convocadas por sus municipalidades fueron consultadas acerca de la actividad minera de Majaz, la pregunta: “¿Está usted de acuerdo con la actividad minera en su distrito?”.

“No” 94.54%. “Sí” 1.58%.

Minera Majaz había ofrecido 80 millones de dólares para que acepten sus operaciones.

Las autoridades encargadas de “velar por la democracia” (Presidente de la Republica, Presidente del Consejo de Ministros y otras) hicieron una fuerte campaña en contra del ejercicio democrático. La consulta era “un acto subversivo”.

Años antes la población de Tambogrande expulsó a la compañía minera canadiense Manhatan que contaba con el apoyo de las principales autoridades del país y de la gran prensa. Tuvo solidaridad nacional e internacional, incluyendo ecologistas de Canadá, quienes desenmascararon a la Manhatan en su propio país.

Diversas zonas indígenas están luchando contra grandes empresas mineras multinacionales y sus sirvientes, las autoridades “nacionales”. Los hermanos amazónicos desarrollan una lucha permanente contra las empresas petroleras y gasíferas.

Estas luchas se dan en varios países de nuestro continente.

Por qué

Nuestra cultura en toda Abya Yala (América), rinde culto, guarda mucho respeto por la Madre Naturaleza (en quechua Pachamama).

Muchos de nuestros hermanos ya han perdido sus lenguas, ya ni se reconocen indígenas, pero subyace nuestra cultura, hasta que, como dicen, “se nos sale el indio” cuando agreden algo sagrado.

Nunca antes fue tan fuertemente agredida la Madre Naturaleza. Fundamentalmente las minas y los yacimientos de petróleo y gas están envenenando nuestras aguas, matando nuestros suelos, las aves, los peces, todo aquello que es fundamental e imprescindible para nuestras vidas, no nos queda otro camino que la rebelión, nos están matando.

Podemos ser quechuas, mayas, mapuches, sioux, mohauk, lo mismo da.

Otro aspecto cultural nuestro que también es más agredido que nunca: La solidaridad, el espíritu comunitario, que no se restringe a los seres humanos (como se ve en una de las fotos).

Galeano señala: “América descubrió el capitalismo en 1492 ” Antes que llegaran los invasores todo el continente era colectivista, los llamados “primitivos” como los pampeanos o “las culturas avanzadas” como aztecas o incas. En quechua, idioma de los incas, no existe el verbo “tener”.

La ideología neoliberal ha llevado a extremos al individualismo, el egoísmo. No exageramos, quienes disfrutan del sistema, los dueños de las grandes compañías multinacionales, saben que están matando el mundo, pero para ellos más importante que eso es ganar la mayor cantidad de dinero posible en el menor tiempo posible, el mundo que se muera. Esa exaltación del individualismo arremete profundamente nuestra cultura.

Fuerza comunitaria

La fuerza comunitaria horizontal brota por todas partes luchando contra el individualismo verticalista:

En el municipio de Anta, donde son las comunidades indígenas quienes determinan en qué se ha de usar el dinero y son ellas quienes lo manejan, no el “señor alcalde” como manda la ley.

Las “Rondas Campesinas”, organismos colectivos de ejercicio de justicia, por ahora en niveles bajos, paulatinamente, a pesar de la persecución oficial, vienen desplazando al Poder Judicial y la Policía corruptos.

Los cultivadores de la sagrada hoja de coca destruyen un campo de aviación usado por el narcotráfico y construido por DEVIDA, el organismo creado para “combatir el narcotráfico”

Ya mencioné el plebiscito en Piura.

¿Qué Hacer?

La gran ausencia es la intercomunicación de quienes están luchando. La gran prensa está en manos de sirvientes del sistema, sólo sirve para desinformar y desprestigiar las luchas. Es necesario que quienes están luchando en una zona sepan lo que están haciendo en otra, no para que copien, sino para que tomen lo que crean conveniente.

Esa es la función de “Lucha Indígena”. Los hermanos de Canadá nos dieron un apoyo notable que permitió renovar nuestra vieja infraestructura y dar un salto en la edición del periódico, en dos meses veremos si podemos mantener el nuevo ritmo o por falta de fondos volver al anterior.

Nuestra labor incluye visitas a las reuniones comunales.

No hay partido ni dirección que “den línea”, esos son criterios ajenos a nuestra cultura que es comunitaria, es la colectividad quien “se da línea”.

La tarea de “Lucha Indígena” es impulsar la intercomunicación, con noticias del país, del continente y del mundo.

El movimiento indígena es incluyente, fraterno, amplio. Recuérdese que la primera reunión mundial “Contra el Neoliberalismo, por la Humanidad” se dio en el barro de Chiapas convocado por los indígenas de esa zona de México.

No somos sólo los indígenas de América quienes tenemos esa visión, los indígenas del mundo están muy ligados a la naturaleza, envenenar las aguas y el suelo es matarnos, por eso somos quienes más sentimos la agresión del neoliberalismo al medio ambiente.

Afortunadamente sectores cada vez mayores de la población del mundo no indígena, se dan cuenta de que el deterioro de la naturaleza matará a toda la especie humana incluyendo los nietos de Bush, no sólo a los indígenas.

Espero que también cada vez más sectores no indígenas comprendan el valor de la solidaridad, el otro pilar de nuestra cultura, el colectivismo.

Hemos llegado a una situación en que la “propiedad privada de los medios de producción” se ha convertido en la “propiedad privada de los medios de destrucción” lo que nos hundirá en el abismo.

Richard Branson, multimillonario británico dueño de la aerolínea Virgin, ofreció 25 millones de dólares de premio a quien invente una fórmula para eliminar los gases de efecto invernadero de la atmósfera. Él dirige una aerolínea que contribuye a las emisiones de dióxido de carbono. No eludió su responsabilidad en el tema. "Tengo una compañía aérea. Si la retiramos del servicio, British Airways ocupará su lugar", dijo.

Tiene toda la razón, no es un problema de cultura ni de voluntad individual. El deterioro continuará inexorablemente mientras se mantenga la “propiedad privada de los medios de destrucción”.

Mientras no sea la humanidad, solidaria, quien maneje los medios de producción y el mundo a su servicio y el de la Madre Naturaleza.

LAS SEMILLAS DE LA VIDA: LUCES Y SOMBRAS EN LA CLAUSURA DE LA CUMBRE DE LA FAO EN TÚNEZ



Jerónimo Aguado Martínez

Guardar una semilla y multiplicarla es trabajar por forjar una nueva esperanza para los pueblos.. De las 8500 especies vegetales que la humanidad ha usado a lo largo de la historia para asegurar su alimentación, en la actualidad sólo se usan 150. La erosión genética es el concepto usado para definir la pérdida de biodiversidad a nivel planetario, pérdida que nos ha llevado a que la supervivencia humana dependa en gran medida de cuatro cultivos ( trigo, arroz, maíz y patata ) que aportan aproximadamente el 60% de la alimentación calorífica.

La biodiversidad es el sostén de la vida y por eso paradójicamente en los países prósperos y modernos nos estamos quedando sin ella. Los territorios que nos vanagloriamos del poderío económico medido por el alto volumen de consumo somos los más perjudicados en cuanto a la erosión genética, porque con nuestra voracidad indiscriminada nos estamos comiendo hasta nuestro propio mundo, ese pequeño universo que nos sostiene día a día.

Por el contrario, allí donde el rostro humano se viste de pobreza, en esas dos terceras partes de la geografía pobre, es donde en estos momentos se mantiene la esperanza, porque todavía mantienen vivas gran parte de sus semillas, y en sus manos está el futuro de la alimentación mundial.

Aún así, en nuestro mundo egocentrista no podemos claudicar, todavía son muchas las personas que han tenido la suficiente lucidez de poner en valor un patrimonio que por intereses de la industria agroalimentaria ha estado a punto de desaparecer. Me refiero a las personas mayores que entendieron que mantener vivas las semillas locales o las semillas de toda la vida, tenía una importancia vital; tanta, que sin ellas hoy podríamos dar por perdido el mejor de los tesoros que a toda generación le corresponde proteger: las semillas.

Esta práctica espontánea, milenaria, la de mantener vivas las semillas y mejorarlas en cada uno de los ecosistemas locales, acaba de tener un reconocimiento Internacional de un alto valor político y medioambiental.

En Túnez, el 5 de junio de 2009, después de cuatro días de difíciles negociaciones entre 121 Gobiernos en la reunión del Tratado de la FAO sobre Recursos Fitogenéticos para la Alimentación y la Agricultura, han acordado impulsar entre los países miembros de dicho tratado, revisar todas las medidas legislativas que afectan a los derechos de los agricultores, cuando éstas les impide guardar, intercambiar o vender sus semillas.

Para los movimientos campesinos participantes, ésta cumbre es el inicio de un protocolo muy semejante al de KIOTO con la problemática del cambio climático, donde por primera vez se reconoce a nivel planetario los grandes problemas que se nos vienen encima como resultado de la perdida imparable de la biodiversidad agrícola, es el primer paso para empezar a conocer la dimensión del problema desde una perspectiva planetaria, a la vez de poner freno a la privatización de dichos recursos por parte de las transnacionales agroalimentarias ( DUPONT, MONSANTO, SYNGENTA, SEMINIS, BAYER, DELTA PINE LAND, ETC..) con sus prácticas de manipulación genética y de patentar los resultados de las mismas.

El campesino hondureño Luís Pacheco resumió así la importancia del Tratado: “conservar nuestras variedades, nuestra diversidad, es esencial para que podamos ajustar la agricultura ante la amenaza del cambio climático. Si no nos ponemos de acuerdo en esta reunión para que el sistema que protege las semillas en el mundo funcione, la próxima reunión que se hará en Copenhague sobre cambio climático, al fin de este año, no servirá para nada.”

Wilhemina Pelegrina, directora ejecutiva de SEARICE —organización de la sociedad civil que durante mucho tiempo se ha dedicado a la defensa de los derechos de los agricultores, y que ha seguido de cerca las negociaciones— expresaba así los resultados del encuentro: “aunque se quedó corto en compromisos firmes, la resolución adoptada es un gran paso hacia adelante en las décadas de lucha por el reconocimiento y la instrumentación de los derechos de los agricultores en la FAO.”

Vía Campesina, la organización más grande de campesinos y campesinas en el mundo, enfatizó sobre el papel central que algunos agricultores a pequeña escala juegan en la conservación de la biodiversidad agrícola, e hicieron propuestas concretas sobre los derechos y el apoyo que requieren éstos, sus comunidades rurales, las organizaciones de pueblos indígenas y pastores, para mantener sus semillas, sin menospreciar el acceso a los materiales de los bancos de genes nacionales e internacionales y el apoyo financiero para la conservación de la biodiversidad en las parcelas.

Las organizaciones de agricultores y de la sociedad civil que estuvieron presentes ven con optimismo el desarrollo de las discusiones y las decisiones tomadas. Sin embargo, debemos anotar que sigue faltando el apoyo requerido para que el Tratado realmente funcione. Un financiamiento de $116 millones de dólares aprobado para desarrollar los acuerdos de la cumbre y que éste dependa de contribuciones voluntarias de los Estados, no deja de ser un tanto ridículo, si es que de verdad se desea afrontar la problemática real.

Pero la cumbre, que derrochaba aires de esperanza, fue empañada el mismo día de la clausura por la decisión del Presidente Peruano Alán García de intercambiar semillas por balas, asesinando a 55 indígenas de la Amazonía Peruana e hiriendo a otros 225 que reivindicaban la defensa de sus territorios, sus recursos naturales, su autonomía, su cultura y su identidad. Las balas gubernamentales defendían una retahíla de diez decretos legislativos que permiten la entrada indiscriminada de las transnacionales en la Amazonía para ejercer el control absoluto de las tierras de los pueblos Indígenas, el agua y todos sus recursos naturales. Las movilizaciones de los Pueblos Indígenas sólo exigían la derogación de dichos decretos legislativos, decretos que les niegan el sentido que en estas selvas tienen sus vidas, incluido la de poder seguir cumpliendo la labor de custodia de la mayor herencia genética que se mantiene viva en el Planeta Tierra.

domingo, 14 de junio de 2009

Respuesta del Ministro de Minas y Energía a la Columna de Salud Hernandez

foto:tomada de: http://www.elespectador.com/impreso/negocios/articuloimpreso-no-habra-sobretasa-al-gas

Minería y medio ambiente




"¿Hecatombe ambiental? ¿Crimen irreparable?"

¡Qué fácil es destruir la honra de los funcionarios públicos desde una columna de opinión simplemente porque las decisiones de los funcionarios no se acomodan a la visión del mundo del columnista! No importa cuál haya sido el fundamento legal en el que los funcionarios hayan basado sus decisiones, parece que lo que cuenta es impresionar a los lectores con la erudición de una pluma venenosa, que evita ocuparse de los detalles jurídicos, técnicos, políticos, sociales y económicos que involucran estas decisiones, y prefiere condenar y estigmatizar a los funcionarios y a "infinidad de compatriotas".

La columna de la señora Salud Hernández publicada en EL TIEMPO del domingo 7 de junio es una larga lista de improperios e imprecisiones, dirigidos especialmente al señor Ministro del Ambiente y al suscrito por las decisiones que el Ministerio del Ambiente ha tomado y el Ministerio de Minas y Energía ha promovido y apoyado en relación con la mina de oro de Cajamarca, y por un título minero otorgado para explorar carbón en Nuevo Colón (Boyacá).

Si ignoramos el monumental esfuerzo de la señora Salud Hernández por adjudicar epítetos descalificativos a los funcionarios del Gobierno y a quienes no piensan como ella, podemos abordar un franco debate sobre estos temas con quienes realmente estén interesados en estudiar los problemas que enfrentan al medio ambiente con la actividad minera y la producción de energía. A mi modo de ver, existe un grupo respetable de ciudadanos que se preocupan legítimamente por el medio ambiente y están convencidos de que la actividad minera y los proyectos para la generación de energía son enemigos de aquel y deben ser proscritos sin ninguna consideración.

Es importante escucharlos y tener en cuenta sus preocupaciones. Al otro lado del espectro estamos quienes también profesamos un inmenso respeto por el medio ambiente, pero consideramos que hoy en día existe la tecnología que hace compatible su protección con el desarrollo responsable de la actividad minera y de la producción de energía. Quienes promovemos este punto de vista como funcionarios públicos y los convertimos en políticas públicas tenemos la obligación de exponer nuestros argumentos ante la opinión, pero también tenemos el derecho de hacerlo sin ser satanizados, como lo hace la señora Salud Hernández desde su columna.

El artículo, escrito con saña, con el deliberado propósito de destruir las reputaciones de los funcionarios, presenta pocos hechos concretos y abunda en imprecisiones. Primero que todo, desconoce que la ley establece claramente, sin excepciones, que la autoridad minera delegada, en este caso Ingeominas, tiene la responsabilidad de fiscalizar el cumplimiento de la totalidad de las obligaciones de los títulos mineros, incluyendo sus obligaciones en materia ambiental. Segundo, ninguna entidad gubernamental está autorizada para violar la ley y negar sin argumentos válidos una solicitud de contrato de concesión que se ajuste a la normatividad (Ley 685 de 2001, Código de Minas). Ese no es un capricho de este Gobierno, ni es "regalo envenenado": es la ley.

Nuestro país no puede renunciar a la explotación de sus recursos naturales, así como no puede hacerlo sacrificando el medio ambiente. La explotación responsable de estos recursos permite el progreso, que genera bienestar para todos los colombianos. La responsabilidad desde el momento del estudio de las solicitudes de los contratos de concesión de títulos mineros, pasando por la fase de exploración y terminando con la producción del mineral, está asignada a Ingeominas por delegación del Ministerio de Minas y Energía. Una vez adjudicados, los títulos son fiscalizados por Ingeominas para garantizar el cumplimiento de sus obligaciones.


* Ministro de Minas y Energía

Por Hernán Martínez Torres *

lunes, 8 de junio de 2009

CALAMITOSOS AVANCES DE LA EXPLOTACIÓN DEL ORO





DISEMINADO DEL PROYECTO LA COLOSA-CAJAMARCA-COLOMBIA, POR PARTE DE ANGLOGOLD ASHANTI COLOMBIA S.A.


Humberto Pérez Salazar Geólogo Universidad Nacional de Colombia.


La sociedad minera KEDAHDA S. A. COLOMBIA , hoy ANGLOGOLD ASHANTI COLOMBIA S. A.- AGA-pretende obtener 13,7 millones de onzas troy de oro diseminado en el proyecto La Colosa-Cajamarca-Colombia, por medio de explotaciones a cielo abierto, utilizando cianuro, procesando cerca de 50.000 toneladas diarias de material lítico, extraído de canteras ubicadas en lugares donde afloran aproximadamente 130 manantiales que suministran, aguas abajo, el agua potable para el consumo de más de 170.000 habitantes, e igualmente, el agua para irrigar más de 27.000 hectáreas, correspondientes al distrito de riego de USOCOELLO; el más grande de Colombia.

La situación del distrito de riego del Río Coello -USOCOELLO- es similar a la del Valle del Huasco-Chile, que se encuentra aguas abajo del proyecto Pascua Lama, igualmente para explotación de oro diseminado, y que utilizará cianuro, para la lixiviación del metal precioso. Para lo anterior, Anglogold Ashanti inició ilegalmente labores de exploración dentro de la zona de Reserva Forestal Central, sin contar con el permiso de sustracción de área. Por esto, Cortolima, máxima autoridad ambiental del departamento del Tolima, el 21 de febrero de 2008, ordenó la suspensión inmediata de la exploración, hasta tanto, se contara con la sustracción de área exigida por la legislación colombiana.

Cajamarca, municipio que se encuentra dentro de la Zona de Reserva Forestal Central, es una región de morfología agreste, pendientes altas, proclive a movimientos de masas, con alta densidad de población rural que se dedica a actividades agropecuarias y que surte a las grandes capitales de Colombia de hortalizas y diversos productos agrícolas, por lo cual se ha ganado el nombre de “Despensa Agrícola de Colombia”.

La Zona de Reserva Forestal Central en Colombia, es un área de protección para la fauna, la flora, el agua y el suelo, que de acuerdo a Ley 2 de 1959, excluye la exploración minera y con mayor razón la explotación de minas, máximo si corresponden a megaproyectos como los de oro diseminado que utilizan cianuro.

La ciudadanía afectada, diversos grupos ecológicos, organismos de control del estado y ONG internacionales, se habían pronunciado vehementemente sobre la inconveniencia de autorizar cualquier sustracción de áreas y menos las 515,75 hectáreas solicitadas por AGA- para concluir la exploración subterránea a través de la perforación de pozos profundos. El 20 de febrero de 2009 se llevó a cabo en Cajamarca una audiencia pública para exponer las ventajas y las desventajas de la autorización de la sustracción de áreas pedida por AGA.

Se insistió en el deterioro y el agotamiento del agua si se da la explotación de la mina y se concluyó que las regalías y los impuestos son poco significativos y que los empleos que se generen serán transitorios, en contraste con el agotamiento y el deterioro del agua que son para siempre.

Los usuarios del Distrito de Riego del Río Coello –USOCOELLO- asistieron masivamente y expusieron sus temores por posibles envenenamientos del agua por la lixiviación del oro con cianuro o por accidentes, que faciliten el derrame del tóxico y letal compuesto químico.

Inexplicablemente, el Ministerio del Ambiente Vivienda y Desarrollo Territorial –máxima autoridad ambiental en Colombia facultada para otorgar permisos de sustracción de áreas- emitió la Resolución No. 0814 del 04 de mayo del 2009, por la cual concedió a Anglogold Ashanti, la sustracción de 6,39 hectáreas, que previamente había intervenido, sin permiso alguno. Con esto, se legalizó lo ilegal y se premió a las sociedades mineras extranjeras que transgreden las leyes colombianas. Concluyendo, en nada beneficia la resolución del –MAVDT- a los recursos naturales renovables, pues esta sustracción es el primer eslabón de una larga cadena de futuras explotaciones de oro diseminado en el Tolima y en Colombia, puesto que –AGA- tiene concesionado, para oro diseminado, gran parte del país, incluso en otras Zonas de Reserva Forestal y en regiones de similar geología, geomorfología, pendientes, suelos, fauna, agua y flora, entre otros.

Sorprende, por expresar lo menos, que el miércoles 29 de abril de 2009, el –MAVDT- formule pliego de cargos a Anglogold Ashanti –AGA- Resolución No. 0758, por adelantar labores de exploración en la Zona de Reserva Forestal, sin tener permiso de sustracción, en una extensión de 6,39 hectáreas, dentro de la cual se construyeron pozos exploratorios, casas, campamentos, restaurantes, vías de comunicación, helipuerto y demás locaciones que demanda este tipo de proyecto minero, y que al próximo día laboral, o sea el lunes 4 de mayo de 2009, el mismo –MAVDT- conceda la sustracción de 6,39 hectáreas, que son justamente las que Anglogold Ashanti había intervenido sin permiso alguno.

Esto reconfirma, por igualdad de áreas, que se legalizó lo ilegal, que se premió a la sociedad minera internacional infractora y que muy posiblemente el pliego de cargos poco efecto tendrá, y en el peor de los casos para la empresa minera, tan sólo conducirá a una leve multa de carácter económico, que apelarán más pronto que tarde.

La Resolución No. 0814 que autoriza la sustracción de las 6,39 hectáreas, desconoce a la comunidad, que es parte del proyecto y quien sufrirá los impactos ambientales y sociales negativos.

Ignora también, la agudización de los conflictos entre los habitantes de Cajamarca por el proyecto La Colosa, y nada anota la misma resolución, sobre los aspectos socioeconómicos de la comunidad, los posibles riesgos, la garantía de los Derechos Humanos, los Principios Voluntarios y otros más, sobre los cuales, sin duda, influirá la decisión de la sustracción del área ordenada por el –MAVDT.

El –MAVDT- impuso algunos compromisos a –AGA- pero inquieta el seguimiento, las interventorías y las veedurías que se llevarán a cabo para la supervisión de los mismos, puesto que la sociedad minera, por autorización de la Resolución 0814/2009 del MADT, tiene la discrecionalidad de contratar, algunos de ellos, e inclusive pagarlos.

El estudio de Línea Base, que es el inventario del estado actual de los recursos naturales, debe realizarlo –AGA- lo cual preocupa, pues se considera que debería llevarlo a cabo una empresa multinacional, sin conexión alguna con la empresa minera concesionaria. Así mismo, para la transparencia del proceso es oportuno que miembros de la comunidad hagan parte del seguimiento a los compromisos impuestos por el –MAVDT- a –AGA.

Aunque la Procuraduría General de la Nación, Ministerio Público en Colombia, constituida con antelación como Tercer Interviniente en el proceso judicial del proyecto minero La Colosa, demandó la Resolución No. 0814/2009 del –MAVDT- se teme que no surta efecto, pues es política del actual gobierno colombiano propiciar la explotación de los recursos minerales del país por parte de sociedades mineras extranjeras y multinacionales.

Lo anterior, se basa en las últimas declaraciones del señor presidente de Colombia emitidas en un consejo comunitario llevado a cabo en el municipio de Chaparral, ubicado al sur del departamento del Tolima, donde solicitó que se dejara terminar la exploración a Anglogold Ashanti, y para ello se autorizara la sustracción del área solicitada.

El Ministerio de Minas y Energía de Colombia, se ha pronunciado en repetidas oportunidades en el mismo sentido. Por último, se solicita a gobiernos internacionales, entidades, ONG internacionales y personas ambientalistas intervenir para que este desastre ecológico no se lleve a cabo en Colombia, y para que comuniquen al mundo entero que el oro no se come, que el agua no tiene precio, y que los impuestos, las regalías y las pequeñas donaciones que a diario efectúa Anglogold Ashanti, son nimias comparadas con la contaminación de los recursos naturales como el suelo, el agua superficial y subterránea y el aire.

Además, para que adviertan a los gobernantes de Colombia que su principal compromiso con sus gobernados es garantizarles la seguridad alimentaria, labor poco probable si aprueban la implementación de megaproyectos mineros que sin duda arrasaran y contaminarán los recursos naturales renovables; como el suelo, la cobertura vegetal y el agua.



Artículo publicado en: Obervatorio de Conflictos Mineros de America Latina

domingo, 7 de junio de 2009

Panorama Actual de "La Colosa"

Entrevista W Radio

Crimen irreparable

Publicado el 07 de Junio de 2009
El ministro de Ambiente, Carlos Costa, tiene todas las credenciales para ser un buen defensor de la Naturaleza. Pero la misión encomendada no es protegerla sino encarnarse en lacayo del ministro de Minas, Hernán Martínez, y respaldar las ansias depredadoras de este gobierno. Y doy fe de que lo hace divinamente.

Prefiere enriquecer multinacionales que asegurar el patrimonio verde colombiano; destruir territorios protegidos y anegar tierras fértiles antes que garantizar su conservación.

Cree, al igual que sus compañeros de gabinete e infinidad de compatriotas, liderados por irresponsables como Martínez, que la selva y los bosques son eternos y que desviar ríos, arrasar páramos, agotar existencias de agua para dejar que compañías foráneas y nacionales exploten minas de carbón y oro son daños colaterales del progreso.

Pero el ministro citado, al igual que el de Minas, tiene más delito que el ciudadano de a pie porque son expertos y conscientes de la catástrofe ambiental que están creando. Lo que pasa es que prefieren las aparentes ganancias inmediatas a los beneficios futuros. ¿Cómo puede el responsable de la cartera de Ambiente, si le queda un ápice de ética, defender la mina de oro de Cajamarca, que acabará con una reserva forestal de valor incalculable, alegando que creará tres mil puestos de trabajo? Cómo será de falaz su argumento que en el mismo Tolima, la Asamblea, Cortolima, algunos alcaldes y la sociedad civil se oponen porque ven llegar el desastre disfrazado de espejitos.

No contento con dejar que prime la avaricia de las compañías mineras, no se le ocurre otra cosa que poner la zorra a cuidar el gallinero. En la licencia de exploración de AngloGold en Cajamarca, válida para tres años, quien determina si respeta el entorno natural no es el Ministerio u otro organismo técnico. No, es la propia empresa. Así de idiotas nos consideran.

Y luego están las autorizaciones para arrasar municipios bellos en contra de sus habitantes. Como Nuevo Colón, en Boyacá. No tiene sentido que el Estado central ignore a los interesados, que son los campesinos, y siga adelante con sus proyectos destructivos. En ese pueblito quieren mantener sus cultivos de frutales, su valle verde, sus caños y su vida sana. Pues, no, señores. El Gobierno les tiene un regalo envenenado: una mina de carbón que los hará infelices, arruinará sus vidas y los terminará por expulsar a las barriadas pobres de las ciudades, cuando sus sembrados ya no den cosechas y el lugar se vuelva irrespirable. Eso, ministros, Gobierno, también se llama desplazamiento forzado.

Y si hablamos de páramos, el terror se duplica. Me atrevería a decir que destruirlos es un crimen de lesa humanidad, que en el futuro los insensatos que lo cometan pagarán con penas de cárcel mayores que las del homicidio. Porque es un magnicidio a largo plazo. Sin agua, sin comida suficiente, en unos lustros las guerras ya no serán contra fanáticos religiosos sino por los escasos recursos. Lástima que la ley no tendrá efectos retroactivos.

Este gobierno aún no ha entendido que la Drummond, compañía nociva donde las haya, que continúa impasible la ampliación gigantesca de su mina a cielo abierto en el Cesar, es letal como una bomba atómica porque su pedazo de Tierra lo extinguen para siempre.

La hecatombe ya está advertida y no hacemos nada. La ONU lo ha repetido en el centenar largo de idiomas que maneja: el cambio climático ya causa más muertos que la suma de todos los conflictos, pero no le copian.

Siga el Gobierno dando licencias para engrandecer algunos bolsillos y créanse el cuento de que aquí la gestión ambiental es buena. Pelen cerros para hacer minas, corten selva y planten palma, clonen represas. Más que por la 'parapolítica' o la seguridad democrática, al paso que van, las generaciones venideras los recordarán por la Naturaleza que asolaron.


Salud Hernández-Mora